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Ataques a legisladores demócratas dejan en evidencia aumento de la violencia política en EE.UU.

Los incidentes de violencia política han alcanzado su nivel más alto desde la década de 1970, según una investigación de Reuters.

“Al igual que los tiroteos en las escuelas, la violencia política se está volviendo casi rutinaria”, escribió el diario The New York Times, luego de que se sucedieran de manera inquietante, el sábado, el asesinato de una legisladora demócrata de Minnesota y su marido, y el intento de asesinato de otro legislador demócrata y su esposa.

En la madrugada del sábado, Yvette Hoffman, esposa del senador de Minnesota, John Hoffman (60), demostró un acto de protección maternal al arrojarse sobre su hija para protegerla de los disparos, dijeron sus familiares. Los Hoffman se encontraban en su residencia en Champlin, Minnesota, cuando fueron atacados por un individuo que se hacía pasar por agente de policía, según informaron las autoridades. Tras el incidente, tanto Yvette como John fueron hospitalizados para someterse a cirugía, pero la esposa del senador se encontraba consciente y alerta por la noche, indicó el gobernador de Minnesota, Tim Walz, quien también mencionó que ambos seguían luchando por sus vidas.

Unas horas más tarde, en Brooklyn Park, la representante estatal Melissa Hortman (55) y su esposo Mark no corrieron la misma suerte. Fueron asesinados en su hogar en un ataque que las autoridades han calificado como políticamente motivado por el mismo sospechoso. El superintendente Drew Evans, del Buró de Aprehensión Criminal de Minnesota, confirmó que el ataque ocurrió cerca de las 2 a.m. y que fue llevado a cabo por un hombre que vestía como oficial de policía.

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El presunto responsable de estos ataques, identificado como Vance Boelter, de 57 años, utilizó una estrategia para hacerse pasar por un agente del orden público, reveló la policía tras hallar un manifiesto y papeles con la leyenda “No Kings” en el vehículo del sospechoso. Boelter, que ya había servido en la junta bipartita de desarrollo de la fuerza laboral, está acusado de abrir fuego sobre la representante Hortman y de herir al senador Hoffman. Tim Walz expresó su “optimismo cauteloso” respecto de la recuperación de los Hoffman, describiendo la situación como “un acto de violencia política dirigida”.

Las declaraciones de conmoción y condolencias se sucedieron el sábado. “Noticias horribles”, dijo el representante Steve Scalise, quien recibió un disparo en un partido de béisbol en 2017. “Paul y yo estamos desconsolados”, dijo la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, cuyo esposo fue golpeado con un martillo en 2022. “Mi familia y yo conocemos muy bien el horror de un tiroteo selectivo”, dijo la exrepresentante Gabby Giffords, quien recibió un disparo en la cabeza en 2011.

Melissa Hortman

Otros mensajes similares vinieron del gobernador Josh Shapiro, de Pennsylvania (cuya residencia fue incendiada en abril pasado), la gobernadora Gretchen Whitmer de Michigan (blanco de un intento de secuestro en 2020) y el presidente Donald Trump (quien fue víctima de dos intentos de asesinato en 2024). “Una violencia tan horrenda no será tolerada en los Estados Unidos de América”, dijo el presidente.

Y, sin embargo, el creciente club de sobrevivientes de la violencia política parece demostrar lo contrario, señala el Times. Solo en los últimos tres meses, un hombre prendió fuego a la residencia del gobernador de Pennsylvania mientras Shapiro y su familia dormían en el interior; otro hombre mató a tiros a dos funcionarios de la embajada de Israel en las afueras de un evento en Washington; manifestantes que pedían la liberación de rehenes israelíes en Boulder, Colorado, fueron blanco de artefactos incendiarios, y la sede del Partido Republicano en Nuevo México y un concesionario de Tesla cerca de Albuquerque fueron atacados con bombas incendiarias.

Para Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC para América del Norte, la tragedia que implica otro episodio de violencia armada de alto perfil en Estados Unidos “se ve agravada por la naturaleza política de este ataque”: “Dos legisladores demócratas fueron atacados junto con sus familias en sus hogares. Sucedió en Minnesota, un estado que se enorgullece de su actitud amistosa y relajada, donde las divisiones políticas se han intensificado recientemente”.

“La violencia política no es nueva en Estados Unidos, pero se ha convertido en un fenómeno cada vez más común”, agrega.

John Hoffman

En la misma línea, el secretario de Estado de Minnesota, Steve Simon, advirtió que la brutalidad que su estado presenció el sábado no fue exclusiva de Minnesota, sino parte de una tendencia más amplia de animosidad política que se está convirtiendo en actos de violencia.

“La violencia política es una enfermedad”, declaró Simon, demócrata. “Y, lamentablemente, está en aumento. Quiero ser muy claro: hemos tenido ejemplos recientes en ambos lados del espectro político. Estoy realmente muy preocupado por el rumbo que está tomando todo esto”.

