Por Pablo Retamal N.Catherine Lacey, escritora: “Los detectives salvajes me parece una locura. Es imposible no amarlo”
La destacada escritora estadounidense se encuentra en Chile donde dará una charla. En conversación con Culto, habla sobre Biografía de X, su última novela que le ha valido un reconocimiento internacional. Además, comenta su vínculo con la literatura chilena y su opinión sobre Donald Trump.

“Esto es aburridísimo”, le dijo su agente literaria cuando Catherine Lacey le mostró el manuscrito de su nueva novela, que era una biografía ficticia de una artista underground inexistente. El trago fue amargo y seguro en su rostro debió dibujarse una mueca entre el dolor y la frustración. Años después, sentada en un hotel del sector oriente de Santiago, reconoce que fue un momento que a la larga le sirvió.
“No le estaba pidiendo consejo. Y ella me explicó por qué le parecía aburrido. Y, por desgracia, tuve que darle la razón. Así que durante un mes, pensé que había perdido tres años haciendo este enorme borrador de algo que no era realmente legible por la forma en que lo estaba escribiendo. El problema del libro era que daba por sentado que X no era una persona real. Pensé que lo había escrito más como una biografía, si te lo puedes imaginar, y menos como una novela”.
Y añade: “Entonces, para mí, X se había vuelto tan real que pensé que simplemente estaba escribiendo su vida como lo haría un biógrafo. Pero como X no era real, eso no existe. Un lector no empieza a leer un libro pensando: ‘Ah, sí, voy a leer un libro sobre esta persona que ya conozco’. Y yo había escrito el libro como si el lector pensara eso. Así que fue un dilema interesante”.

Así que Lacey se puso a reescribir íntegramente el volumen y ahora sí, resultó. Se llama Biografía de X, su cuarta novela, una narrativa sólida y que no se parece a nada. Experimental, cierto, pero legible y abordable. Es el equilibrio perfecto entre la búsqueda literaria profunda y la accesibilidad para los lectores.
Funcionó tan bien que ha sido muy alabada en los medios internacionales. Por ejemplo, el New York Times la incluyó dentro de sus novelas del año en 2023. “Esta es una novela importante y notablemente audaz”, señaló. El New Yorker señaló que era “una provocativa novela disfrazada” y agregó que se trataba de “un relato ficticio de un artista conceptual que cambia de forma, es un experimento de ambigüedad autoral”. Vanity Fair también la destacó: “La historia está lograda; la narradora es convincente, al igual que su protagonista. Todo el carácter literario del libro está en buen orden, tal vez excelente”. The Guardian entrevistó a Lacey e hizo elogiosos comentarios de la novela.
En castellano está disponible desde 2024 vía Alfaguara, y los elogios han continuado. Infobae señaló que es “una novela imprescindible, arrebatadora, inesperada, totémica”. El suplemento Babelia la incluyó entre los 50 mejores libros del 2024. “Capa a capa, Lacey construye un fascinante juego de espejos tan bien armado que la intriga sobre qué ocurrió y qué está inventando acompaña al lector hasta la última página”. Lo mismo hizo Culto.
Hoy, Lacey se encuentra por primera vez en Chile donde vino invitada a dar una charla por el ciclo La Ciudad y las palabras. Por ello, recibe a Culto en persona. “Llegué hoy de madrugada a Chile -comenta sin mostrar un ápice de cansancio-. Solo he visto el parque, este hotel, el banco y un poco las calles, pero Santiago parece bonito”.

