Los secretos de Secret LiveSet, la fiesta que recupera lugares impensados y cuyo recinto sólo se sabe 48 horas antes
La aplaudida cita ya fijó su nueva entrega para el 12 de diciembre y, además de destacados músicos y DJ, funcionará con su misma lógica de resguardar el sitio de encuentro, mezclando sonidos electrónicos con arquitectura y performance lumínicas. Lee aquí el detalle.
La dinámica es esta: una experiencia itinerante de música y arte que convierte lugares emblemáticos e impensados en espacios efímeros para los sonidos electrónicos y cuyas coordenadas sólo se revelan 48 horas antes de su realización. O sea, se resguarda el secreto, se mantiene la tensión, se agiganta la expectativa.
A grandes rasgos, esa es la médula de Secret LiveSet, uno de los proyectos más particulares de la escena chilena, el que ya acumula 12 años y 24 ediciones activando recintos no convencionales -desde ruinas urbanas y bosques costeros hasta estructuras patrimoniales- con la presencia de músicos electrónicos de distintos rincones del orbe, cuyas performances se combinan con instalaciones artísticas, arquitectura, expresiones lumínicas y otras iniciativas que convierten la cita no sólo en una fiesta, sino que también en una comunión orgánica y completa.

Por ejemplo, este año, Secret LiveSet reactivó el histórico Chuck E. Cheese de Santiago, transformándolo en club con una galería del artista Caiozzama y con la presencia de Matías Aguayo, uno de los artistas chilenos más aplaudidos de la escena global de los beats; luego llevó su curaduría a Pichilemu, donde el reputado colectivo Delight Lab intervino el entorno natural con su especialidad: luz y proyecciones.
Según plantean sus organizadores, ambas fechas marcaron un antes y un después en el proyecto: el arte dejó de ser un complemento para convertirse en el corazón de la propuesta.

La próxima entrega será este viernes 12 de diciembre y busca profundizar esa ruta. Secret LiveSet volverá a trabajar con el estudio Delight Lab y el artista digital Marco Martínez, quienes desplegarán múltiples instalaciones lumínicas y arquitectónicas distribuidas en dos ecosistemas: un Jardín Sonoro en la superficie y una Cava Subterránea, cada uno con su propio lenguaje visual y escenografías radicalmente opuestas.
El bosque será intervenido con mapping orgánico, láseres entre árboles y estructuras LED que evolucionan desde lo contemplativo hacia una energía cinematográfica.
La cava, en contraste, presentará un entorno más industrial, introspectivo y preciso, con luz dirigida, pulsos lumínicos y presencia performática que transforma el espacio en un cuerpo vivo.
En lo musical, el Jardín Sonoro estará encabezado por los destacados Pachanga Boys, la reconocida dupla formada por Aksel Schaufler, DJ y productor de origen alemán mejor conocido como Superpitcher, y Mauricio Rebolledo, considerado uno de los más significativos productores e ícono de los DJ que representan a México en el extranjero. Ambos han fraguado una fórmula bailable que acaricia el house, el techno, la música disco y la electrónica experimental, destacando en festivales y premiaciones de todo el planeta. Su canción, Time, un trance rico en timbres y colores que se extiende por 15 minutos, es su gran carta de identidad.
Junto a ellos estarán las exponentes chilenas Josefina, y Ambika & Trinity.
En tanto, la Cava Subterránea será animada por Valesuchi, el pseudónimo musical de Valentina Montalvo, productora, compositora, gestora cultural y DJ chilena abocada a la música electrónica y dance con cierto filo social, partiendo desde Santiago para después despegar a Río de janeiro, donde reside desde 2017, encabezando festivales y frecuentes invitaciones internacionales.
También estará Sepha, el alias de Josefa Errázuriz, convertida en una de las DJ emergentes más destacadas de géneros como el progressive y el melodic house, envolviendo sus performances en sonidos hipnóticos, llevando por lo demás su estilo a clubes y festivales de Chile, Latinoamérica y Europa.
¿Y cómo funciona la posibilidad de acceder a Secret LiveSet? El encuentro opera bajo un modelo de club de miembros, donde el acceso funciona mediante solicitud y curaduría de comunidad.
“Más que un sistema de entradas, es un filtro que resguarda el carácter íntimo del proyecto y su foco en la experiencia sobre el registro: no hay cámaras, no hay teléfonos, solo presencia”, dicen desde la organización.
La ubicación exacta será enviada únicamente a los miembros del club 24 horas antes de la fiesta. No sólo se trata de una mantener de mantener la expectativa; también de hacer el evento un punto único e irrepetible.
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