Una investigación en Barcelona involucra a una serie de futbolistas y exfutbolistas, que están siendo denunciados por una presunta estafa vinculada a criptomonedas y tolkens digitales. La cifra rondaría los tres millones de dólares.

Según informó El Periódico, en la causa estarían involucrados los argentinos Javier Saviola, Nicolás Pareja, Alejandro Papu Gómez, Lucas Ocampos; el español Alberto Moreno y el croata Ivan Rakitic. Se trata únicamente jugadores y otrora jugadores del Sevilla. Todos fueron señalados por haber participado activamente en la promoción del proyecto. Eso sí, ninguno figura como responsable directo del fraude.

El medio español detalla que los principales impulsores de la operación fueron David Rozencwaig, quien es cercano al Papu Gómez, y un grupo de empresarios catalanes compuestos por Manel Ángel Torras, su hijo Marc Alberto Torras y Manuel Morillas.

El sitio también detalla que el grupo planeó desarrollar una aplicación para comercializar NFTs con contenido exclusivo de los mencionados futbolistas. Sin embargo, esto nunca se llevó a cabo como tal.

“El hecho de estar aquí y de hacerme ver, de participar y ser partícipe es también demostrar que hay un proyecto serio detrás y que todos los chicos y los deportistas que estamos, ponemos la cara y somos responsables de lo que hacemos”, aseguró Gómez al charlar con Rozencwaig, en junio de 2022, en un video que fue eliminado de YouTube.

Una extensa denuncia

Los denunciantes aseguran haber invertido dinero en el proyecto, que no avanzó. Mientras que la empresa terminó por ser desmantelada sin ofrecer respuestas ni devolución de fondos. La denuncia es por presuntos delitos de estafa y apropiación indebida.

“Llevaron a cabo una campaña sostenida y agresiva de promoción y publicidad. Sus esfuerzos promocionales tuvieron éxito. Teniendo en cuenta tales esfuerzos publicitarios, su popularidad y su reputación futbolística, muchos inversores confiaron en el proyecto”, consigna la querella, que tiene 343 páginas.

Por otra parte, la compañía habría lanzado su propia criptomoneda, denominada como $SHI, que tenía como finalidad servir de medio de pago para adquirir los NFTs. Los activos digitales, supuestamente, consistían en imágenes y videos exclusivos de los jugadores. Cada uno tenía un valor estimado de 500 dólares por unidad.

La desaparición de la sociedad dejó a los inversores sin respaldo. Por otro lado, dicha criptomoneda nunca llegó a tener un uso práctico ni una cotización en el mercado, por lo que se refuerza la hipótesis de fraude.