Oriunda de Tupelo, Misisipi, actualmente reside en México junto a su esposo, el escritor mexicano Daniel Saldaña. Ha sido destacada, por ejemplo, por la prestigiosa revista Granta, que en 2017 la incluyó dentro de su listado de los Mejores novelistas jóvenes de Estados Unidos. Es ciertamente una nueva celebridad literaria que va en ascenso, sin embargo, se toma con bastante mesura ese reconocimiento. Al mencionárselo su rostro apenas se conmueve.
“Es agradable. Creo que en parte se debe a que esta es mi cuarta novela y mi quinto libro. Y creo que me he acostumbrado a que algo que escribo sola lo lean otras personas, a algunos les gusta y a otros no. Alguien dice algo muy inteligente, alguien dice algo estúpido. Alguien dice algo muy negativo, muy cierto, y te sientes identificada. Así que hay todo un mundo de opiniones. Y creo que, como he tenido la suerte de ir poco a poco, mi primer libro tuvo algunas reseñas y traducciones, pero fueron bastante modestas. Luego, el siguiente tuvo un poco más de repercusión, y el siguiente también. Y creo que con cada uno he recibido críticas terribles, negativas e incluso descabelladas. Y creo que pueden ser muy útiles, en parte porque entiendes lo que estás haciendo. Y también porque duele. Claro”.
- ¿Cómo fue vivir esas críticas negativas?
- Recibí una crítica horrible de mi tercera novela en el New York Times y me quedé bastante impactada. Fue muy agresiva. Y pensé: “Vaya, supongo que eso es lo que temen todos los escritores, ¿no? Trabajar años en algo y que luego lo destrocen". Pero luego pensé: “No me afectó”. Y además, creo que hizo que más gente se interesara por el libro. Creo que le fue mejor gracias a la crítica negativa. Llegó a más gente. Encontró a su público. Y ganó algunos premios. Así que, al final, cuando lo analizas todo, piensas: “Vale, algunos van a decir cosas negativas, otros van a decir cosas positivas”. Y yo, la verdad, no sé. Y creo que cuanto más pienso, más me convenzo de que no me creo ni las críticas negativas ni las positivas.
- ¿De verdad?
- Claro. No puedo creer ninguna de las dos, no porque no importen. Creo que las críticas sí me importan, pero es como algo muy abstracto. Y ahora mismo leo mis reseñas y no les tengo miedo. No pueden hacerme daño, pero tampoco pueden hacerme cambiar, ¿sabes? Y cuando llegan las positivas, no solucionan nada. Son más bien algo con lo que conformarse, no algo para decir: “¡Genial, me han dicho cosas buenas!”. ¿Sabes? No es ni útil ni perjudicial. Es simplemente otra cosa. Todavía no lo sé.

Una biografía diferente
- ¿Qué fue lo más difícil de la escritura de esta novela?
- Lo más difícil fue reescribirla después de que mi agente la encontrara aburrida. Básicamente, tuve que empezar de cero. Supongo que para ti sería difícil también. Pero es increíble porque ella ha sido mi agente desde 2013 y confío plenamente en su opinión. Y nunca me ha fallado, ¿sabes? Y creo que entiende perfectamente lo que intento hacer, pero tiene sus propios gustos. Y aprecio su honestidad.
- ¿Hubo alguna inspiración particular para el personaje de X?
- No en una persona en concreto, sino en varias. Y creo que a veces, dependiendo de cuándo hable o piense en ello, veo a diferentes personas más o menos importantes. Pero diría que David Bowie es muy importante. Kathy Acker es realmente importante. Susan Sontag, Cindy Sherman, James Baldwin hasta cierto punto. No creo haber hecho esa conexión hasta ahora. Hay tantos, porque creo que esta idea de que un artista se interprete a sí mismo es algo que todo artista debe hacer en mayor o menor medida. Y así, uno puede inspirarse en la vida o la personalidad de casi cualquier persona, independientemente del medio que utilice.
- Mencionaste a Susan Sontag, ¿es una referente para ti?
- Para mí, es una gran pensadora. De hecho, no me refiero a una pensadora excepcional. Para mí, sus diarios son probablemente lo más importante que escribió, especialmente el que empieza cuando tiene veintitantos años, es muy dura consigo misma. Es muy rigurosa. Es muy ambiciosa en su afán de aprender. Es muy ambiciosa a la hora de intentar que su cerebro funcione al máximo y pensar, ya sabes, desarrollar sus ideas con la mayor profundidad posible. Y creo que ese tipo de intelecto agresivo da como resultado ensayos realmente buenos, diarios muy interesantes, pero su ficción no me gusta nada; me parece prácticamente ilegible. Así que, por un lado, tiene su encanto tener a alguien en un pedestal, pero por otro, no creo que sus novelas sean realmente legibles. Y creo que eso se debe en parte a su forma de pensar; no creo que ese tipo de persona sea muy propensa a escribir novelas.

