Culto

El dolor de Gloria Sáez, viuda de Tommy Rey: “Me molesta que muchos se están aprovechando de su nombre”

La esposa de uno de los mayores íconos de la música chilena habla a casi cuatro meses de su muerte: dice que ella es dueña de la marca Tommy Rey y que fue quien decidió que la histórica sonora no siguiera con ese nombre. También cuenta que está cansada de los homenajes y critica a quienes " se han colgado" de la memoria del artista.

El dolor de Gloria Sáez, viuda de Tommy Rey: “Me molesta que muchos se están aprovechando de su nombre”

Gloria Sáez recuerda que la primera vez que vio a Tommy Rey tenía apenas nueve años. Vivía en Osorno a mediados de la década de los 60 y fue a un show de La Sonora Palacios, el conjunto en el que el fallecido artista empezó como cantante.

El flechazo fue inmediato: quedó embrujada con su voz y sus modales al interpretar. “Yo era chica y en ese tiempo no era tan común que los artistas fueran a provincia. Fui con mi mamá y me gustó mucho cómo cantaba. Me gustaban mucho los boleros, así que quedé fascinada con eso, porque Tommy cantaba los boleros maravillosamente bien”, rememora hoy a los 68 años.

La segunda vez que vio a Tommy Rey ya era una profesional, vivía en Santiago y trabajaba como contadora en una constructora. Era 1982 y estaba antojada junto a un grupo de amigas de comer una parrillada, por lo que partieron hacia el desaparecido local La Pachanga, donde el intérprete ya se presentaba con La Sonora de Tommy Rey, en su año debut como agrupación. El flechazo no sólo volvió a ser inmediato, sino que esta vez también fue definitivo: esa noche se conocieron y no volvieron a separarse más.

“Quedamos conectados al tiro”, refuerza Sáez. El cupido que encadenó el enlace fue Leonardo “Leo” Soto, percusionista y fundador de la sonora que se mantiene hasta hoy en sus filas.

Gloria lo reconstruye: “Primero me saludó Leo y justo venía Tommy y ahí me lo presentó. Quedamos enganchados. Me dijo que la próxima semana iban a estar de nuevo en la misma parrillada, así que me invitó para que fuera. Ahí me acompañó una sola compañera de trabajo y el pololo de ella, fuimos los tres. Y así nos seguimos viendo”.

Pese a que el rey de la música tropical era 13 años mayor, Sáez asegura que nunca fue un obstáculo para que la relación creciera y se consolidara. Al contrario: ese mismo año 82 de la parrillada y las cumbias, se fueron a vivir juntos en Santiago. “Él decidió venirse a vivir conmigo, pero nos casamos muchos años después, ya de viejos, por el civil y por la iglesia. Yo en esos momentos tenía cuatro hijos y era viuda”.

La súbita determinación desembocó en un vínculo que se extendió por más de cuatro décadas -tuvieron un hijo, Tommy Zúñiga Sáez-, sólo concluido por la reciente muerte de Tommy Rey el pasado 26 de marzo, a los 80 años, producto de un infarto agudo de miocardio y un paro cardiorrespiratorio mientras caminaba por los alrededores de su residencia en Reñaca.

Lo que para el país fue la pérdida de una de las voces más reconocibles en la historia del cancionero popular, para Gloria fue un luto mucho más íntimo. “Fue horrible. Tanto, que me gustaría vender mi departamento e irme a otro lado, porque yo tengo que pasar todos los días por el lugar donde a él le dio el infarto. Ese día me dijo ‘¿tomemos tecito?’, porque nosotros veíamos el programa Ahora caigo, de TVN, y ahí tomábamos tecito. Era cerca de las seis de la tarde y me dijo ‘tengo hambre, pero es muy temprano. Vamos a caminar un ratito’. Y fuimos. Anduvimos unos 30 a 40 metros y me comentó ‘sabes, ¿me dio algo raro? Me siento raro’. Le dije que nos devolviéramos al tiro. Íbamos del brazo los dos. Y cuando llegamos a la reja del condominio, se tomó de ahí y se le fue el cuerpo hacia abajo. Yo me puse atrás de él para que no se golpeara la cabeza, porque semanas antes había tenido una caída”.

