SEÑOR DIRECTOR:

El Presidente de Estados Unidos informó que a partir del 1 de agosto impondría un arancel de 50% a las importaciones de cobre. El anuncio causó una justificada preocupación en Chile, principal productor de cobre del mundo y el mayor exportador de este metal a dicho país, con 650.000 toneladas de cobre metálico (cátodos), un 51% del total importado en 2024, según datos del Departamento de Comercio norteamericano.

Cabe precisar que lo que Chile exporta a EE.UU. equivale solo a un 11% de su producción total, ya que mayoritariamente exportamos concentrados de un 30% de cobre contenido, pues no existe en el país la capacidad necesaria de fundición y refinación para convertirlo en cátodos, siendo el principal destino China y Japón, países que sí cuentan con dicha capacidad que les permite satisfacer su demanda interna e incluso exportar excedentes de cobre metálico.

No es factible, al menos en el corto plazo, redireccionar nuestras exportaciones de cobre metálico a EE.UU. hacia los países que nos compran concentrado para abastecer sus fundiciones, y habría que buscar otras opciones en caso que EE.UU. dejara de comprar nuestro cobre por el mayor costo derivado de los aranceles. ¿Pero sería esto económicamente atractivo para ellos?

Para potenciar su industria minera local, EE.UU. necesitaría desarrollar nuevos yacimientos, que los tiene (Resolution en Arizona y Pebbles en Alaska son dos ejemplos), pero esto le tomaría cinco o más años, además de una mayor capacidad de fundición y refinería, tanto para procesar los futuros concentrados como la chatarra de cobre que hoy exporta.

Como conclusión, debemos prepararnos como país para enfrentar el peor escenario posible, en caso que no se postergue o modifique el anuncio de los aranceles al cobre, para dar espacio a eventuales negociaciones.

Sergio Jarpa Gibert

Vicepresidente de Voces Mineras A.G.