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María Gracia Omegna debuta con obra sobre secuestro de Cristián Edwards: “Espero que no genere polarización, al contrario”

La actriz se aventura como dramaturga con Cautivo (Lado A), una obra inspirada en el secuestro de Cristián Edwards en manos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Con una puesta en escena íntima, musicalizada por el baterista de Congreso Sergio "Tilo" González, Omegna propone una reflexión sobre la memoria, los matices ideológicos y la convivencia con la contradicción.

María Gracia Omegna debuta en la dramaturgia con obra sobre secuestro de Cristián Edwards: “Espero que no genere polarización, todo lo contrario”| Instagram @mariaomegnaoficial

Tras una década en Mega siendo protagonista de exitosas teleseries, María Gracia Omegna vive un próspero momento alejada de la pantalla. “Me siento muy tranquila. Hace mucho tiempo no estaba en esta situación de libertad. Me siento muy agradecida viviéndola, me siento muy creativa, muy activa, estimulada. Lo agradezco mucho”, dice a Culto.

Si bien no descarta regresar a las telenovelas, afirma que su cabeza está en otros asuntos. Una de ellas es el teatro. Junto a la actriz Javiera Mendoza fundó Colectivo Público, un nuevo espacio de creación artística.

“Ambas somos las bases del colectivo y convocamos a distintas personas a trabajar en diferentes proyectos, que nos remuevan, que tengan que ver con memoria, con multidisciplina y equidad de género. No es fijo como una compañía, sino más el hambre de querer conocer, alimentarse de distintas personas todo el tiempo”, profundiza.

En ese entorno nace Cautivo (Lado A), el debut de la actriz como dramaturga, bajo el nombre de Bacha Omegna. “Me hacía más sentido, así me dice todo el mundo”, comenta sobre su pseudónimo.

El texto aborda el secuestro de Cristián Edwards en manos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en 1991. La víctima es hijo de quien en ese entonces era dueño del diario El Mercurio, Agustín Edwards.

“Con unos amigos teníamos ganas de hacer teatro y empezamos a buscar obras. Nada nos hacía sentido. Yo dije: siempre he querido hablar de este tema. ¿Por qué no contratamos a alguien que escriba? Pero después dije, escribámoslo nosotros, todo se fue armando. Mientras iba investigando, iba escribiendo, entendiendo la estructura dramática y aprendiendo cómo se hace una obra, porque nunca lo había hecho", explica la dramaturga.

Fueron, en total, tres años de investigación. “(El tema) lo tenía en el inconsciente de las noticias. Me llamó la atención que tenía ese tinte de comedia de las equivocaciones, un cúmulo de malas decisiones. Sentía que era una situación muy teatral, en muchos aspectos, me interesaba esa contradicción en sí misma. Después leí el libro de Juan Cristóbal Peña, Jóvenes Pistoleros”, profundiza Omegna.

Sobre el texto, recuerda que en un inicio se ciñó estrictamente a los hechos. “Después, Luis Barrales (guionista) me otorgó el privilegio de poder juntarme con él un par de veces, me dio su consejo y su contribución a lo que había leído. Me abrió una compuerta a la fantasía, a entender que esto era un pretexto para hablar de otras cosas. Finalmente, lo que a mí me interesaba era fantasear sobre la intimidad de ese hogar. ¿Cuál era la intimidad? ¿Qué hacían? ¿Cuáles eran las conversaciones? ¿Cuáles eran los conflictos? ¿Cómo convivían con algo que pensaron que iba a ser una cosa y terminó siendo otra, en ese contexto del Chile de transición? Todo esto partió como algo muy concreto y práctico y se ha ido transformando en un ejercicio de fantasía, en el que yo estipulo sobre intimidades, moralidades, y se mezclan entre ambos espacios".

La documentación incluyó entrevistas a exintegrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, no así a Cristián Edwards. “Todos mis respetos a él, como víctima de una situación de la cual no tenía nada que ver. Es profundo el tema, fueron muchas cosas que influyeron a que esa situación se haya generado y durado lo que duró”.

El texto pasó por diferentes versiones, hasta llegar a la que se presentará en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) desde el 15 al 31 de agosto. El título de la puesta en escena responde al estado de todos los miembros de esa casa, no solo al estado de la víctima. Sobre (Lado A), Omegna se remonta a los casetes. “Al secuestrado le ponían música 24 horas, pensaba en la perspectiva, siempre hay un lado A y B”.

La obra es financiada por el Proyecto Fondo Nacional Artes Escénicas 2025 y coproducida por Cultura Capital y Checoeslovaquia, con la colaboración de la Corporación Cultural de La Pintana.

La composición musical está a cargo de Sergio “Tilo” González, uno de los fundadores de la banda Congreso. El músico y la actriz se conocieron en Música de memoria, una instancia conmemorativa de los 50 años del golpe de Estado, en la que el conjunto puso la música y ella, junto a Gloria Münchmeyer, las voces dramáticas para leer textos de Francisco Sazo. ”Quedé impactada por el talento y el virtuosismo que tiene. Se me ocurrió invitarlo a componer para teatro, algo que nunca antes había hecho. Han salido puras cosas buenas de estas fusiones", sentencia.