Gloria relata que en ese instante llamó a su hijo, quien vive cerca del lugar, para buscar ayuda. Juntos, contactaron a una ambulancia, la que llegó en minutos. Los especialistas tendieron en el suelo al cantante y lo empezaron a reanimar, para posteriormente intubarlo. “No podía pensar en ese momento que se estaba muriendo. Me arrodillé en el suelo para pedirle a Dios que no se lo llevara. Y si se lo llevaba, que me llevara con él también. Lo trasladaron a la clínica, que está como a cinco cuadras de la casa. Ahí ya sabemos el desenlace que tuvo”.

La esposa de la voz de Un año más califica de “repentina” la partida de su pareja. “Él no estaba particularmente enfermo. El médico nunca le diagnosticó una depresión. Estaba cansado no más, como una persona de 80”.

Los días felices y difíciles

Como una forma de rememorarlo, su familia no ha modificado en nada la habitación en Reñaca donde guardaba sus fotografías, discos, galvanos y recuerdos, y que servía de refugio entre todo el trajín de las giras.

“No quiero que esa pieza se mueva de ahí, eso es lo que me frena de cambiarme de casa”, admite Sáez. Luego sigue: “En el living le hicimos un pequeño altarcito donde están sus imágenes. Le prendemos la luz temprano, porque a él no le gustaba la oscuridad, prefería que toda la casa estuviera encendida. Conversamos con sus fotos, eso lo integra de alguna forma a la vida real. Es una manera de tenerlo presente. Él tenía su sillón preferido y sigue ahí. En mi velador tengo una foto donde estamos juntos, en el televisor también”.

Eran días felices, aunque no siempre fue así. Sáez cuenta que el despegue de La Sonora de Tommy Rey en 1982 - en paralelo al inicio de su romance- coincide con una etapa en que la noche santiaguina casi no existía, aún había toque de queda, las oportunidades eran pocas y, por lo demás, el cantante debía distanciarse de la alargada sombra de La Sonora Palacios, el grupo del que se había separado para embarcarse en su propia aventura.

-Usted se empezó a relacionar con él cuando ya era cantante de su propia orquesta. ¿Cómo fue vincularse con alguien con esa labor?

Al principio fue muy difícil. Pero con amor todo se supera.

-¿Por qué tan difícil?

Porque la orquesta no tenía tanto trabajo. O sea, no se daba mucho a conocer todavía entre la gente. Ahí fue cuando empezaron a ir al Festival de la Una y ahí ya empezó a hacerse un poquito más conocido. Pero yo trabajaba en ese tiempo, así que ahí nos arreglábamos. Afortunadamente después todo eso pasó, así que ya empezó a tener un poco más de trabajo y así salimos adelante.

Tommy Rey la-tercera

-¿Era difícil convivir con alguien con un trabajo tan exigente, que trabajaba todos los fines de semana en la noche, los años nuevos, los “18”?

Sí, al principio se hizo difícil, pero después uno se acostumbra y no queda más que apoyar en todo. Yo creo que, de los 43 años que vivimos juntos, pasaríamos unos cuatro años nuevos juntos. Poquitos.

“Hubo un año nuevo muy bonito en que tocaron en Espacio Riesco e invitaron a la orquesta con la familia. Ese año nuevo fue muy bonito. En otras oportunidades, había que acostumbrarse. Pero bueno, fue lo que Dios me mandó y yo lo acepté”.

-Ya llegada la década de los 90, hubo mucha gente joven que lo empezó a admirar. ¿Cómo vivió él ese período?

