Por Bastián DíazEconomía, salarios, inmigración: el fact-checking al discurso donde Trump destacó sus victorias en medio de caída de su aprobación
Imprecisiones, exageraciones y frases de plano matemáticamente imposibles fueron parte de una alocución de 18 minutos que se sintió como una "vuelta olímpica" de fin de año, con el mandatario estadounidense celebrándose a sí mismo en cadena nacional.

En un inusual discurso nocturno desde la Casa Blanca, el Presidente estadounidense, Donald Trump, se jactó el miércoles de sus logros y culpó a su predecesor demócrata Joe Biden por el aumento de los precios al consumidor, mientras su partido se prepara para unas difíciles elecciones intermedias el próximo año.
“Hace 11 meses heredé un desastre y lo estoy arreglando”, dijo Trump en un discurso que duró 18 minutos y se pronunció a un ritmo vertiginoso.
“Nunca antes visto”, “el más grande, el más fuerte”, “mejor que en décadas”. En un discurso lleno de superlativos, Trump se dirigió a su país “en horario prime”, en una alocución que se esperaba diese noticias sobre una eventual declaración de guerra contra Venezuela, pero que terminó siendo un largo saludo de Navidad para marcar sus 11 meses de mandato.
Desde el Salón Diplomático de la Casa Blanca, el mandatario republicano dio un discurso donde retrató un año de “ganancias económicas”, asegurando que la inflación viene bajando en su país mientras los sueldos suben. Esto, precisamente en un momento en que el costo de la vida en Estados Unidos se ve como un problema central de la discusión.
“Estoy bajando esos precios, y los estoy bajando rapidísimo. Miremos los hechos”, dijo Trump empezando su discurso. De ahí en adelante los hechos citados se fueron separando de los datos y las estadísticas entregados por las instituciones oficiales.

El discurso partió con unos minutos dedicados a la inmigración, y de culpar al gobierno anterior por la entrada de “25 millones” de migrantes en los últimos años. La cifra es falsa, e incluso el dato anterior de Trump, 21 millones, ya era una exageración descomunal. Hasta diciembre de 2024, el último mes completo bajo la administración Biden, el gobierno federal había registrado menos de 11 millones de “encuentros” con migrantes en todo el país durante esa administración, incluyendo los millones que fueron expulsados rápidamente del país.
Incluso, sumando a los llamados “fugitivos” que evadieron la detección, estimados por los republicanos de la Cámara de Representantes en aproximadamente 2,2 millones, es imposible que la cifra se acerque siquiera a la cifra declarada por Trump.
El inquilino de la Casa Blanca también repitió su afirmación infundada de que, durante el gobierno de Biden, países extranjeros vaciaron sus prisiones e instituciones psiquiátricas para, de alguna manera, enviar a sus habitantes a Estados Unidos como migrantes, afirmando que “muchos” miembros del supuesto “ejército de 25 millones de personas” provenían de este tipo de establecimientos. Trump nunca ha corroborado tales afirmaciones sobre países extranjeros en general ni sobre los lugares específicos que ha mencionado en el pasado: Venezuela y “el Congo”, sin precisar cuál.

Pero fue en la economía donde los medios norteamericanos, a través del fact-checking, dieron cuenta de una mayor cantidad de mentiras e imprecisiones. El Presidente citó estadísticas engañosas para insistir, erróneamente, en que los precios estaban bajando. “El precio de un pavo para el Día de Acción de Gracias bajó un 33% en comparación con el precio de Biden el año pasado. El precio de los huevos ha bajado un 82% desde marzo, y todo lo demás está bajando rápidamente, y aún no ha terminado”.
Esto es una exageración: es posible que Trump se refiriera, y exagerara, a un informe de la Federación de la Oficina Agrícola Estadounidense, que estimaba que el precio de un pavo en el supermercado antes del Día de Acción de Gracias había disminuido un 16% este año con respecto a 2024.
Pero los precios del pavo al por mayor en realidad han subido este año, según datos del Departamento de Agricultura y un informe de la Universidad de Purdue. Trump también se equivocaba al afirmar que “todo lo demás está bajando rápidamente”. De hecho, el Índice de Precios al Consumidor en Estados Unidos subió un 3% en septiembre.
El Presidente también habló de forma, al menos, “imprecisa”, sobre los precios de los combustibles: “La gasolina ahora está por debajo de los 2,50 dólares por galón en gran parte del país. En algunos estados, por cierto, acaba de llegar a los 1,99 dólares por galón”. Esto es también una exageración. A nivel nacional, el precio promedio de la gasolina fue de 2,90 dólares por galón en la semana que finalizó el 15 de diciembre, según la Administración de Información Energética, una agencia estadística gubernamental.

