
El Esquema Fenicio, las claves del desconcertante e intrincado regreso de Wes Anderson
Lo nuevo de Wes Anderson, desde este jueves en salas, es tan desconcertante como exótico. Con su habitual estilo de composición, rebosante en detalles, entrega una película en que la trama importa menos que el desarrollo de los protagonistas. Un regreso con su sello, pero lejos de sus mejores momentos.

Un avión privado sobrevuela un país ficticio. En el interior, el empresario Anatole “Zsa Zsa” Korda (un convincente Benicio del Toro), lee, mientras proyecta una soberbia confianza. De pronto una explosión vuela parte del fuselaje de la nave. Es un atentado. Uno más de los que Korda ha vivido.
Aunque parezca la trama de una película de aventuras, en rigor es el arranque de la nueva película de Wes Anderson, El Esquema Fenicio, estrenada con ovación de 6 minutos en Cannes y desde este 5 de junio en las salas chilenas. Un título no muy revelador y que puede significar cualquier cosa. Pero precisamente, entra en el habitual estilo del cineasta.
Se trata de una comedia negra, desplegada en el mundo del espionaje y la intriga, ambientada en un universo estético que remite al primer tercio del siglo XX. Más bien, es un pastiche de las películas y novelas de aventuras, propias de esa época.

La historia que dirigió y escribió Anderson, junto a Roman Coppola, se concentra en el antihéroe. Korda, es un magnate frío y distante, que tras sobrevivir al sexto intento de asesinato, decide que necesita un heredero. Y aunque tiene 9 hijos, que viven en una residencia aparte, se inclina por la hija distanciada.
Ahí entra en acción Liesl (una encantadora Mia Threapleton), una monja de claustro, que está a punto de tomar los votos, y que tienen un fuerte sentido moral. Apenas conoce a su padre, del que tiene una mala impresión, pues tiene dudas si él se vio involucrado en la muerte de su madre. Pese a todo, escucha su oferta.
Korda le ofrece a su inexpresiva hija tomar el control de sus negocios. Ella, en verdad no quiere, pero como Michael Corleone en El Padrino, parece destinada al puesto. Entonces, pensando que algo de bien se puede hacer con el poder, acepta. Un enjoyado rosario (y su inseparable pipa), es una suerte de símbolo de un nuevo estilo de vida. Ahí su padre le revela un plan.

Guardado entre cajas de zapatos, Korda tiene el Esquema Fenicio. Se trata de un plan para dominar la economía de una nación ficticia de Medio Oriente con una compleja serie interconectada de empresas de transporte minero y pesca.
Sin embargo, necesita dinero y conexiones para lograr imponerlo. Ahí debe salir de viaje junto a su hija, que poco conoce, y un distraído asistente, Bjørn Lund (Michael Cera), quien es tutor de sus hijos. Juntos deberán recorrer varios lugares exóticos y conocer varios personajes.
En realidad, el plan es lo de menos. Suena tan intrincado y extravagante como su nombre, y no es el interés de Anderson que el espectador lo comprenda. Lo suyo es seguir a este empresario fanfarrón, en su camino que tiene tanto de redención como de supervivencia.
Es ahí donde entra el resto de los personajes. Básicamente, están trabajados como caricaturas: un príncipe oriental (Riz Ahmed), un peculiar par de hermanos (Tom Hanks y Bryan Cranston), el dueño de un club nocturno con aire francés (Mathieu Amalric), unos guerrilleros liderados por un tipo con boina a lo Che Guevara, llamado Sergio (Richard Ayoade). Además de la prima segunda utópica Hilda (Scarlett Johansson) y el rencoroso tío Nubar (Benedict Cumberbatch), de quien se sospecha, es el asesino de la madre de Liesl.

Pero ahí la película flaquea. “Sí, son muchos nombres. Ni siquiera están todos. Y eso pone de manifiesto el mayor problema de El Esquema Fenicio: está sobrecargada, y por eso roza y se desliza por todo lo que toca, solo mirando aquí y allá antes de lanzarse al siguiente ritmo de la historia, a la siguiente composición exquisitamente detallada", detalla la crítica de Alissa Wilkinsson para el New York Times.
Basta una mirada a la nómina del elenco, para captar la presencia de nombres de primera línea. Pero sus intervenciones son casi insignificantes. Planas, con poco carácter. “Hay menos simpatía por los personajes, y resulta desconcertante ver a actores del calibre de Tom Hanks, Willem Dafoe y Scarlett Johansson haciendo cameos breves, inexpresivos y casi inmóviles”, apunta la reseña de Peter Bradshaw para The Guardian. Este medio puntúa la película con 3 estrellas de 5 posibles.

La película se desarrolla con el clásico toque de Anderson. Cada plano rebosa en minucias, incluso a veces se presta para perderse entre estas. Pero su reflexión es más profunda, por ello, es un filme mucho menos directo.
“Esta es una película bastante centrada en el alma, de esas que suelen ver artistas que últimamente han estado reflexionando sobre el sentido de la vida -apunta el New York Times-. No puedo garantizar que Anderson haya estado haciendo eso, pero sí puedo confirmar que esta es la primera de sus películas que representa la indagación religiosa de forma explícita”.
Como sea, El Esquema Fenicio, funciona como un pastiche del género al que tributa, pero palidece en relación a la propia obra de Anderson. “Se desarrolla con afabilidad, con ese estilo de niño sabio que Anderson ha hecho suyo, pero que corre el riesgo de convertirse en un manierismo. Siempre es entretenida, y se presenta con la convicción y la fuerza habituales, pero con menos de la extravagancia romántica que hemos visto antes, menos de la soledad infantil que se ha detectado en sus mejores películas”, detalla The Guardian.
El Esquema Fenicio está disponible desde el 5 de junio en las salas de cine del país.
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