
Protocolo de tormentas: el incómodo protagonista del Mundial de Clubes que inquieta a FIFA a un año de la Copa del Mundo
Hasta la fecha, seis partidos tuvieron retrasos o suspensiones momentáneas a raíz de "condiciones climáticas adversas". El sábado, el Benfica - Chelsea estuvo detenido por casi dos horas. Estados Unidos tiene normas vigentes en caso de que haya alerta de tormentas eléctricas en encuentros deportivos al aire libre.

El remodelado Mundial de Clubes está en desarrollo y cada vez toma mayor vuelo, en las rondas de eliminación directa. Con Estados Unidos siendo el anfitrión de esta nueva competición, que pretende entrar en el calendario deportivo y no irse (se jugará cada cuatro años), sirve como una especie de ensayo proyectando lo que será la Copa del Mundo de selecciones en 2026, que también tendrá a México y Canadá como sedes.
Dentro del balance que se puede realizar con el torneo disputándose, hay un factor que se ha convertido en protagonista: el climático. Considerando la fase grupal y el inicio de octavos de final, van seis encuentros que han tenido alteraciones en su desarrollo por “condiciones climáticas adversas”. Ya sea retrasando el inicio de un cotejo u obligando a interrumpir uno ya iniciado, la amenaza de tormenta ha alterado la planificación original de los partidos.
Esto comenzó el pasado martes 17 de junio, cuando el choque entre Ulsan HD y Mamelodi Sundowns, en el Inter&Co Stadium de Orlando, debió retrasar su inicio por tormenta. Se trata del partido con menos asistencia en la fase grupal: 3.412 espectadores. Al día siguiente se repitió el protocolo en el encuentro entre Pachuca y Salzburgo, en el TQL Stadium de Cincinnati. Tuvo una suspensión momentánea de 90 minutos, hasta que se pudo reanudar, con triunfo de los austriacos.
El tercero fue el jueves 19, en el Palmeiras - Al Ahly que se jugó en el MetLife Stadium de Nueva York, por una tormenta eléctrica en las cercanías al recinto. El cuarto partido interrumpido fue el choque entre Benfica y Auckland City, el pasado viernes 20, nuevamente en Orlando. Aquí se trató de un receso prolongado. Se detuvo al término del primer tiempo y se reanudó casi dos horas después. Los lusos golearon 6-0.
A la lista hay que agregar lo sucedido el martes 24 en el duelo entre Auckland City y Boca Juniors, en Nashville. La aplicación de la normativa obligó a que se postergara casi todo el segundo tiempo. De hecho, cuando se reanudó, ya se sabía de la victoria del Benfica sobre Bayern Múnich, lo que eliminó a los argentinos.

Lo más reciente fue el sábado, en el choque de octavos entre Benfica y Chelsea, en Charlotte. Estaba por finalizar el tiempo regular, con ventaja parcial de los ingleses, pero se debió aplicar el protocolo por amenaza de tormenta. Los jugadores, a camarines. El público, a resguardarse. Tras un receso de casi dos horas, se volvió con el juego. El técnico de los Blues, Enzo Maresca, fue particularmente crítico con esta situación: “Esto no es fútbol; es un chiste”.
¿En qué consiste el protocolo de tormentas?
De acuerdo con lo que establece el protocolo vigente en Estados Unidos para eventos deportivos al aire libre, se debe suspender cualquier actividad si se detecta riesgo de caída de rayos en un radio de ocho millas (aproximadamente 13 kilómetros). Además, se debe evacuar la cancha y las tribunas.
Tanto los jugadores como los cuerpos técnicos y los hinchas deben trasladarse a zonas techadas o instalaciones cerradas, mientras se espera un mínimo de 30 minutos, desde el último trueno o relámpago detectado.
En caso de que el retraso supere los 45 a 60 minutos, el partido puede ser suspendido definitivamente y reprogramado, ya que recién una vez que la alerta haya desaparecido completamente se puede reanudar la actividad deportiva. En los cuatro casos que han ocurrido en el Mundial de Clubes, los encuentros pudieron finalizar en el día original y no moverlos hacia otra jornada.
El aspecto climático se convierte en un tema a considerar de cara a la Copa del Mundo 2026, que será en la misma época (junio y julio) y con el riesgo de que se repita, por ejemplo con las sedes. En el actual Mundial de Clubes hay cinco sedes que acogerán la cita planetaria del próximo año: Nueva York, Atlanta, Filadelfia, Miami y Seattle. No todos los reductos son techados. Se le abre un flanco a la FIFA, toda vez que el Mundial tendrá más equipos y, por ende, más partidos.
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