Ese tiempo me acuerdo que salieron los famosos (músicos de) sound. Entonces todo el mundo le preguntaba cuando le hacían entrevistas si tenía miedo a que los sound lo sacaran de la música. Pero él decía que no, que estaba conforme, que tenía trabajo y no creía que una moda lo iba a dejar de lado. Y nunca lo sacaron tampoco, nunca pasó eso. Gracias a Dios. Él siempre se mostró muy agradecido de todo.

-Con el curso de los años, ¿usted se empezó a involucrar más en el trabajo y en la carrera de Tommy Rey?

No, no. Nunca. Al final de sus días, sí. Era yo la que me involucraba más que él. Él se vestía, iba a cantar y lo demás me lo dejaba. La organización de la casa, los pagos, la administración de la plata, todo eso. Yo me comunicaba más que él con Leonardo (Soto) por los trabajos que iban saliendo con la Sonora. Él se acostumbró a que, como me decían todos, yo lo tenía demasiado regalón. Yo fui de apoyarlo siempre.

TOMMY REY LUIS BOZZO

-¿Y en algún momento le recomendó bajar el ritmo en las presentaciones, que se cuidara en temas de salud?

Es que él no quería. Me decía que no, “¿cómo lo vamos a hacer ahora?”. Yo le decía que de alguna forma nos arreglaríamos. “Si tú dejas de cantar, ya veremos cómo lo hacemos después”, le repetía. “No”, me decía, “yo voy a morir cantando”. Eso era lo que él quería.

Los conflictos

De alguna forma, ese deseo no estuvo lejos. El pasado 21 de marzo, cinco días antes de fallecer, el artista se subió a un escenario para acompañar al grupo nacional La Descendencia Chilena en su show en el Gran Arena Monticello. Tras su deceso, el video con la presentación se viralizó como la última vez del rey local de la cumbia bajo los focos.

“Yo lo acompañé esa vez”, rememora su esposa. “Tengo una foto que me da la impresión de que él se estaba despidiendo (se emociona). Como sale en esa foto. Porque siempre tenía una pose especial en las fotos, pero esta vez fue diferente. Me abrió los brazos”.

Gloria subraya que su marido partió “en paz” y “feliz”, aunque reconoce un matiz. “Problemillas por ahí que tuvo”, califica para contextualizar una serie de roces al interior de La Sonora de Tommy Rey que sucedieron y que -según cuenta- se han prolongado hasta hoy.

FRANCISCO LONGA

Después de la muerte del hombre de La parabólica, el otro miembro histórico del conjunto y su director musical, Leo Soto, anunció que La Sonora de Tommy Rey llegaba a su fin, ya que habían determinado no seguir llevando ese nombre si no estaba su principal protagonista. Semanas después, informó que sus integrantes habían rebautizado al grupo bajo el concepto de La Gran Sonora de Todos, lo que les permitiría seguir con una agenda activa.

El minuto más estelar del renovado conjunto fue el 6 de junio, cuando realizaron un homenaje al fallecido intérprete en en el Gran Arena Monticello, en un show que contó con varios invitados, como Luis Jara, Gloria Simonetti y Jordan. Entre otros tributos, el pasado domingo 6 los premios Pulsar que reconocen a la música chilena -organizados por la SCD y emitidos por TVN- abrieron con un número musical dedicado a Tommy Rey, encabezado por La Combo Tortuga.

Gloria Sáez dice que la marca Tommy Rey le pertenece a ella y está inscrita a su nombre. Por tanto, fue ella la que decidió que no se continuara usando como parte de la banda. También cuenta que Leo Soto había pensado en cambiar el nombre de la sonora antes de la muerte de su vocalista, como una manera de ir “preparando el camino”, según define, lo que generó un conflicto entre los músicos.

“Leonardo quería cambiarle el nombre a la orquesta antes, antes que Tommy falleciera”, asegura.

-¿Por qué?

