
Javiera Mena en el Teatro Caupolicán, la eufórica inmersión al siguiente nivel
La artista chilena presentó su nuevo disco Inmersión, la noche del sábado. Un show de ritmo trepidante, que enfatizó los ritmos pisteros y revisó lo mejor de su repertorio, con una acotada pero efectiva selección de invitados.

Las luces se apagan y Javiera Mena emerge como una deidad pop de otra era. La fanaticada que repleta el Teatro Caupolicán grita en una estruendosa ovación. La artista baja desde una pequeña tarima al centro del escenario y se cuelga una guitarra. Ha comenzado la presentación en sociedad de Inmersión, su buen nuevo disco.
A pesar de los 12 minutos de atraso, debido a que todavía entraba la gente al teatro (la costumbre local de llegar a los conciertos encima de la hora), el ánimo del respetable estaba en alto. La fanaticada de Mena, es diversa, desde cuarentones que la han seguido de sus inicios, a una respetable audiencia más juvenil que se hace notar.

A pesar del misterio del arranque del show, en la noche del sábado 31, el espectáculo es directo y de un ritmo alto. Javiera Mena marca la narrativa de la noche al despachar en el arranque a Na na na y Palacio de Hielo, dos de los buenos cortes de Inmersión, el álbum publicado en abril pasado. Los temas ya son conocidos por los fans.
Y como para mantener el ánimo, Mena saluda a la gente con un mensaje desplegado en la gran pantalla de diseño vertical (al estilo de los teléfonos móviles) ubicada al fondo. “Hola gays de Chile”, rezaba el texto. La gente aplaudió a rabiar. Más cuando de inmediato siguió con Hasta la verdad, uno de los cortes clásicos del álbum Mena (2010).
Vestida con un top plateado, pantalones a juego y enormes zapatos de plataforma, Mena despliega un show intenso, que repasa su discografía, acompañada de banda en vivo. Así, pasa por canciones como Sincronía Pegaso, Corazón Astral y cierra el primer bloque en alto, invitando a Princesa Alba (otra que ha tenido un crecimiento trepidante) para cantar La Joya. Bien elegida, la canción gana con la presencia de la mujer de Convéncete.

Luego, Mena se sienta al piano para un bloque acotado a las baladas. “Me encantan las baladas”, asegura. La luces bajan, un foco la pone en el centro de atención. y canta Absurda, la canción en que la artista se ríe de los celos, y que probablemente es de las mejores de Inmersión. Debería ser single. Sigue con Me gustas tú, de Nocturna (2022), desata un momento de euforia con Esquemas Juveniles (el próximo año cumple 20 años), que hoy suena mejor interpretada, con más momentos de dramatismo. La inmersión de Mena en los códigos del pop español, se nota en esos detalles.
Pasa el segundo invitado de la noche; Santi Motorizado, quien voló a la capital especialmente para la ocasión. La presencia del líder de El Mató a un Policía Motorizado, para cantar Mar de Coral, su single en conjunto, es un guiño a la fanaticada indie. Asimismo, marca su importante vínculo allende los Andes; ahí se grabó el videoclip y además ya cantaron la canción en Cosquin Rock.
El tercer bloque de la noche, tiene a la artista en la tarima rodeada de máquinas. Una estación de trabajo que se ha vuelto un clásico de sus presentaciones. Antaño desplegaba sus canciones en un formato más desatado y electrónico, casi como una Dj de su propia música. Por ello, es un segmento en que pasa las canciones casi sin pausas, con arreglos como para la pista de baile. Lo cierra con la energía a tope al tocar Espada.

Con el público ya agitado por el baile, Javiera Mena arremete con un bloque final en que pasan temas como Otra Era, mezclada con Eclipse Total; luego invita al escenario a Francisca Valenzuela. Un reencuentro, a pocos días de que ambas fueran invitadas al show de Myriam Hernández en el Estadio Nacional. Juntas cantan Yo no te pido la luna, la versión de Daniela Romo, que Mena hizo suya de un mangazo. Muy fiel a la grabación de estudio, a Valenzuela le queda bien la canción y le imprime su estilo. Fue uno de los momentos memorables de la noche.
Tras el subidón emocional, el show no suelta la tensión y cierra con Que me tome la noche, uno de los temas de arrogante pulso bailable de Otra Era, para rematar con la siempre pistera Luz de piedra de luna. Una emocionada Javiera Mena se despide dejando en claro la extensión y profundidad de su cancionero, y que su espectáculo ha crecido con su mayor roce internacional. Al siguiente nivel.
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