Culto

Cuando el país se impactó: libro recoge cuatro crímenes de mujeres en la Historia de Chile

La historiadora Ximena Vial Lecaros publica el volumen Cuatro crímenes de mujeres que estremecieron Chile (Aguilar) donde repasa los casos de Carmen del Pino, Rebeca Larraín, Alice Meyer y Fernanda Maciel. No solo se detiene en el relato particular, sino que revisa su contexto histórico y las mentalidades de cada época. “La sociedad no se enfocó en entender a los agresores, sino en juzgar a las víctimas”, indica.

Cuando el país se impactó: libro recoge cuatro crímenes de mujeres en la Historia de Chile Foto: El matrimonio Roberto Barceló - Rebeca Larraín

La sentencia cayó firme. “El reo no es digno de indulgencia”, así lo firmó el fallo de la Corte Suprema que el 20 de noviembre de 1936 ratificó la pena de muerte para el arquitecto Roberto Barceló Lira, quien había sido condenado a la pena capital por el asesinato de su esposa, Rebeca Larraín Echeverría. La noticia ocupó la portada del diario La Nación, amén del impacto que produjo en la sociedad chilena, pues nadie pensaba que Barceló pagaría por el crimen que se le acusaba, dada su posición social.

Pero aún le quedaba un último recurso: el indulto presidencial. Hasta la oficina de Arturo Alessandri Palma llegó la solicitud. El “León” la analizó, pero la madre de Rebeca Larraín, la escritora Inés Echeverría, irrumpió en La Moneda y amenazó al mandatario con una pequeña pistola. “Si estoy frente a un cobarde, sepa usted, señor Presidente, que no dudaré un instante en matarlo”. Finalmente, Alessandri tomó su decisión: no concedió el indulto y Barceló fue fusilado en la Penitenciaría de Santiago, el 26 de noviembre de 1936.

Inés Echeverría | Zig-Zag

Casos como el de Barceló Lira forman parte de esas noticias que han conmovido al país, y es uno de los que la historiadora Ximena Vial Lecaros (36) rescató en su libro Cuatro crímenes de mujeres que estremecieron Chile (Aguilar) que acaba de llegar a librerías. En sus páginas, da cuenta de episodios que han involucrado a mujeres en diferentes épocas de la historia de Chile: primero, Carmen del Pino, la segunda mujer fusilada en Chile, en 1854, por matar a su esposo quien la maltrataba; segundo, el citado caso de Rebeca Larraín Echeverría, muerta por su marido, en 1933; tercero, el caso de Alice Meyer, asesinada en 1985, en un episodio donde se buscó un culpable para tapar al verdadero responsable; y cuarto, el reciente femicidio de Fernanda Maciel, en 2023, a manos de un amigo.

“Hace algunos años leí Por él, el libro donde Inés Echeverría relata el asesinato de su hija Rebeca Larraín a manos de su marido, Roberto Barceló -comenta Vial a Culto-. Más que un testimonio, el libro es un grito desesperado por justicia y un retrato descarnado de la hipocresía de la alta sociedad chilena de la época. Ese relato me marcó profundamente y fue el punto de partida de una investigación más amplia sobre Rebeca y su entorno. Desde ahí se fue armando el libro, caso a caso: después vino Carmen del Pino, luego Alice Meyer, y finalmente Fernanda Maciel”.

Vial, historiadora de la UC y académica en la U. Diego Portales, también ha publicado los volúmenes Cuando conocí a Nemesio… (2019), Diosas de lo íntimo (2021) y De Víctimas a supervivientes (2023). Para este libro trabajó en base a material de archivo. “Me enfoqué en fuentes primarias: transcripciones de juicios, prensa de época, testimonios”.

La historiadora Ximena Vial

Un aspecto crucial de este volumen, es el hecho de que Vial hizo un análisis del contexto histórico de cada uno de los casos, enfocándose en las mentalidades y las estructuras sociales de cada tiempo. “Lo que más me interesaba era reconstruir el contexto: que el lector pudiera imaginarse el paisaje, los sonidos, los tonos y hasta los olores del momento. Usé mapas antiguos, entrevisté personas que vivieron en esas décadas, revisé obras de teatro, canciones, hasta hábitos cotidianos. Mi objetivo era que la historia social se respirara en cada página”.

Uno de los aspectos históricos que ahonda el libro es el choque entre el patriarcado y las aspiraciones de las mujeres, que se repite en todos los casos. “El patriarcado es una estructura que le da forma y organización al mundo. Y en nuestra tradición occidental y colonial, esa organización lleva más de veinte siglos. Chile, como república, reproduce una herencia que privilegia lo masculino como eje rector de la institucionalidad y la cultura. Las mujeres de este libro, en contextos sociales y políticos muy distintos, son violentadas por ese mismo orden, que las invisibiliza o las responsabiliza de su propio destino”.

“Más allá de lo evidente —que son mujeres asesinadas—, comparten un patrón: la sociedad no se enfocó en entender a los agresores, sino en juzgar a las víctimas. Antes incluso de morir, ya eran cuestionadas por su comportamiento, su vida íntima, sus decisiones. Todas vivieron en un país que forjó su identidad nacional sobre una idea de lo masculino como lo valioso y lo digno de ser protegido. Aun así, todas caminaron, criaron, trabajaron, vivieron y dejaron huellas”.

Por supuesto, hay elementos de cada uno de los casos que sorprendieron a Vial: “De Carmen del Pino, la crudeza con la que decide asesinar a su marido…pero también la brutalidad previa que vivió: su padre, el sacerdote del pueblo, los hombres que la rodeaban. En Rebeca Larraín me conmovió su intento por resistir: por sobrevivir por sus hijos, a pesar de todo. Con Alice Meyer me impactó la violencia institucional: cómo incluso en los sectores privilegiados, el Estado dictatorial violentaba profundamente. Y de Fernanda Maciel me estremece —aún hoy— cómo la sociedad justificó su asesinato con argumentos absurdos sobre su vida personal, como si alguna conducta juvenil pudiera justificar la muerte”.

En el volumen, Ximena Vial apunta un detalle: las diferencias en cómo el poder Judicial trató cada uno de los casos. “Carmen y Roberto fueron fusilados, algo que ya no es posible hoy. En el caso de Rebeca, el fusilamiento de su agresor fue una sorpresa para la élite santiaguina, que esperaba indulgencia presidencial. En cambio, el crimen de Alice ocurrió en dictadura, y a pesar del paso del tiempo, el sospechoso nunca fue formalizado. Y en el caso de Fernanda, si bien hubo condena, la impunidad simbólica fue feroz: durante más de un año se dudó de ella más que de su asesino”.

Además de historiadora, Ximena Vial tiene una cuenta de Instagram -@historiadicta- donde con cortos videos realiza divulgación histórica, algo que en los últimos años ha tomado cada vez mayor vuelo. ¿Por qué cree que a la gente le interesa la historia? Responde: “Porque es identidad. En un mundo que cambia rápido, necesitamos referencias para entender quiénes somos y cómo llegamos hasta aquí. La historia nos conecta con el pasado, pero también con los otros. Es una herramienta de comprensión, de empatía y, a veces, de reparación. En mi cuenta de Instagram, trato de hacer justamente eso: usar la historia para conversar, para pensar y para reparar colectivamente”.

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