Por Rodrigo FuentealbaLa muerte de Mario Pineida es el último doloroso capítulo de asesinatos y atentados en el fútbol ecuatoriano
Desde julio a la fecha, seis futbolistas fallecieron en condiciones similares a la que le quitaron la vida al lateral de Barcelona de Guayaquil.

Lamentablemente, el trágico asesinato de Mario Pineida se une a la seguidilla de muertes y atentados que han afectado al fútbol ecuatoriano. Sicariato, asaltos y muchos móviles por resolver se conjugan en la partida de otros seis futbolistas, solo en 2025.
En septiembre pasado, un descarnado atentado enlutó al fútbol en el país que rige la mitad del planeta. Maicol Valencia había sido presentado solo pocos días antes como refuerzo del Exapromo Costa y pereció víctima de un fatídico hecho.
El ataque armado se dio en el hostal Costa Azul de Manta, donde concentraba el equipo de la segunda categoría del fútbol de ese país. Los reportes policiales informaron que el triste saldo de la ejecución fue de cuatro personas fallecidas y dos heridas.
El plantel manabita se preparaba para enfrentar al Deportivo Quito, cuando sufrió la embestida estilo sicariato, ejecutado mientras varios jugadores descansaban en el recinto. Tras el ataque en el que abrieron fuego a quemarropa, los culpables abandonaron una camioneta que luego incendiaron a pocos metros del lugar.
Días más tarde, el delantero Leandro Yépez del mismo equipo, también en la concentración del club, falleció producto de las heridas sufridas en el mismo atentado que acabó con la vida de su compañero.
Fútbol de luto
Un hecho que dejó perplejo a la actividad futbolística de Ecuador, pero que de ninguna manera asoma como algo aislado. La noche del jueves 17 de julio, otro reprochable atentado ocurrido en Manabí había provocado el deceso de Jorge Luis Vargas, exjugador de Liga de Portoviejo.
Según los trascendidos policiales que arrojó la investigación, Vargas fue baleado junto a Javier Pinargote en la calle 26 de Septiembre, en los alrededores del Seminario San Pedro en Portoviejo. Pese a que fue trasladado rápidamente a un centro hospitalario, las graves heridas sufridas terminaron en el fatal desenlace.
Semanas antes, el extremo ecuatoriano Jonathan González, de solo 31 años, fue víctima de un ataque armado cuando se encontraba en Esmeraldas, ciudad en la que residía.
Asimismo, en noviembre pasado, Miguel Nazareno, futbolista del equipo menor de Independiente del Valle fue víctima de un asalto y perdió la vida durante las últimas horas. Fue el propio club ecuatoriano el que oficializó la partida del jugador nacido en 2009, quien formaba parte de la Sub 17 de la institución negriazul.
En la misma época, Jostin Mero de 18 años, quien había sido futbolista del Manta, resultó gravemente herido en un ataque armado en el barrio Miraflores. Si bien fue trasladado de emergencia a un hospital para tratar sus heridas, perdió la vida en el mismo recinto.
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