- X cambia de nombre constantemente, ¿cuál fue el desafío de escribir sobre un personaje cuya esencia es precisamente el rechazo a ser definido?
- Es liberador. Sí. Saber que no se conformaba con ser una sola persona me dio margen para explorar diferentes tipos de personajes dentro de este único personaje. Creo que muchos escritores de ficción se sienten así, y yo también. Es como que no puedo creer que nazcas en este planeta y vivas toda tu vida siendo una sola persona. Es tan frustrante. Si solo estoy aquí un rato, me gustaría tener varias vidas, pero claro que no es así, aunque en cierto modo sí, ¿sabes? Pero en realidad no. En esencia, sigues siendo la misma persona y creo que eso es una locura. Es algo que damos por sentado, pero me parece increíble. Así que creo que escribir ficción es una forma de evadirse de uno mismo. Creo que estar en una relación es una forma de evadirse de uno mismo. Hacer arte es una forma de evadirse de uno mismo. Y este personaje satisfizo mi necesidad de habitar diferentes personalidades o diferentes formas de vida.
- La novela se presenta como una biografía exhaustiva, con notas a pie de página, apéndices y hasta bibliografía. ¿Cómo fue el proceso de crear esta estructura?
-Fue bastante caótico porque sabía que quería que el libro fuera una novela, pero también sabía que quería que pareciera una biografía. Pero no fue así, ya sabes, esas grandes ideas que tienes cuando empiezas algo y luego empiezas a preguntarte: ¿realmente puedo hacer esto? Pero el proceso fue gradual porque creo que empecé a incorporar todo lo que me interesaba y que encajaba en esa época, todo lo que parecía pertenecer a la biografía de esa persona o cualquier cosa que estuviera relacionada, aunque fuera tangencialmente. Simplemente tomaba notas. Básicamente, estaba haciendo una especie de investigación, casi como si estuviera escribiendo una biografía real. Solo que iba creando al personaje sobre la marcha. Así que investigaba cosas que ya quería investigar y recopilaba notas, y ya sabes, cuando investigas y recopilas notas para luego construir un mundo ficticio, todo se vuelve caótico. Así que a veces tenía que pulirlo un poco al final.
- ¿Crees que toda biografía es una obra de ficción escrita por el biógrafo?
- En cierta medida, sin duda. Porque tienes que tomar muchísimas decisiones sobre por dónde empezar, cómo estructurar la obra y cómo delimitar el tema, porque, ya sabes, una vida no cabe en 500 o 600 páginas. Ahora mismo estoy leyendo la biografía de Peter Matheson, un escritor estadounidense que fundó la revista Parish y escribió un libro titulado El leopardo de las nieves. Hizo muchísimas cosas. Es un personaje fascinante. Y es que está tan estructurada. Una vida tan extensa, ¿por dónde empiezas? ¿Qué escena inicial eliges? En cierto modo, hay una gran superposición entre el biógrafo y el novelista. Probablemente más que en cualquier otro género de no ficción, porque creo que la imaginación que tienes sobre tu biografiado también se apodera de ti y, ya sabes, creo que es inevitable. Quiero decir, nunca he escrito una biografía propiamente dicha, pero me imagino que es inevitable.