Y el análisis de Zurcher y Simon tiene sustento en las estadísticas. El periodista de investigación de Reuters, Ned Parker, ha estado rastreando incidentes de violencia política desde que los partidarios de Trump irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 y, hasta el otoño pasado, había identificado más de 300 casos –incluyendo al menos 51 incidentes este año–, calificándolo como el aumento más sostenido de violencia política que el país ha visto desde la década de 1970.

El aumento de la violencia dirigida contra funcionarios electos, empleados públicos y el poder judicial es una señal de los tiempos que corre el país, afirmó Brian Levin, profesor emérito y director fundador del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California.

“Hemos observado aumentos prácticamente generalizados, relacionados con funcionarios públicos durante el último lustro”, afirmó Levin. “Además, en el ámbito de la violencia política, observamos que estos actos suelen ir acompañados de declaraciones políticas que justifican la violencia, como parece ser el caso aquí”.

En el discurso cotidiano, incluidos los foros en línea, hay una creciente aceptabilidad del “lenguaje eliminacionista”, dijo Levin, lo que se ve exacerbado por un universo en línea donde “la agresión produce clics e interacción”, comentó el experto al diario The Minnesota Star Tribune.

Los familiares de figuras públicas también se están convirtiendo en blancos cada vez más frecuentes, afirmó Peter Simi, profesor de sociología de la Universidad Chapman y experto en violencia política. Señaló el caso de la jueza federal Esther Salas, cuyo hijo fue asesinado en Nueva Jersey en julio de 2020 por un hombre que se hizo pasar por repartidor de pizzas.

“Es frecuente ver a cónyuges e incluso hijos siendo blanco de amenazas”, afirmó Simi, añadiendo que, desde enero, los jueces federales han estado recibiendo amenazas mediante el envío de cajas de pizza a sus domicilios.

Una encuesta realizada en 2023 a casi 300 excongresistas reveló que casi la mitad de ellos o sus familiares recibieron amenazas durante su mandato. La encuesta, realizada por la Universidad de Massachusetts en colaboración con la Asociación de Excongresistas de EE.UU., reveló que la tasa era considerablemente mayor entre las personas de color y las mujeres, de las cuales aproximadamente el 70% recibió este tipo de amenazas.

Hasta abril, hubo más de 170 incidentes de amenazas y acoso contra funcionarios locales en casi 40 estados este año, según datos recopilados para la Iniciativa Bridging Divides de la Universidad de Princeton.

“Hemos entrado en un momento especialmente aterrador en el país, donde se siente que se han eliminado las normas, la retórica y las reglas que buscaban contener la violencia”, dijo Matt Dallek, politólogo de la Universidad de Georgetown que estudia el extremismo. “Mucha gente está recibiendo señales de la cultura”, señaló a The Associated Press.

La Liga Antidifamación descubrió que, entre 2022 y 2024, los 61 asesinatos políticos en Estados Unidos fueron cometidos por extremistas de derecha. Esto cambió el primer día de 2025, cuando un hombre de Texas que enarbolaba la bandera del Estado Islámico mató a 14 personas al conducir su camioneta por una concurrida calle de Nueva Orleans antes de ser abatido a tiros por la policía.

“Se observan actos de violencia de ideologías muy diversas”, dijo Jacob Ware, investigador del Consejo de Relaciones Exteriores sobre terrorismo. “Se percibe como algo más aleatorio, caótico y frecuente”.

Ware señaló que el aumento más reciente se produce después de que la nueva administración Trump cerró unidades que se centran en investigar el extremismo de la supremacía blanca y presionó a las fuerzas del orden federales para que dediquen menos tiempo a la lucha contra el terrorismo y más a detener a personas que se encuentran en el país ilegalmente.

“Después de estas seis semanas, hemos llegado al punto en que debemos preguntarnos qué tan efectivamente la administración Trump está combatiendo el terrorismo”, dijo Ware.

Algunos expertos políticos sostienen que el aumento de la violencia se ve agravado aún más por la retórica y las acciones impulsadas por la administración Trump y otros republicanos, apunta el medio Politico.

“Quiero decir, no es ciencia espacial”, dijo el politólogo de Harvard Steve Levitsky, coautor del libro “Cómo mueren las democracias” de 2018. “Condonan la insurrección del 6 de enero. Los indultan a todos, o a casi todos, incluyendo a quienes agredieron físicamente a los policías, y los tratan como héroes. Envían autos sin distintivos con agentes enmascarados que parecen justicieros, secuestrando gente en las calles… Han creado una atmósfera que no solo es permisiva con la violencia política, sino que la fomenta”, comentó Levitsky apuntando al inquilino de la Casa Blanca.

De hecho, el mismo sábado se registró un tiroteo en una protesta contra las políticas de Trump en Salt Lake City, un bastión demócrata en el estado republicano de Utah, que dejó una persona con “heridas que amenazan su vida”, informó la policía, que añadió que otras tres personas fueron puestas bajo custodia.

“Uno de los objetivos de la violencia política es silenciar a la oposición”, dijo Lilliana Mason, politóloga de la Universidad Johns Hopkins que estudia la violencia y el partidismo político, en declaraciones a The New York Times. “No se trata solo de actuar contra unas pocas personas o víctimas. La idea es silenciar a más personas de las que se daña físicamente”.

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