Por Felipe RetamalLux: Rosalía impacta al mundo con el disco más arriesgado del año
Música clásica, letras en 13 idiomas y pop de vanguardia en todo su espesor marcan el regreso discográfico de la estrella barcelonesa. Un álbum arriesgado, que invita a la escucha en una era de éxitos rápidos. La crítica no ha escatimado elogios para un disco construido en 4 movimientos, como una sinfonía de pop sacro y terrenal a la vez.

Y al tercer año, la Lux se hizo. Con la paciencia de una novicia, Rosalía (Barcelona, 1992) demoró un largo tiempo en escribir un álbum ambicioso, apabullante, e intenso, sumergido entre la espiritualidad y las anotaciones terrenales. Y en el plano musical, se mueve entre la experimentación y la fuerza de una orquesta clásica. Una obra que no deja indiferente. “No se parece a nada más en la música actual”, dictaminó Rolling Stone.
Lux, ya disponible en las plataformas digitales, se construyó durante el período de consolidación de la barcelonesa como una estrella mundial. Tras publicar el ecléctico Motomami (2022) salió de gira, cambió de management y hasta consiguió su primer papel importante como actriz en la tercera temporada de la serie Euphoria de HBO. Hasta ahí, nada muy distinto a la locura de la fama y las exigencias de la industria.
La Rosalía aprovechó cada vuelo, cuarto de hotel y camarín para echar mano a su afición por la lectura. Según ha declarado, en este período leyó muchas hagiografías, biografías de santas e historias cargadas de misticismo. Por ahí comenzó a formar el eje que articula Lux. Una lectura personal para un interés que ha asegurado, le rondaba hace mucho. “Creo que siempre he tenido el deseo de, ¿cómo puedo acercarme a Dios? ¿Cómo puedo estar más cerca de Dios? Ese sentimiento espiritual siempre ha estado ahí”, dijo en charla con el New York Times.

Como antaño lo hicieran Händel o Bach, esa búsqueda espiritual la llevó a mirar hacia una orquesta. De allí a que marque una distancia con el resto de su obra. La Sinfónica de Londres es un instrumento más que se despliega en todo el disco. Además, la cantante sorprende con algunos fragmentos en canto lírico. Todo eso, de golpe, se apreció en Berghain, el primer adelanto de Lux. Un impactante single que incluye un órgano, un coro dramático, cuerdas atronadoras y colaboraciones de Björk e Yves Tumor. Una canción que supone un desafío en la cartelera pop.
La composición llamó la atención a Yudania Gómez Heredia, joven directora de orquesta, compositora y organista de origen cubano. En su cuenta de Instagram dedica algunos reels a explicar las claves de piezas clásicas, fugas, sinfonías, etc. Y por supuesto, escuchó Berghain. “Me parece que está hecho como muy artístico. Me da la impresión de que el equipo que se reunió para hacer esto hay gente que sabe de arte en sí, no solo de música”, dice del otro lado de la pantalla a Culto desde Alemania.
El retumbante arranque de cuerdas de la canción, que de alguna manera presenta el costado rupturista del disco, le sugiere a Yudania Gómez un período muy específico. “Es muy barroco el principio este con las cuerdas. Es verdad que es muy a lo Vivaldi -dice-. Hay muchos compositores barrocos que han gustado esta factura con los violines, esas cosas. Pero lo que más la gente conoce es Vivaldi, por todo lo de Las cuatro estaciones, cosas con este carácter. Y esto es muy parecido, hay escalas y patrones, así que son exactamente la copia”.
De todas formas, la inclusión de instrumentación y segmentos de música clásica de alguna forma se complementa con la experimentación sonora moderna. Rosalía nunca ha sido una purista. Así, suenan patrones de ritmo, voces procesadas y efectos que contribuyen a darle unidad. Así sucede en Berghain. “En la mezcla le cambiaron un poco las velocidades, porque se pudo haber tocado eso mismo con un violín sin cambiarle la velocidad normal y no pasa nada -explica Yudania Gómez-. Pero ellos como que le quisieron dar un poco de electrónica, como este filtro. No sé si es también como para dar una unidad, porque nos están recordando con este filtro de que no es música clásica, original, acústica, así, sin nada, sino que con este filtro también le da una unidad a la segunda y a la tercera parte, que ya son más electrónicas”.

Berghain también anticipó un interés que se despliega a lo largo de Lux; la inclusión de pasajes en varios idiomas, totalmente a contramano del pop convencional. En total son 13, pasando desde el catalán materno de la cantante, hasta segmentos en francés, latín, siciliano, portugués, ucraniano, árabe, japonés, entre otros. Según la misma artista, aquello es nada más por su natural curiosidad. “Siempre he querido entender otros idiomas, aprender otra música, aprender de los demás lo que desconozco. Surge de la curiosidad, del deseo de comprender mejor a los demás”, contó a Billboard.
En sus 18 temas, Lux se organiza en cuatro movimientos. Desde el arranque celestial de Sexo, violencia y llantas, pasando por la doliente Porcelana, que mezcla balada y ritmos urbanos, a la muy flamenca y orquestal La rumba del perdón, que de alguna manera es un guiño a El mal querer. “Hay una estructura intencional a lo largo de todo el álbum. Tenía claro que quería cuatro movimientos. Quería uno que representara una ruptura con la pureza”, explicó Rosalía a Billboard.
Esa estructura también es un guiño a la música clásica. Aunque en este caso, es una articulación de canciones pop, con voz solista. “La sinfonía es una obra solo instrumental, no tiene voz y tiene cuatro movimientos”, explica Yudania Gómez, quien sugiere una comparación entre lo que plantea Rosalía en Lux, con las estructuras que existen en la música clásica. “Un género que tenga cuatro movimientos y que sea coral, sería una sinfonía con un coro como la de Beethoven, que tiene el coro al final, o la n°2 de Mahler, que tiene la resurrección al final, cosas así”.

Como sea, el álbum plantea un desafío. Invita a la escucha atenta y presenta un espesor que no suele apreciarse en el pop planeado para las métricas. Es puro pop de vanguardia. Por ello, en Rolling Stone no dudaron en darle puntuación máxima. “Es un álbum que ninguna otra estrella del pop podría haber creado -dice su reseña-. El álbum triunfa porque cada canción está profundamente elaborada y rebosa de sentimiento, retomando reflexiones trascendentales sobre el sentido de la vida”. Al otro lado del Atlántico, en las páginas de The Guardian, también se le puntuó con 5 estrellas de 5 posibles. Allí se destacó el riesgo que propone la barcelonesa. “No necesitas saber qué está pasando para encontrar en Lux una experiencia verdaderamente cautivadora y envolvente. Son canciones de una belleza uniforme, repletas de momentos impactantes”.
Aunque reconoce que no era una gran conocedora de la obra de Rosalía -pero ha bailado Despechá en alguna fiesta-, Yudania Gómez destaca la evolución musical de la catalana. “Su música ha ido alimentándose de más complejidad. Como que ha tratado de meterle más calidad, más cosas artísticas, más estética, para que no se queda solo en lo banal. Muchos cantantes han hecho discos muy, muy buenos y después al otro disco ya como que van cayendo, porque se les va acabando las ideas o como que es lo mismo. Y Rosalía ha ido cambiando siempre y probando diferentes cosas, como que mantiene a la gente alerta, con esta tensión. Así no se puede evaluar así tan rápido como que es mejor o peor que el anterior. Son diferentes discos, diferentes estéticas. Y eso me parece una estrategia muy inteligente”.
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