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Bolsonaro acusa una “suprema humillación” y niega otra vez haber planificado un golpe de Estado

El exmandatario brasileño lo dijo tras las medidas cautelares ordenadas por la Corte Suprema, cuando describió las últimas órdenes judiciales como actos de "cobardía" y llamó "dictador" al juez De Moraes. “La sospecha (de fuga) es una exageración", aseguró.

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro sale de la sede de la Policía Federal después de testificar sobre los disturbios del 8 de enero, en Brasilia, el 18 de octubre de 2023. Foto: Archivo UESLEI MARCELINO

La Corte Suprema de Brasil emitió este viernes órdenes de allanamiento y de restricción contra el exmandatario Jair Bolsonaro, prohibiéndole contactar a funcionarios extranjeros por acusaciones de que había cortejado la interferencia de Donald Trump en la política económica del país. Además, la policía federal allanó la casa de Bolsonaro y le colocó una tobillera electrónica. Horas después, el exmilitar concedió una entrevista donde se refirió a los hechos.

En conversación con la agencia Reuters, el líder de Partido Liberal reiteró que “jamás” conspiró contra la democracia ni pensó huir del país, que las medidas cautelares dictadas por la Justicia en el marco del proceso que enfrenta por golpismo son “una suprema humillación” y que “el juicio por el golpe es político”.

La sospecha (de fuga) es una exageración, soy un expresidente de la República, tengo 70 años de edad. Suprema humillación”, reclamó.

Sus declaraciones se produjeron al salir de la sede de la Policía Federal, donde le fue colocada una tobillera electrónica por orden de la Corte Suprema. “El proceso que estoy viviendo es político, no es normal”, declaró. Y agregó: “Quieren sacarme del juego político para las elecciones del próximo año”.

Bolsonaro dijo que es el único que puede vencer al presidente Lula en las próximas elecciones y agregó que no piensa en nombrar a otra persona para postularse a la presidencia en 2026. “A pesar de todo lo que está pasando, soy el candidato para 2026”, afirmó.

A pesar de tener prohibido ejercer cargos públicos hasta 2030, Bolsonaro ha insistido en que se enfrentará a Lula en una revancha en las elecciones del próximo año, argumentando que es la única figura de la derecha que puede derrotar al actual presidente.

Otras prohibiciones para el exmandatario fueron: no salir de casa entre las 19:00 y las 7:00; no utilizar redes sociales; así como le prohíben contactar a embajadores y diplomáticos extranjeros, acercarse a las embajadas y hablar con otros de los procesados.

Jair Bolsonaro asiste a una manifestación en Copacabana, en Río de Janeiro, el 21 de abril de 2024. Foto: Archivo Pilar Olivares

Prohibición de hablar con su hijo

El viernes, al exmandatario se le prohibió contactar a aliados clave, incluido su hijo Eduardo Bolsonaro, un congresista brasileño que ha estado presionando en Washington para ayudar a su padre. Bolsonaro dijo que la orden judicial que le prohíbe hablar con su hijo es “cobardía” y que esa medida fue la que “más le sorprendió”.

Bolsonaro aseguró que hablaba con Eduardo en Estados Unidos al menos cada dos días, pero que no había ninguna “estrategia”. La aclaración es debido a que Eduardo estaría realizando unas gestiones “por justicia” en Estados Unidos, país en el que se encuentra desde marzo y desde donde asegura haber influido en la decisión del presidente Trump de aplicar aranceles del 50% a Brasil a partir del 1 de agosto próximo.

“Mis abogados necesitan estar al tanto de la investigación. La investigación que dio lugar a las medidas cautelares en mi contra es porque mi hijo Eduardo Bolsonaro está en Estados Unidos. Estoy restringido a Brasilia con una tobillera. Registraron y confiscaron mi casa, llevándose 7 mil reales y aproximadamente 14 mil dólares, todo ello debidamente obtenido allí. Así que, ahora mismo, es una nueva investigación, y yo también estoy involucrado...“, resaltó Bolsonaro.

También agregó que Eduardo buscará la ciudadanía estadounidense y no regresará a Brasil, añadiendo que su hijo tiene una “buena relación” con el gobierno estadounidense.

Eduardo Bolsonaro es el tercer hijo del exmandatario Jair Bolsonaro, es diputado federal y está afiliado al Partido Liberal desde 2022. Foto: Archivo

“Profundo respeto” por Trump

La operación policial llega un día después de la última carta de Trump este jueves a través de Truth Social, presionando a las autoridades brasileñas en favor de Bolsonaro, donde llegaba a decir que el juicio “debe terminar inmediatamente”. “No me sorprende verlo liderando las encuestas; usted fue un líder muy respetado y fuerte que sirvió bien a su país”, lo elogió Trump.

He expresado firmemente mi desaprobación tanto públicamente como a través de nuestra política arancelaria. Espero sinceramente que el Gobierno de Brasil cambie de rumbo, deje de atacar a sus oponentes políticos y ponga fin a su ridículo régimen de censura", continuaba la misiva en apoyo del expresidente brasileño.

Con una tensión que crece cada día que pasa, el juez Alexandre de Moraes, que instruye el proceso, decidió adelantarse a la posibilidad de que Bolsonaro pidiera asilo a Trump y se refugiara en la embajada de Estados Unidos, por ejemplo, una hipótesis de la que se hablaba desde hace tiempo, explica el diario El País desde Río de Janeiro.

Bolsonaro se refirió a Trump varias veces a lo largo de la entrevista, diciendo que siente respeto por él y por Estados Unidos. “Tengo un profundo respeto” por Trump, “sé que le gusto a Trump o no me habría invitado a su toma de posesión” y “nunca le daré consejos a Trump. Estados Unidos es un ejemplo para nosotros, no nosotros para él”, fueron algunas de sus valoraciones durante la entrevista.

Bolsonaro era amigo de Trump cuando ambos estaban en el cargo. La semana pasada el presidente estadounidense defendió a su homólogo brasileño, asegurando que éste fue víctima de una “caza de brujas”. Un término que Trump ha utilizado para describir el trato que le dan sus oponentes políticos.

También afirmó que es “natural” que las grandes tecnológicas de Estados Unidos abandonen Brasil y que el mercado financiero local está aterrorizado por una posible fuga de capitales del país. Y acusó al juez de la Corte Suprema de estar “criminalizando” al Congreso y al gobierno de Estados Unidos.

Bolsonaro es acusado de liderar, junto con varios de sus colaboradores, entre ellos antiguos ministros y militares de alto rango, un complot golpista para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022, que ganó Lula da Silva. La Fiscalía lo acusa de cinco delitos, entre ellos golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derechos, cuyas penas sumadas pueden llegar a los 40 años de prisión.

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