Por Pablo Retamal N.Cómo Jacob Elordi se transformó en el monstruo de Frankenstein
El actor australiano no solo se puso en la piel de la criatura de Mary Shelley para la nueva película de Guillermo del Toro; se sometió a un proceso físico y emocional extenuante que lo convirtió en el corazón del filme, según la crítica. Desde sesiones de maquillaje de más de diez horas hasta un dolor corporal que el actor calificó de "bendición" para el papel, esta es la historia de cómo Elordi se enfrentó a un "deseo imposible" y entregó una actuación "reveladora".

Una impactante caracterización fue la que vivió el actor australiano Jacob Elordi a la hora de encarnar al monstruo creado por el Dr. Victor Frankenstein en la película Frankenstein, dirigida por Guillermo del Toro, basada en la novela homónima de Mary Shelley de 1818. Bajo los pliegues del trabajo de producción, el intérprete encarna al monstruo de una manera convincente.
De hecho, las reseñas apuntan a la actuación de Elordi como el monstruo como uno de los ejes centrales del filme. El País señala: “El trabajo de Elordi, la tristeza y soledad que transmite, es el corazón de una película que crece en su segundo acto, cuando la criatura, al fin, toma la palabra”.

The Hollywood Reporter agrega: “La de Jacob Elordi en una actuación reveladora, notable por su expresividad física, pero quizás aún más por su inocencia, su profundo anhelo y el vacío abrumador que le sigue cuando la Criatura comprende quién y qué es”. En tanto, Variety también pasó por el rol de Elordi: “Una interpretación física y emocionalmente devastadora”.
Deadline también pone en relieve el trabajo del australiano. “Elordi está magnífico en un papel muy distinto al que acostumbra, mientras que Isaac se hunde en la locura con un ego desbordante. Christoph Waltz aporta elegancia y ambigüedad moral, y Mia Goth parece destinada a encabezar una futura secuela inspirada en La novia de Frankenstein, si Del Toro decide continuar la historia”.

Pero ahora escuchémoslo a él. En una entrevista para el podcast Happy Sad Confused, el actor habló de su experiencia rodando con Del Toro. "Este papel no estaba en ninguna lista tangible de sueños, era parte de los deseos imposibles”, confesó.
De hecho, Elordi señaló que al momento del rodaje, el papel tomó un cariz especial para él. "“Sentí que estaba viviendo mi propio Dark Knight”. En parte porque también Del Toro logró crear las condiciones para que el actor pudiera desenvolverse. "Guillermo crea un espacio donde los artistas pueden exponerse y sentirse bien contribuyendo“.
Es que el cuerpo de Elordi, como el de su personaje, estaba en transformación. Llegó al rodaje de Frankenstein después de haber participado en la serie The Narrow Road to the Deep North, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, donde se vio obligado a perder peso, el cual no pudo recuperar del todo antes de ponerse bajo las órdenes de Del Toro.

En unas declaraciones recogidas por la revista People, Elordi relató que sus noches durante el rodaje de Frankenstein estaban marcadas por la angustia y el dolor corporal. “Me despertaba y mi cuerpo sentía un dolor enorme. Y entonces me di cuenta de que era una bendición que ‘Frankenstein’ estuviera por venir, porque podía expresar estos sentimientos, este sufrimiento”, explicó. En buena medida entonces, experimentó algo similar a lo de su personaje.
Un dato revelador, es que Elordi afirmó que el cineasta mexicano lo seleccionó por su origen vasco. “Le dije que era vasco y me contestó: ‘Qué hijo de puta. Entonces ya sabes de qué va esta película, ya sabes qué hacer. Fue parte de la razón por la que me fichó para la película. Le dije que mi padre era vasco y me dijo: ‘Entonces lo entiendes”.

Armando un monstruo
Entrando en el área chica del personaje, el proceso en el que Elordi pasaba de su forma humana a tomar la del monstruo era extenuante. El encargado de la caracterización fue el reconocido artista de prótesis Mike Hill. “Queríamos alejarnos del cliché del zombi o del cadáver grotesco. Guillermo insistió en que todo debía sentirse real y tangible. Si hubiéramos abusado de los efectos digitales, se habría destruido la ilusión. Este proyecto exigía ser práctico y físico”, comentó Hill en entrevista con Variety.
En concreto, Elordi tuvo que pasar por extenuantes sesiones de más de diez horas diarias en el departamento de maquillaje, en el que se le armó un caracterización en base a maquillaje, prótesis y escultura corporal. La idea era transmitir la idea un cuerpo a su conformado por los retazos de otros cuerpos.
Para ello, a Elordi se le aplicaban 54 piezas de silicón, de las cuales 42 cubrían el cuerpo completo y 14 correspondían a la cabeza y el cuello. Esto se repitió cerca de 50 veces, lo que equivale a unas 500 horas en la silla de maquillaje, en total.
Lo que sí se cuidó mucho, es dejar espacio para los ojos del actor. “Si el rostro se vuelve demasiado caricaturesco, la mirada pierde poder. Por ello, el actor solo usó un lente de contacto marrón para modificar sutilmente uno de sus ojos”, explicó Hill.
“Queríamos que al verlo, uno supiera inmediatamente que era una creación. Había que mostrar que había sido diseñado y confeccionado, casi como si la piel tuviera costuras visibles”, agregó.
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