Por Cristian BarreraEl desconsolado llanto de Pablo Aránguiz en pleno partido entre Unión Española y O’Higgins por la Liga de Primera
El volante conmovió a todo el público presente en el estadio Santa Laura, que coreó su nombre al unísono, cuando se disputaba el primer tiempo. La jornada selló el histórico segundo descenso en la historia de los rojos, tras caer por 2-4 ante O'Higgins.

Una escena que conmovió a todos los hinchas de Unión Española que llegaron hasta el estadio Santa Laura. El partido estaba 1-1, gracias a los golazos de Gonzalo Castellani para el dueño de casa, y Martín Sarrafiore para O’Higgins. Justo después del empate del cuadro celeste, cuando el local intentaba desnivelar otra vez el marcador en Independencia, el capitán de los rojos, Pablo Aránguiz, se quedó tendido en el suelo.
Parecía que el volante solo estaba reclamando una falta, pero no. Había sufrido una lesión de gravedad, porque no podía moverse y sus compañeros evidenciaban mucha preocupación. Entró el cuerpo médico del local, pero el mediocampista se veía muy afectado. Hasta que, finalmente, hicieron gestos de cambio hacia la banca conducida por Gonzalo Villagra. Aránguiz, quien era una de las figuras de un duelo muy entretenido hasta ese minuto, tenía que ser reemplazado en pleno primer tiempo, cuando su equipo, que pelea por no descender, más lo necesitaba.

En ese momento, el futbolista hispano logró ponerse de pie cerca de la medialuna del área visitante. Se llevó las manos al rostro y rompió en un llano desconsolado que sobrecogió a los aficionados presentes en la Catedral. El exjugador de Cobreloa sollozaba mientras era subido a la camilla, ya que ni siquiera podía caminar.
“Olé, olé, olé, Pablooo, Pablooo”, coreaban desde las tribunas del Santa Laura, recinto al que llegó mucho más público del habitual para apoyar a su equipo que lucha por la permanencia en Primera División. Sin descubrirse el rostro, un abatido Aránguiz salía en camilla del campo de juego para ser atendido por los médicos de Unión Española.

Una baja importantísima no solo para el partido frente al equipo de Francisco Meneghini, donde era el mejor de la cancha, sino también para la última fecha, cuando el equipo propiedad del empresario español Jorge Segovia visite al campeón Coquimbo Unido, en el estadio Francisco Sánchez Rumoroso. Eso sí, los hispanos no dependían de sí mismos para evitar el descenso, ya que un triunfo de Limache los haría perder la categoría automáticamente.
Y así fue. Los tomateros hicieron la tarea y vencieron a Unión La Calera en el Nicolás Chahuán, mientras que los rojos cayeron por 2-4 ante el cuadro celeste y descendieron por segunda vez en su historia (la anterior fue en 1997). Mientras que los rancagüinos se mantienen firmes en su lucha por conseguir el Chile 2 para ir directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Para el anecdotario quedará que Pablo Aránguiz volvió al banco de suplentes con una férula en la pierna derecha. El ex Universidad de Chile intentó calmar los ánimos de la hinchada que durante el segundo tiempo lanzó bengalas hacia la cancha y puso en riesgo el desarrollo del partido.
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