El Deportivo

El heredero reclama su trono: Alcaraz bate a Sinner y obtiene su segundo Roland Garros en una definición para enmarcar

El español se impuso sobre el italiano, por parciales de 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (2). Tras cinco horas y 29 minutos, el nacido en El Palmar se impuso en la final más extensa en la historia del certamen para obtener su bicampeonato.

Carlos Alcaraz venció a Jannik Sinner en la final de Roland Garros. Foto: ATP Tour.

La arcilla parisina recibió un duelo generacional entre los dos mejores tenistas del mundo. En un partidazo, Carlos Alcaraz (2° del ranking ATP) superó a Jannik Sinner (1°), por parciales de 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (2), y se coronó en Roland Garros por segunda vez en su carrera. El español protagonizó una remontada que quedará en plasmada en la historia y consiguió su quinto Grand Slam tras cinco horas y 29 minutos, la final más larga en la historia del certamen.

El nacido en El Palmar recibe la corona que dejó Rafael Nadal, pues se trata de la primera edición del ATP de París sin la presencia del manacorí tras su retiro del circuito. No estuvo presente en el torneo por primera vez en 20 años.

Sinner, en tanto, no pudo coronarse en su regreso al circuito. Fue primer certamen tras ser suspendido por tres meses debido a su polémico dopaje. De esta forma, el español estiró su ventaja en el historial, que está ocho a cuatro.

Partido generacional

La intensidad se vivió desde el primer minuto. Tuvo un ritmo elevado en todo momento, siendo un partido de alto vuelo. Fue una verdadera batalla que enfrentó a los dos mejores tenistas de la actualidad, llamados a liderar una generación.

Ambos obligaron al otro no solo a dar lo mejor de sí, sino que a no bajar el ritmo en ningún momento. Desplegaron su mejor tenis desde el arranque. El primer game fue un adelanto de lo que iba a acontecer por el resto del encuentro. Fue un adelanto de lo que se venía. Alcaraz logró quebrar en el quinto juego. Sin embargo, Sinner equilibró la balanza haciendo lo propio en el siguiente. Ninguno dejó espacio a dudas. Una verdadera exhibición. Finalmente, el italiano logró cerrar el set tras obtener un break en el cierre. 6-4 para él.

Sinner se soltó y comenzó a llevar la batuta del partido. Su intensidad fue implacable. Combinó su juego agresivo y constantes ataques con extensos desplazamientos, además de mejorar su servicio. Con una intensidad altísimo, impuesto por él, se jugó a lo que él quiso, casi sin drops o slices por ningún lado. La tónica era golpe por golpe.

Para Alcaraz era casi imposible cortar su ritmo. El español se vio desconcertado, frustrado consigo mismo, realizando constantes quejas y reproches propios en voz alta. También conversó en reiteradas oportunidades con su equipo. El italiano logró quebrar en el segundo game. Y cuando parecía encaminar su triunfo, Alcaraz reaccionó con un break en el noveno juego. Le costó, pero tuvo un cambio de chip. No obstante, el set se terminó definiendo en el tie break, donde fue más efectivo Sinner. Pero la semilla ya estaba plantada.

Épica remontada

El español sintió el golpe y cedió un nuevo game al inicio del tercer parcial. “Los astros están alineados para que Sinner gane”, le señaló a su equipo, en una muestra clara de desesperación. Sinner tenía todo a su favor, mientras Alcaraz se veía vulnerable y cada vez más fuera del partido. Se vio superado desde lo mental.

No obstante, como suele acostumbrar, reaccionó en un momento crítico, cuando más lo necesitaba. El hispano recuperó el break. De hecho, al instante, fue él quien terminó por quebrar tras un arduo game. La tranquilidad que el italiano tenía momentos atrás, se disipó. Sinner volvió a conseguir un quiebre en el noveno, pero Alcaraz hizo lo propio en el siguiente y se quedó con el set. 6-4 en lo que ya era un verdadero partidazo.

El cuarto set fue un espectáculo. Con un Alcaraz fortalecido desde lo mental para buscar la remontada y un Sinner con hambre de cerrar el encuentro. Los dos mejores del mundo hicieron gala del mejor tenis del mundo. Fue el peak de cada uno en el partido.

Cualquier error se iba a pagar caro y ambos lo sabían. Ahí, el italiano logró sacar ventaja y quebró en el séptimo game. En el siguiente parecía sellar todo, pero el hispano se sacó de encima tres puntos de partido. Fue un golpe anímico y un punto crucial en el encuentro. Un encendido Alcaraz consiguió un break en el décimo e igualó las acciones ante la incredulidad de Sinner, extendiendo la definición al tie break. El nacido en San Cándido comenzó ganando, pero el ímpetu de el de El Palmar pudo más. El partido se alargó al quinto set.

Fue un duelo para enmarcar, que terminó con Alcaraz emocional y tenísticamente por lo alto. La batalla continuó, pero el español, absolutamente crecido, a esta altura parecía imbatible. Sin embargo, cuando Sinner parecía vencido, volvió a levantarse y recuperar un quiebre. La resiliencia fue la tónica de ambos en todo el cotejo. Fue una verdadera exhibición.

El encuentro fue realmente para cualquiera. Una definición de esta magnitud tenía que definirse en un super tie break. Ahí, Alcaraz fue implacable. Logró cerrar el partido y se coronó con la Copa de los Mosqueteros por segunda vez en su corta pero laureada carrera. El heredero reclama su trono.

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