El primer cara a cara fue casi cortocircuito. En su libro de memorias Canción para mañana, el guitarrista de Los Bunkers, Mauricio Durán, cuenta que cuando conoció a Mauricio Basualto, también futuro integrante del quinteto penquista, no hubo ninguna complicidad.

“Daba la impresión de que nos miraba en menos” y “este huevón viene a puro agarrarse minas”, fueron algunas de las conclusiones apresuradas de Durán en ese momento.

Ambos se toparon por primera vez hacia fines de los 90 en un carrete de estudiantes de la Universidad de Concepción que habían acordado juntarse a escuchar y tocar canciones de The Beatles. Aunque Basualto estudiaba Publicidad, ya poseía un pequeño bagaje en las percusiones, gracias a una batería que le regaló su papá y a su paso por algunas agrupaciones de la Escuela de Arte, de cierta relevancia local, como Los Cuatro Amigos del Doctor.

Por eso, es posible, puede haber mirado con cierta distancia al resto: era el único con trayectoria musical más formal en el grupo que recién se conocía en esas tocatas improvisadas. “Me cayo pésimo”, reafirma Durán en su texto.

Sin embargo, esa tensión inicial no impidió que Basualto posteriormente tejiera un vínculo de armonía con el resto de Los Bunkers y formara parte medular del conjunto en todos sus hitos, como la arremetida en Santiago, la grabación de su primer álbum y la consolidación como una de las coordenadas ineludibles del cancionero chileno del siglo XXI. Como baterista, su huella dactilar sobresale en temas como Miño, Canción de lejos o Bailando solo. También vivió la travesía de radicarse en México, cuando los penquistas se alzaron como un crédito estelar de la música chilena en el mercado norteamericano.

Sin embargo, ese relato tuvo un punto final -hasta ahora- el jueves 1 de febrero de 2024, cuando en pleno show en La Casa del Deportista de Iquique (apenas llevaban cuatro temas), Basualto comenzó a sufrir una serie de problemas de salud, lo que obligó a suspender el concierto de manera inmediata. El músico fue trasladado a un recinto donde recibió atención médica.

El día después, la agrupación informó que el percusionista había sufrido un cuadro hipertensivo con antecedentes cardiacos, por lo que se mantendría en reposo por un tiempo.

Un tiempo después, el 6 de febrero de esa temporada, Los Bunkers entregaron más detalles de la recuperación del artista, afirmando que se había trasladado a Concepción, “en donde su prioridad será cumplir el período de reposo que los médicos le indiquen”, informaron en un comunicado.

Los compromisos inmediatos del quinteto -algunos con carácter de estelar, como el Festival de Viña o sus dos históricas fechas en el Estadio Nacional- fueron asumidas por Cancamusa en batería, cantautora de renombre en la escena nacional y que había cumplido la misma función tras las baquetas en los grupos de Mon Laferte y Javiera Mena.

La partida

Después de un tiempo de recuperación, el 23 de julio de 2024, Los Bunkers oficializaron que “Mauro” no seguiría de forma definitiva en sus filas. “Mauro siempre será parte de la historia de Los Bunkers y nos sigue uniendo una amistad de más de 20 años. Sin su energía y talento la banda no estaría en el lugar que ocupa hoy. Por esta razón, le deseamos lo mejor y mucha luz en los caminos que decida transitar desde ahora en adelante”, selló el comunicado.

La banda había decidido que lo más idóneo para todos era que Basualto no continuara, ya que su estado de salud le impedía adoptar la fuerte carga laboral que se les venía en su destino inmediato, incluyendo fechas en México y proyectos de alta envergadura, como el MTV Unplugged que registrarían en Santiago.

Gran parte de 2024 Basualto la consagró a su recuperación y estuvo alejado de los medios de comunicación. Innumerables fueron las peticiones de entrevista para que se refiriera a su paso al costado de su banda madre, pero las rechazó todas.

El músico tampoco figuró como invitado de algunos de los proyectos más relevantes de Los Bunkers durante 2024, como la propia grabación y posterior presentación de su MTV Unplugged, materializado en octubre de 2024 y que mostraron en cines un mes después. Basualto prefirió mantener silencio casi absoluto desde su residencia en Concepción, a la par que se recuperaba de forma paulatina y prefería concentrarse en sus asuntos personales.

En ese período, el contacto de los integrantes de Los Bunkers con el percusionista fue puntual.

La reaparición

Sólo en enero de 2025 reapareció en redes sociales para contar que tenía un nuevo proyecto: clases de batería. “Taller de batería chilena” se llamó la iniciativa que lo devolvió a la luz pública y que presentó así en su cuenta de Instagram: “Bienvenido 2025, que sea lindo para todos y todas. Hemos reabierto el taller de Batería, tanto presencial como online a partir del 1 de marzo de este año”.

También por esas mismas fechas se le dejó ver en algunos conciertos, como una presentación de Santos Dumont en la Universidad de Concepción. A la par, en la plataforma de Instagram promocionaba shows ajenos (como el festival REC que se hizo en Concepción) o mostraba discos que escuchaba, pertenecientes a nombres como Congreso o Bob Dylan. También en abril inició otro taller de batería, en la comuna de Cerrillos.

En mayo, comenzó a poner a la venta parte de su set de baterías que había ocupado por más de dos décadas como parte de Los Bunkers. Se trataba de verdaderos tesoros que integraron su época estelar; entre ellos, una batería modelo Ludwig Vistalite con casos de acrílico, la que ocupó en videos y giras por México y Chile.

La firma que lo está asesorando en tales ventas es la compañía de venta de instrumentos Fimport Chile, que ha aclarado a algunos seguidores las razones de la venta de los objetos por parte del instrumentista; simplemente se trata de tambores y bombos que hoy Basualto no está ocupando, acorde a su intención de aplicar freno de mano a su trayecto laboral, priorizando una carga de trabajo un poco menor.

Pese a ello, esta misma semana el músico ha comunicado una de sus noticias más importantes en el último año: el reinicio con una nueva banda. Se trata de Diagonal, originarios de la misma Concepción y que ya tienen entre sus manos su primer sencillo, Caer parados, con estrenos en los próximos días.

Diagonal es un cuarteto que, además de Basualto, integran Nicolás Toledo, Pablo Baño González y Matías Jara. Su desarrollo se ha remitido a varios ensayos y a la grabación del track en la capital penquista.

Se espera también que en las próximas semanas vengan anuncios de presentaciones en circuitos locales, lo que marcaría el reestreno en vivo del propio Basualto tras su partida de Los Bunkers.

Según cercanos, el reseteo con una nueva agrupación significa un retorno menos exigente a los escenarios y la música, menos demandante que en el caso de Los Bunkers, lo que aparece como un panorama más acorde a una recuperación de salud que sigue en curso y que lo ha mantenido concentrado en el último año.