Porque como veía que Tommy estaba cansado, que a veces no escuchaba, porque tenía el famoso tinnitus. Lo malo es que una vez él lo escuchó.

“Estábamos almorzando y él escuchó la idea de parte de Leonardo. Y yo le dije que no, porque el nombre de la orquesta es mío, yo lo tengo hace muchos años. Tommy me lo dejó para que nadie lo ocupara después que él se fuera, me lo traspasó hace como 30 años. Porque Leonardo siempre dice: ‘yo dije que, si se iba Tommy Rey algún día, la orquesta se terminaba junto con el nombre’. Soy yo la que decido eso, si seguía o no seguía. Yo soy la dueña de la marca registrada. Tengo todos los documentos como para comprobar que lo que estoy diciendo es verdad. Entonces, por eso seguramente era que Leonardo ya quería prepararse para cambiarle el nombre. Me dijeron que le iba a poner Sonora Pambiche, porque tiene una productora que se llama Pambiche”.

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-O sea, de alguna manera, usted también decide que La Sonora de Tommy Rey no se siga llamando así.

Yo lo conversé con Leo, un día tuvimos una reunión en Reñaca y ahí me dijo que a él no le gustaría que siguiera el nombre, qué sé yo. Y yo le dije, por supuesto, si Tommy no está, ¿por qué iba a seguir el mismo nombre? Tommy lo sabía y por eso me heredó el nombre. De todas maneras también fue una decisión mía. No voy a permitir que nadie lo quiera usar tampoco, no se puede.

“Por eso me molesta mucho que muchos se están aprovechando en este momento de su nombre. Porque hacer un homenaje es cobrar no sé cuánta plata por el evento y aprovecharse. Porque entiendo si un artista va a hacer su actuación normal y en medio de eso dice ‘voy a hacer un homenaje a Tommy Rey’. Es diferente. No me gusta que algunos le pongan ‘homenaje a Tommy Rey’ con letras grandes y el nombre de ellos abajo, chiquitito. No lo encuentro justo. Eso no es un homenaje.

-¿Usted ha visto esos homenajes, esos carteles?

Sí, yo ahora que estuve en Osorno y había un letrero gigante en el casino Marina del Sol. Arriba decía Tommy Rey y abajo ‘Óscar Olivares’, parece que se llama uno que hace el doble de Tommy Rey. No corresponde eso. No es que me lo contaran, sino que yo lo vi.

-¿Qué le pareció el homenaje que se le hizo en el Gran Arena Monticello?

Sí, fue diferente, porque eso Leonardo a mí me lo comentó que lo iba a hacer. Fue bonito. Yo fui y agradezco que me hayan hecho la invitación. Fui con mi hija, mi yerno, mis nietos. Estuvo muy bonito.

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-¿Supo del homenaje que le hicieron los premios Pulsar en TVN?

En su momento me habló Leonardo de eso. Cuando Leonardo ha necesitado alguna firma mía, yo tenía que firmarle una autorización. Entonces, llamé al abogado que tengo de la defensa del nombre para que me redactara el permiso para lo que hicieron ese domingo. Y al final terminó con un poquito de polémica. Leonardo se molestó. Y bueno, al final ya conversando con mis hijos me dijeron ‘mamá deja que hagan lo que quieran’. Porque yo no he estado bien de salud. No he estado bien con esto, porque me escriben, me mandan fotos de todas las personas que están dando el nombre de Tommy Rey para trabajar. Entonces, yo me pongo nerviosa. Yo todavía no supero esto. Y veo la falta de respeto que de repente hay. Debo cuidar mi estado de salud. Ya son más de tres meses de su muerte y yo estoy igual como si hubiese sido ayer.

-¿Fue invitada a los premios Pulsar?

Me ofrecieron ir a buscarme y a dejarme, pero les dije que no. No quiero saber más de esos homenajes.

-¿Cómo es su relación con Leo Soto?

