El arzobispo de la capital de Polonia, Varsovia, solicitó al Vaticano que expulse a un sacerdote de 60 años identificado como Mirosław M., quien fue acusado de matar a un hombre en situación de calle en el distrito de Grójec.

De acuerdo con lo reportado por Associated Press, la Fiscalía del Distrito de Radom acusa el religioso de haber golpeado con un hacha a la víctima -de nombre Anatol Cz.- para posteriormente incinerar su cuerpo el pasado jueves 24 de julio.

El medio de comunicación polaco Polsat News dio luces sobre el móvil del crimen. Preliminarmente, se ha establecido que el sacerdote había prometido brindar asistencia a la víctima y, a cambio de una donación de bienes raíces, encontrarle una vivienda. El conflicto se intensificó cuando discutían por la ubicación del inmueble.

Un ciclista encontró a la víctima de 68 años e intentó proporcionarle ayuda llamando a los servicios de emergencia. Para entonces, el sacerdote ya había huido. Pese a ello, fue arrestado esa misma noche.

Ante esta situación, Adrian Galbas, arzobispo de Varsovia, solicitó la expulsión del acusado, la pena más alta en el derecho canónico. Hasta ahora, la Santa Sede no ha hecho declaraciones al respecto.