Jaime Bayly

Colaborador de Culto

31 AGOSTO
He visto a todos caer: un relato de Jaime Bayly
Es probable que mi carrera de televisión en este país, que comenzó hace exactamente treinta años, cuando estaba por nacer una de mis hijas, termine más o menos pronto, digamos a finales de este año o mediados del próximo. No renunciaré. Resistiré todo lo que pueda. Haré acopio de paciencia y humildad. De esos treinta años, casi veinte los he trabajado en el canal que ahora no me paga porque no puede hacerlo. No es mala leche del dueño ni de sus gerentes.
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He visto a todos caer: un relato de Jaime Bayly

23 AGOSTO
La mala racha: un relato de Jaime Bayly
Debí suponer que los días venían torcidos cuando el jefe del canal de televisión donde trabajo hace veinte años me comunicó que este mes me pagaría la mitad. El mes está por terminar y todavía no me ha pagado.
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La mala racha: un relato de Jaime Bayly

16 AGOSTO
Viejas costumbres que no pienso interrumpir: un relato de Jaime Bayly
Cuando viajo con mi familia, o a solas por asuntos de trabajo que en rigor no constituyen un verdadero trabajo, mi asistenta me guarda cuidadosamente los periódicos que llegan cada día, en mi ausencia. Al volver a casa, encuentro una montaña de periódicos sobre la mesa, en la sala de lectura
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Viejas costumbres que no pienso interrumpir: un relato de Jaime Bayly

09 AGOSTO
Las calles de San Francisco: un relato de Jaime Bayly
Una tarde particularmente memorable nos aventuramos hasta Sausalito, cruzando el Golden Gate, un balneario boscoso del que guardaba los mejores recuerdos, pues lo había recorrido años atrás, buscando el espíritu de Isabel Allende. Mi esposa y nuestra hija quedaron deslumbradas con Sausalito.
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Las calles de San Francisco: un relato de Jaime Bayly

02 AGOSTO
Un soplo en el corazón: un relato de Jaime Bayly
Mientras caminaba dos cuadras hasta el colegio Markham, me preguntaba si esa mañana iría a clases o me escaparía. Raramente quería ir a clases, salvo que ese día tuviésemos un partido de fútbol.
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Un soplo en el corazón: un relato de Jaime Bayly

26 JULIO
Esta isla bendita: un relato de Jaime Bayly
Nosotros nos quedamos casi todo el verano en la isla, y por eso tenemos fama de locos y de pobretones. Viajamos dos o tres veces durante las vacaciones escolares, pero son travesías breves, de apenas siete días. Luego regresamos extrañando a la isla y, sobre todo, a nuestro perro y nuestros gatos. No podríamos dejarlos tres meses seguidos, sería una crueldad egoísta.
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Esta isla bendita: un relato de Jaime Bayly

19 JULIO
Por favor, no me deporten: un relato de Jaime Bayly
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Por favor, no me deporten: un relato de Jaime Bayly

13 JULIO
Volver a los brazos de mi madre
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Volver a los brazos de mi madre

05 JULIO
El hombre imperfecto: un relato de Jaime Bayly
Pensé que me sentiría mejor, gracias a ejercitarme. No ha sido así. Hace días me siento tan mal que ya no puedo subir a la cinta. Me ha atacado una enfermedad sin nombre, insidiosa.
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El hombre imperfecto: un relato de Jaime Bayly

28 JUNIO
Nadie oye mis plegarias: un relato de Jaime Bayly
Aunque soy un creyente dubitativo e inconstante, aunque tiendo a pensar que no tengo alma o que mi alma es mi barriga, quiero creer que el espíritu de mi hermana ha viajado a un lugar mejor.
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Nadie oye mis plegarias: un relato de Jaime Bayly

21 JUNIO
El gordo del avión: un relato de Jaime Bayly
¿Cómo es posible que la aerolínea deje entrar a un gordo tan gordo que no cabe en su asiento y se desborda sobre el asiento vecino? Si hay límites de peso en las maletas, ¿no debería haberlos también en los pasajeros? Pero, además: ¿cómo puede dar la bienvenida a un viajero que apesta de un modo tan horrible, agrediendo a quienes viajan cerca de él? ¿Tiene derecho un gordo colosal y pestilente a viajar en un avión, torturando a los demás?
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El gordo del avión: un relato de Jaime Bayly

14 JUNIO
No volveré al desierto: un relato de Jaime Bayly
Cuando le conté al conserje del hotel en Los Ángeles que manejaríamos tres horas rumbo al desierto, me dirigió una mirada preñada de malos augurios, torció el gesto y dijo: -No vaya al desierto. Es peligroso. Hace demasiado calor. No le hice caso. Yo quería ir al desierto. Llevaba años deseando conocer el desierto de Palm Springs.
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No volveré al desierto: un relato de Jaime Bayly

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