Él no me ha llamado. Le pregunté un día “¿por qué te molesta, si yo no soy la que estoy diciendo que esto está bien o mal? Es la abogada de la defensa del nombre”. De hecho, había quedado en llamarme y me mandó un mensaje, que estaba en el médico. No me llamó hasta el día de hoy. Con mis hijos conversamos de que me preocupe de mi salud y los demás que hagan lo que quieran. Que hagan los homenajes que quieran. Porque ya es luchar contra la corriente.

“Yo siempre he dicho que cuando una persona se cuelga del nombre de otra es porque por sí sola no puede hacer nada. Quizás es feo o duro lo que estoy diciendo, pero es la verdad. Tengo la experiencia también de mi hijo. Se llama Tommy. Recién en segundo año de la universidad sus compañeros supieron que era el hijo de Tommy Rey. Y lo supieron porque tenía una presentación de su carrera y yo fui con mi esposo. Y ahí le empezaron a decir que cómo no había contado que era el hijo de Tommy Rey. Y él decía ‘porque son mis cosas y no tengo por qué andar anteponiendo a mi papá para lo que yo hago’. Y tiene toda la razón. Los que se cuelgan del nombre de él, es porque solos no son capaces de enfrentar lo que están haciendo”.

JORGE FUICA

-¿Y usted cree que Leo Soto se ha seguido colgando el nombre de Tommy Rey?

Según lo que hemos conversado, sí, porque yo no veo televisión abierta, pero me dicen ‘oye, estuvo Leonardo’… Pero yo dejé de ver las redes sociales y dejé todo eso de lado, porque me cansé. Me estaba enfermando más de lo que estaba.

“Yo reconozco el trabajo que Leonardo hizo en la orquesta, porque él es bueno en lo que hace, pero también, al final, eran cosas que me molestaron bastante, porque eso de que le faltaran el respeto a mi esposo no me gustó para nada. Él era muy humilde, no le gustaban los problemas, no le gustaban los conflictos. Entonces, siempre decía: ‘no importa, déjalo, déjalo, no quiero problemas’”.

-¿De qué manera cree que le faltaron el respeto?

Leonardo siempre dice que era su amigo, su hermano, pero a un amigo o a un hermano no se le hace esto de querer desecharlo de la orquesta. Porque resulta que mi esposo, por ejemplo, no quería que entrara este joven que trata de cantar ahora con la orquesta, y yo se lo dije a Leonardo, y él me dijo “entonces yo doy un paso al costado”. Y estaba mi esposo escuchando todo lo que yo hablaba con Leonardo, que estaba en voz alta. “Perfecto”, le dije yo, “no hay problema, da un paso al costado”. Al otro día me dijo que hiciera como que nunca habíamos conversado de eso. Olvidar el tema. Yo le dije que estaba haciendo todo esto en el peor momento, porque su amigo estaba enfermo, entonces estaba haciendo planes que no correspondía. Yo siempre fui clara con ellos, y mi hija y nieta también: con todo el respeto que se merecen los músicos de la orquesta, ellos podían cambiar, pero aquí el importante seguía siendo Tommy.

Tommy Rey falleció a los 80 años.

Sobre el final, Gloria cuenta que prefiere quedarse con el costado más luminoso que significó su vida junto a Patricio Zúñiga, el hombre tras Tommy Rey. Recalca que su salud ha estado golpeada por la pérdida y que debió mudarse a Osorno por un tiempo, con unos familiares, para sobrellevar el duelo.

Por eso, como una forma de viajar a mejores tiempos, casi todos los días escucha una canción de La Sonora de Tommy Rey titulada La última estación. Su esposo alguna vez le dijo que, cada vez que la cantaba, pensaba en ella. Su letra dice evocativa: “He recorrido tantos caminos/ tantos amores/ En este tren de la vida de tantos colores/ Me he detenido en tantos andenes con bellas flores/ pero la única estación eres tú/ Después de ti, no hay más amor/ Porque tú eres la última estación”.

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