Trump dijo: “Los salarios están subiendo mucho más rápido que la inflación”. Según NBC News, los salarios están superando la inflación, pero “mucho” es tema de debate, ya que el ritmo de crecimiento salarial se ha desacelerado significativamente este año. En enero el salario promedio aumentaba a un ritmo del 4,1%. Hasta el martes, cuando la Oficina de Estadísticas Laborales publicó el informe de empleo de octubre y noviembre, el ritmo había caído al 3,5%. La inflación se encuentra actualmente en el 3,0 y ha aumentado cada mes desde abril.
Trump también anunció que enviaría un “dividendo guerrero” de 1.776 dólares a 1,45 millones de militares estadounidenses la próxima semana. “Afirmó que esto fue posible gracias a los ingresos procedentes de los aranceles, sin mencionar que estos mismos aranceles han impulsado el alza de los precios”, destacó The Guardian.
En términos internacionales, Donald Trump también les vendió expectativas exageradas a los estadounidenses: “Ya he conseguido una inversión récord de 18 billones de dólares en Estados Unidos”. Esos 18 billones de dólares son casi el doble de lo que su propia oficina de prensa de la Casa Blanca ha contabilizado, 9,6 billones de dólares. De hecho, más de la mitad de esa cantidad proviene de promesas informales de países extranjeros para invertir en Estados Unidos que, según los expertos, podrían ser poco realistas.
Por ejemplo, Qatar y Emiratos Árabes Unidos prometieron más de un billón de dólares cada uno en inversiones, lo que de hecho supera su producto interior bruto, destaca The New York Times. Las promesas anteriores del primer mandato del Trump también pueden mostrar una naturaleza similar: una oferta de Arabia Saudita de 2017 de comprar 450 mil millones de dólares en productos estadounidenses nunca se materializó del todo.
Hablando sobre los precios de los medicamentos, el Presidente ya pasó al dominio de los números irreales, repitiendo su falsa afirmación de que una orden ejecutiva que emitió sobre los precios de los remedios recetados reducirá esos precios “hasta en un 400%, 500% e incluso un 600%”. Estas cifras son matemáticamente imposibles: si el Presidente lograra mágicamente que las compañías redujeran los precios de todos sus medicamentos a $0, eso representaría una reducción del 100%, apunta CNN.
Además, NBC News señala que hay pocos datos disponibles para corroborar las afirmaciones generales de Trump o para saber si las empresas fabricantes de medicamentos han cumplido sus promesas. Ninguno de los acuerdos anunciados se ha acercado al nivel de reducción de precios que Trump describió.

Asimismo, Trump pronunció sus habituales alardes sobre la resolución de ocho guerras y la pacificación de Medio Oriente “por primera vez en 3.000 años”. “Repitió comentarios desagradables que demonizaban a los somalíes estadounidenses y se hizo eco de la extrema derecha europea al afirmar: ‘Estamos presenciando una migración inversa a medida que los migrantes regresan a casa, dejando más viviendas y más empleos para los estadounidenses’”, destacó The Guardian.
Este discurso no llega en cualquier momento de la política norteamericana: poco a poco, distintos liderazgos del Partido Republicano han comenzado a desafiar la figura de Donald Trump. Al respecto, el diario británico apuntó sobre la alocución: “Este no fue el discurso de un hombre seguro de sí mismo que repartía regalos de Navidad a la nación. Demostraba la desesperación de alguien que puede sentir el frío de diciembre de las encuestas de opinión -una encuesta de Reuters/Ipsos del martes mostró que solo el 33% de los adultos estadounidenses aprueba la gestión económica de Trump-, la disidencia en sus propias filas republicanas y los archivos de Jeffrey Epstein que se avecinan el viernes”.
Sobre este último punto, una nueva ley federal exige que el Departamento de Justicia publique antes de este viernes una enorme cantidad de documentos de investigación relacionados con el multimillonario y delincuente sexual fallecido en 2019.
Tras el discurso, los demócratas afirmaron que Trump había ofrecido a los estadounidenses pocas soluciones a sus preocupaciones. El senador Mark Warner, de Virginia, calificó la alocución como “un triste intento de distracción”, mientras que el gobernador de California, Gavin Newsom, posible candidato presidencial para 2028, simplemente publicó la palabra “Yo”, refiriéndose a Trump, más de 700 veces.
Considerando la presencia que tuvieron Barack Obama y Joe Biden en las palabras de Trump, analistas aseguran que este discurso dio cuenta de la necesidad del republicano por un enemigo claro, y lo difícil que ha sido defender su administración. Esto, siendo un liderazgo y un movimiento político que se definió “menos por lo que son y más por aquello a lo que se oponen”.
Philip Elliott, periodista de la revista Time, indicó al respecto en su newsletter The D.C. Brief: “El miércoles por la noche el mundo recibió la carta de Navidad del presidente Donald Trump, entregada en un discurso inconexo desde la Casa Blanca. Fue una autoevaluación, que se produjo casi un año después de asumir el cargo, mientras el público se muestra cada vez más escéptico sobre lo que firmó al entregarle a Trump las llaves de la Casa Blanca por segunda vez”.
“Y a diferencia de su posición a principios de año, Trump ahora parece haber perdido el control sobre su Partido Republicano, ya que cada vez más legisladores comienzan a darse cuenta del precio que podrían pagar por su continua defensa de Trump en temas como los costos de la atención médica, las represalias políticas, la recuperación económica e incluso los archivos vinculados al delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein”, concluyó.
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