Quien además se suma desde otra disciplina es Francisca Correa, como directora de arte. “Trabaja en cine, dirigió 1976 e hizo un trabajo hermoso. Hizo teatro en algún momento de su vida y me pareció una buena invitación: cómo aportaba desde su perspectiva cinematográfica a la esencia teatral”, dice la actriz.

María Gracia Omegna | Instagram

Una obra como pretexto

Cautivo (Lado A) se sitúa en plena transición a la democracia en Chile, “pero habla de otras cosas”, insiste Omegna. “Es un pretexto para poder situar otro tipo de temas y conflictos”.

— ¿Cuáles temas? ¿Se refiere a la intimidad del hogar o temas más políticos o emocionales?

Pienso que es un ejercicio político, porque es un grupo de personas conversando o debatiendo sobre hechos que se están hablando en la comunidad. Entonces, es inevitable el ejercicio político. Lo que a mí sí me interesa es humanizar ese espacio.

Es una obra que, aunque no le creas, tiene tintes de comedia. No instruye a nadie lo que tiene que pensar o creer; sino, desde un hecho muy politizado que genera muchas radicalidades para todos lados, hacer un ejercicio de humanidad.

— Usted ha dicho que la obra buscar alejarse “de enfoques tradicionales llenos de slogans, doctrinas y prejuicios”. ¿Cuáles son esos slogans o prejuicios?

En general, hay que imaginar mucha polémica y radicalidades. Siempre la gente piensa que tiene que ponerse de un lado de la vereda. A mí eso me chocó, porque siento que limita el diálogo profundamente.

Siento que es un tema complejo cuando se toca. Uno suele creer que es muy serio y muy rígido. No podría darte un ejemplo, porque creo que está todo bien en un espacio creativo. Todos tenemos derecho a crear lo que queramos crear. A mí, personalmente, me interesa más abrir la compuerta a la conversación, más que decirte qué es lo que tienes que pensar.

En la obra se disputa mucho preguntarse si son héroes o terroristas, que creo que es un tono extremo. ¿Dónde están? ¿Dónde los posicionamos? En eso se genera una especie de humanización. Nadie es tan bueno ni tan malo, nada es muy muy ni tan tan...

— ¿Vio Vencer o Morir, la serie de Prime? ¿Qué le pareció? ¿Cree que genera caricaturas o estos eslogan o prejuicios sobre el FPMR?

No, no creo que genere un eslogan. Al contrario. Tiene un gran elenco, grandes actuaciones, una muy linda manufactura. Claro, podemos no estar de acuerdo con ciertas cosas que se plantean o la perspectiva, puntos de vista, más bien. Pero sí me gusta— quizás a muchos no le gustó— que le dieron un tinte más comercial, más popero, a algo tan serio. Que se vea un poco más popular, accesible a todas las generaciones que no conocen esta historia, me parece acertado. Independiente si yo esté de acuerdo con el punto de vista o no, creo que es una serie de muy buena calidad y me gusta que dé más accesibilidad.

— ¿Cómo cree que llega la obra en un momento en donde los debates en torno a la dictadura siguen vigentes? Candidatos presidenciales han hecho controversiales declaraciones al respecto.

La obra, más bien, la pienso como sustancia de debate, de reflexión, como un ejercicio de humanización, no del discurso.

Espero que invite al diálogo, que pienso que es de lo que estamos carentes hoy. Siento que a veces en un discurso o una mirada política, uno pierde el sentido de la vida. Somos seres humanos y tenemos también derechos, debemos respetar derechos humanos.

Yo puedo pensar políticamente de muchas formas, pero eso no significa que valide algo que va en contra del derecho humano, a la dignidad de la vida. La obra trata de profundizar en esto, genera más preguntas que respuestas. Espero que no genere polarización, todo lo contrario.

María Gracia Omegna | Instagram

— ¿Cómo ve el escenario político venidero, desde la vereda de actriz y ahora como dramaturga?

Lo mismo que vengo diciendo, invitaría más al diálogo. El mundo está polarizado, está viviendo cosas demasiado duras mundialmente. Invitaría a volver a un centro de equilibrio, a aprender a conversar, a aceptar las diferencias, pero a respetar, o a por lo menos determinar cuáles son las bases que sí tenemos que respetar todos en conjunto, independientemente de lo que pensamos.

***

En el futuro, la dramaturga Bacha Omegna se proyecta incursionando en un polo opuesto a su debut: lo infantil.

“En las nuevas generaciones está el futuro, uno debiese hincarle más el diente a ese espacio”.

“Algo hay que despertar ahí, alimentar y motivar a estas nuevas generaciones, porque el teatro es un espacio para generar diálogo, emociones, remover todos los sentidos”, concluye.

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