
Con dos ojeadores en el Mundial Sub 20: los secretos de la dirección deportiva del Betis de Manuel Pellegrini
El cuadro verdiblanco da a conocer el interior de su trabajo de scouting.

El Betis de Manuel Pellegrini funciona como un laboratorio. Uno lleno de libretas, viajes y algoritmos. En su centro de operaciones, la Ciudad Deportiva Luis del Sol, más de quince personas forman un equipo que combina la observación humana con el análisis de datos. Es la dirección deportiva que encabeza Manu Fajardo, un área que el propio elenco andaluz decidió mostrar en un video institucional publicado en sus redes sociales.
El organigrama es amplio. Un director de fútbol profesional, un secretario técnico, un jefe de scouting y una decena de ojeadores que se reparten el mundo cada semana. A ellos se suma un departamento de datos que filtra, clasifica y cruza información de rendimiento, edades y contextos competitivos.
No hay una asignación fija por ligas. Cada scout rota entre países, competiciones y perfiles, con la idea de construir una mirada global que les permita contextualizar el nivel de cada jugador. “Intentamos que todos tengan un conocimiento amplio del mercado. Un scout puede ver hoy a un central en Suecia y dentro de dos semanas estar en Brasil o Bélgica. Eso les enriquece y nos ayuda a tomar decisiones más justas”, explicó Fajardo en el metraje.
En total, entre cinco y ocho ojeadores del Betis están viajando cada semana. Dos estuvieron recientemente en el Mundial Sub 20, otros dos en Sudamérica y el resto distribuidos por Europa. El método es riguroso. Cada posición del campo tiene cinco nombres marcados como prioridad. Son las alternativas que el club tiene sobre la mesa por si se abre una oportunidad en el mercado. Cuando un jugador sobresale en los datos, el nombre pasa al departamento de scouting, que aporta una evaluación subjetiva. Si el interés se mantiene, un miembro del equipo viaja a verlo en directo. Así se cierra el círculo.
Fajardo habla de una dirección deportiva “dinámica y creativa”. En la práctica, eso significa reuniones diarias para coordinar rutas, revisar informes y establecer prioridades. Todo está registrado. Cada mes se comparan los cinco laterales, los cinco centrales o los cinco mediocampistas que el club ha marcado como opciones. “Nos sirve para ver qué jugadores repiten, quiénes mantienen rendimiento y quiénes aparecen como oportunidades emergentes”, detalló el director deportivo. El objetivo es doble: detectar talento antes que la competencia y mantener orden en la información. “Ver muchos partidos no sirve de nada si la información no está organizada”, resume en el video.
El sistema tiene un componente humano que el Betis considera clave. Todos los integrantes de la dirección deportiva son hinchas del club. No se trata solo de romanticismo. Es una decisión estratégica que apunta a mantener un lenguaje compartido. “Trabajamos desde la libertad, desde sentirnos parte de algo. Somos béticos y eso nos da una responsabilidad extra”, dijo Fajardo. Entre los nombres figuran exjugadores del club como Juan Merino y Juan Ureña, junto a analistas jóvenes formados en otras instituciones.
El ejemplo de Gómez
El caso de Valentín Gómez, defensor argentino de 21 años fichado desde Vélez, es un ejemplo perfecto del funcionamiento interno. Primero apareció en los datos, luego lo validaron varios scouts y finalmente fue observado en Buenos Aires por tres miembros del área, incluyendo al propio secretario técnico, Álvaro Ladrón de Guevara. Todos coincidieron en firmarlo.
“No es lo habitual. Incluso en jugadores muy buenos suele haber matices. Pero en este caso hubo unanimidad total”, explicó Lardón de Guevara. El proceso incluyó ver partidos, conocer el entorno familiar del futbolista y analizar su predisposición para adaptarse al contexto Betis. Hoy, Gómez acumula varios partidos como titular en la escuadra de Pellegrini y confirma que el método funciona.
La coordinación entre áreas es constante. Los informes se canalizan en una base común, con códigos de colores, verde para firmar, amarillo para seguir, rojo para descartar. Cuando un nombre recibe varios verdes, el jugador pasa a una fase de seguimiento intensivo. “Cada scout destaca jugadores, pero nadie trabaja aislado. Cuando alguien marca un futbolista, otro compañero lo revisa. Queremos evitar sesgos y tener siempre más de una mirada sobre cada caso”, dio a conocer Andrés Fernández, otro de los jefes de scouting.
El trabajo no se detiene con el cierre de los mercados. Apenas termina el verano, el Betis ya prepara rutas para el invierno y el siguiente ciclo. Se planifican viajes, se revisan contratos que vencen y se estudian contextos de ligas menores donde puedan anticiparse a clubes con mayor presupuesto. Cada año, los scouts del club realizan más de 200 vuelos y cientos de informes. “Sabemos la responsabilidad que tenemos. Queremos equivocarnos lo menos posible y estar siempre convencidos de cada fichaje”, establece Lardón de Guevara.
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