Con el ánimo a tope llegó Joaquín Niemann al US Open, el tercer major de la temporada. Su victoria el pasado domingo en Virginia le significó su cuarto título de la temporada en el LIV y un envión importante de cara al certamen. Sin embargo, su rendimiento en la jornada inaugural estuvo muy lejos de lo que marcaban las expectativas y las apuestas previas y entregó una tarjeta de 75 golpes (+5), que lo dejó fuera de los 80 mejores.

En la compleja cancha de Oakmont, el talagantino buscaba por fin ratificar el gran nivel que está teniendo en la temporada y pagar su deuda en los torneos grandes, donde su mejor actuación se dio en el PGA Championship, en abril pasado, cuando finalizó octavo.

En ese sentido, los grandes problemas que ha tenido el chileno en certámenes de esa envergadura se han dado en las primeras rondas. Sin ir más lejos, en su última participación pasó el corte con lo justo, para luego tener una gran remontada en la jornada final. Lamentablemente para sus pretensiones, en esta ocasión volvió a sufrir las mismas dificultades.

Este jueves, Joaco salió a la cancha a las 13.47, misma hora en Chile, junto a los estadounidenses Bud Cauley y Daniel Berger, en un recorrido donde cumplió con el par de la cancha en los primeros ocho hoyos.

Niemann volvía al torneo después de que en la edición anterior no pudiera superar las clasificaciones, perdiéndose su primer grand slam desde 2020. Este año accedió por ser líder en el LIV, ratificando su boleto tras ganar en Ciudad de México. Hasta el momento, su mejor presentación fue el vigésimo tercer lugar que obtuvo hace cinco años, en plena pandemia.

La legendaria cancha texana también representaba un desafío no menor, debido a que es un campo bastante ondulado, con un rough muy denso, bunkers complejos y con greens muy rápidos, condiciones que obligan a los competidores a ser sumamente cuidadosos en cada parada.

Por otro lado, el golfista nacional necesitaba mejorar sus sensaciones con el drive, un aspecto que, según propia confesión tras ganar en Virginia, lo había dejado bastante preocupado.

Un duro recorrido

En el hoyo 9 todas esas aprensiones se hicieron realidad con un doble bogey que lo hizo bajar casi 30 posiciones. La rapidez del green lo complicó en demasiada a la hora de puttear, lo que naturalmente lo ofuscó, pues también dejó ir varias opciones de birdie.

En el 12, una bandera de par 5, 618 yardas, y la segunda parada más larga del campo, Niemann nuevamente falló de cerca y sumó otro bogey a su ronda. Luego, en el 14, estuvo a nada de descontar, pero la bola quedó en el borde del agujero. Para colmo, en el 15 otra vez erró en el green y le sumó otro golpe más a la cancha. Escenario que se repitió en el 18, para cerrar una ronda para el olvido.

Este viernes, Joaco saldrá a partir de las 08.02, junto a sus mismos compañeros de la jornada inaugural. La misión será superar el corte y ojalá acercarse al grupo de avanzada para seguir soñando con su primer major. A su favor tiene que no hay nadie muy escapado en el score, en línea con la dificultad de la cancha.