- ¿Piensas en volver a escribir sobre el universo de X o crees que con esta novela ese universo está concluido?
- Creo que para mí sí lo concluye. Y soy demasiado vaga. Creo que tendría que releer este libro y no quiero releerlo. Lo intenté una vez. Simplemente pensé: “Me da igual”. Nunca he vuelto a leer ninguno de mis libros. Una vez terminados, se acabó.
- ¿Por qué?, ¿no te resulta atractiva la idea de retomar un universo y expandirlo?
- No lo creo. Es como si fueras a dedicarle años a algo. Y luego, al corregirlo, tienes que leerlo una y otra vez. Y si tienes la suerte de que lo traduzcan, te hacen 400 preguntas sobre por qué esto y por qué aquello. Y entonces tienes que volver al mundo real y pensar: ¿Por qué hice esto? ¿Por qué esta palabra y no aquella? ¿Y sabes qué significa realmente una frase? Y la vas desentrañando. Y creo que en ese momento piensas: bueno, no quiero volver a pensar en esto nunca más. Incluso si estás muy orgulloso, piensas: ah, quizá nunca más. Creo que eso es lo que me impide escribir una secuela.
- Roberto Bolaño, decía que cuando le entregaba el libro al editor ya empezaba a pensar en otra cosa.
- Sí, creo que me identifico más con esa mentalidad. Hay muchos escritores que trabajan en el mismo mundo que respeto mucho, como Marilyn Robinson, que trabaja una y otra vez en el mismo universo. Jasmine Ward trabaja una y otra vez en el mismo universo. Hay muchos escritores muy talentosos, pero ahora que lo pienso, creo que también tienden a estar arraigados a un lugar. Es interesante que menciones a Bolaño, porque pasó mucho tiempo en México. Estuvo tiempo fuera de Chile, y yo también me fui de Estados Unidos, pero incluso cuando vivía allí, me mudé varias veces y viví en otros lugares. Así que creo que esa es mi mentalidad. No es mejor ni peor que la otra. Es simplemente lo que me tocó vivir.

Chile según Lacey
- Ya que estás en Chile, ¿has podido conocer algo de la literatura chilena?
- Bolaño, de hecho. Lo leí en inglés. Y como estoy empezando a aprender español, el primer libro que leí completo en español fue de Gonzalo Maier. Sí, un libro de ensayos llamado Cuando cumplí 40. Son muy divertidos. Lo encontré, creo que fue el verano antes de cumplir 40. Pensé: “Quiero leer este libro antes de cumplir 40”, porque sería mi primer libro completamente en español. Es corto, son ensayos, cómicos y breves. Así que fue una buena manera de empezar a leer un libro. Ese es ese libro. Ahora mismo estoy leyendo Kintsugi, de María José Navia. Apenas voy al principio. Sé que he leído a otros escritores chilenos traducidos, pero ahora mismo no recuerdo ninguno.
- ¿Cuáles son tus libros favoritos de Bolaño?
- Me gusta mucho Estrella distante que también fue el primero que leí de él. Un gran libro. No he leído el 2666, me han dicho que es el que tengo que leer. Pero me pregunto: ¿cuándo estaré preparada para algo tan oscuro? Y no sé cuándo será. Y luego, Los detectives salvajes me parece una locura. ¿Sabes? Es imposible no amarlo. Me encanta la increíble construcción del mundo, las intrincadas rivalidades y todo lo demás.

- En otro ámbito, ¿qué te ha parecido el gobierno de Donald Trump?
- Terminará. Eso es prácticamente todo lo que pienso. Terminará. Habrá algo más. Quiero decir, creo que el espíritu estadounidense es de un cambio y una frustración implacables, inquietos y llenos de ira. Y es un país muy joven y muy tonto, ¿sabes?. Y aquí estamos. Pero lo único que me ayuda a sobrellevarlo es pensar que habrá algo diferente. Mi madre siempre dice: “Cada cien años, gente nueva”. Y eso me tranquiliza muchísimo. Es como decir: “Vale, dentro de cien años, todo el mundo habrá muerto y habrá gente diferente. Y habrá algo diferente. Quizá algo mejor, sin duda algo diferente”. Así que eso me tranquiliza.
Catherine Lacey dará una charla en el ciclo La Ciudad y Las Palabras organizado por el Doctorado de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la UC este jueves 13 de noviembre a partir de las 18:00 hrs. Auditorio FADEUEl (El Comendador 1916, Providencia). Cupos limitados. Inscripciones con Loreto Villarroel (lvillar@uc.cl).

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