
Urgencia por volver al Claro Arena: la caída libre de la UC como local después del cierre de San Carlos de Apoquindo
En el histórico reducto precordillerano, que se cerró en 2022, los cruzados superaron el 70% de rendimiento. Mientras que en los últimos cuatro años, la fortaleza como dueño de casa disminuyó con nitidez.

Si hubiese sido por los deseos del club, Universidad Católica habría estrenado su nuevo estadio Claro Arena en el primer partido como local de la segunda rueda de la Liga de Primera. O sea, el domingo que pasó, ante Coquimbo Unido. Finalmente no sucedió. A falta de los últimos permisos para poder habilitar en propiedad el reducto que reemplaza al histórico San Carlos de Apoquindo, Cruzados determinó esperar hasta el próximo juego en casa para el estreno oficial, el 10 de agosto contra Ñublense.
En este escenario, la UC jugó contra los piratas por última vez como local fuera de Las Condes (todo hace indicar aquello). En Santa Laura, fue una durísima derrota de 3-0 ante el líder del campeonato. El primer tropiezo de la era Garnero.
No es novedad señalar que, deportivamente hablando, la UC ha pasado decepciones durante los últimos años. Estar fuera de la pelea por el título y no entrar en competencias internacionales reiteradamente es un lunar para una institución que tuvo hace poco tiempo su etapa más virtuosa y que ahora tiene todas las fichas puestas en la inauguración de su estadio. El Claro Arena es el proyecto más ambicioso de Cruzados, que ha transitado por dos vertientes. Por un lado, está lo positivo de contar con el reducto más moderno del país, con estándares internacionales. Pero aquello trajo consigo un sacrificio: la localía.
Los costos de la itinerancia
Durante el desarrollo de la reconstrucción, el equipo estudiantil ha tenido que transitar por varios recintos y convertirse en un club itinerante, con los costos asociados a ello. Un ejemplo es que el partido contra Palestino, por la primera fase de la Copa Sudamericana, se jugó en Coquimbo y no en Santiago. Luego de aquel traspié copero, el brasileño Tiago Nunes, en ese entonces el DT, reiteró el tema de la falta de localía y la ausencia de una “identidad” a la hora de jugar en casa. “El club pasa por una transición. No es fácil actuar en este momento... Es natural para una institución que busca su espacio y retomar su identidad. Ustedes creen que es normal jugar en Coquimbo”, dijo el actual técnico de la Liga de Quito. No fueron pocas las ocasiones en las que en la UC se escudaron en el estadio por la falta de resultados.
La UC supo convertir San Carlos de Apoquindo en una fortaleza. Hasta el 20 de agosto de 2022, en un duelo contra Audax Italiano por la Copa Chile, los cruzados completaron 757 partidos en su histórico recinto, alcanzando un rendimiento del 72,7%, y dio cinco vueltas olímpicas (la última en el Torneo Nacional 2020, a puertas cerradas por la pandemia). Salió de Las Condes y el panorama sufrió un vuelco. Ese plus que tenía la UC jugando en su casa se desvaneció.
En total, hasta la fecha, fueron 51 encuentros de los cruzados siendo anfitrión en otros estadios (cuatro en el año 2022, 18 en 2023, 17 en 2024 y 12 en 2025), en todas las competencias. El balance es de 20 victorias, 15 empates y 16 derrotas. Sacando 75 puntos de 153 totales, exhibe un rendimiento del 49%, muy inferior al registro histórico en la precordillera. Lo más bajo fue el año pasado: 43,1% en 17 juegos (seis triunfos, cuatro igualdades y siete caídas). El más elevado ocurre en esta temporada: siete victorias, un empate y cuatro caídas en 12 cotejos (61,1%).
En todo este periodo de itinerancia, los cruzados han sido locales en ocho estadios diferentes: El Teniente de Rancagua, Santa Laura, Ester Roa de Concepción, La Portada de La Serena, Bicentenario de La Florida, Francisco Sánchez Rumoroso de Coquimbo, Bicentenario Germán Becker de Temuco y Sausalito de Viña del Mar. Aguarda, con ansias, volver a su hogar.
El ejemplo del archirrival
Cruzando de vereda, Universidad de Chile transitó por una época oscura en tiempos recientes, donde coqueteó muy de cerca con el descenso. Coincidió con no disponer del Estadio Nacional, debiendo ser un itinerante. En el Torneo Nacional 2021 fue local en Rancagua y apenas ganó cinco de 16 partidos. En la tabla de locales, fue 16° entre 17 equipos (solo superó a Wanderers, descendido).
En el campeonato de 2022, los azules fueron anfitriones en Santa Laura y la campaña no fue demasiado mejor. Sacó 19 puntos en 15 encuentros, siendo 12° entre 16 clubes jugando “en casa”. Mientras que en la liga de 2023, en la cual nuevamente se afincó en Independencia, obtuvo 20 puntos en 15 duelos, siendo el undécimo en la clasificación de los locales. El año pasado volvieron a Ñuñoa y los guarismos mejoraron. En la Liga de Primera 2025, la U es el mejor local, con 100% de rendimiento (en ocho duelos).
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