Novak Djokovic está más vigente que nunca. A sus 38 años, el serbio debió esforzarse al máximo para sortear la férrea resistencia del australiano Álex de Miñaur y meterse en los cuartos de final de Wimbledon, el tercer Grand Slam de la temporada.

Pero todo comenzó cuesta arriba para el carismático jugador balcánico. Con el legendario Roger Federer en las graderías, Nole se vio agobiado con la velocidad del oceánico. Se vio dubitativo y poco concentrado tras cometer cuatro dobles faltas y 16 errores no forzados.

De Miñaur aprovechó las vacilaciones del europeo y le quebró dos veces el servicio en el primer set para luego imponerse por un expresivo 6-1, después de solo media hora de partido.

La segunda manga fue de mucho vértigo. Djokovic quebró en el primer juego, pero su rival rápidamente devolvió gentilezas para que el parcial se fuera a una igualdad de 3-3. El serbio terminó mejor el set y volvió a doblegar el saque del australiano. Salvó dos pelotas de quiebre en el décimo juego y se impuso por 6-4.

Espectacular

El tercer set marcó una clara mejora en el juego del exnúmero del planeta. Su servicio mejoró y consiguió meter más del 80% de sus saques. Así, un solo quiebre le bastó para meterse de lleno en el partido, después de imponerse por un nuevo parcial de 6-4.

Cuarto acto que fue el fiel reflejo de la espectacularidad de un partido más que disputado. De Miñaur se puso 4-1 arriba en el marcador y no aprovechó dos puntos de quiebre para ponerse 5-1 arriba y así forzar una larga definición.

Cuando ya se presagiaba un quinto set, Nole ganó cinco games de manera seguida, recuperó el quiebre y sumó un segundo, para conseguir un nuevo 6-4 que le permite llevarse el partido en 3 horas y 19 minutos.

En la ronda de cuartos de final, Djokovic se medirá al italiano Flavio Cobolli (24° del mundo), quien despachó en cuatro sets al croata Marin Cilic.

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