
El acuerdo migratorio franco-británico que enciende las alarmas en la Unión Europea
Los países del sur de Europa temen que este acuerdo termine llevando más migrantes a sus territorios, en virtud de unas negociaciones bilaterales que no consideraron al bloque entero.

A ambos lados del Canal de la Mancha: “Uno entra, uno sale”. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, selló este jueves una visita de tres días a Londres, con una conferencia de prensa junto al primer ministro británico, Keir Starmer, en la que anunciaron un acuerdo para frenar la llegada irregular de inmigrantes a las costas británicas y que implicaría la posibilidad de devolverlos a Francia. En la víspera, el diario El País anticipaba los recelos que el acuerdo migratorio bilateral generaba en países como España o Italia ante el hecho que París negociara por su cuenta un asunto que afecta a otros territorios de la UE.
Según sus declaraciones, el pacto se iniciará como un programa piloto. La prensa británica destaca que el plan permitiría el retorno de migrantes en situación irregular a Francia, a cambio de que Reino Unido acepte un número similar de solicitantes de asilo con casos de asilo sólidos, principalmente ligado al hecho de tener familiares en territorio británico.
“Los migrantes en pequeñas embarcaciones serán detenidos y devueltos a Francia rápidamente (...) A cambio de cada devolución, se permitirá la llegada de una persona diferente a Reino Unido”, declaró Starmer al anunciar lo convenido en conferencia de prensa.
Por su parte, Macron -cuya visita a Reino Unido es la primera de un líder europeo desde el Brexit- inició su declaración señalando que las dos países han atravesado por dificultades para establecer acuerdos en materia migratoria en los últimos años, como consecuencia de la salida de Londres del bloque.
“Desde el Brexit, Reino Unido no tiene un acuerdo migratorio con la Unión Europea (...) Tener un esquema de readmisión se complica tras un cruce, es todo lo opuesto a lo que el Brexit prometió”, subrayó el líder del Elíseo en referencia a las promesas de disminuir la inmigración irregular que estuvo en el centro de la campaña para que Reino Unido abandonara la UE, un proceso que culminó en 2020.

Desde hace años, miles de migrantes sin visas ni permisos de residencia en Francia intentan y consiguen cruzar el Canal de la Mancha para llegar a Reino Unido, usando pequeños botes, muchas veces inflables. Esta situación ha sido fomentada por distintas bandas que hacen pagar a los migrantes enormes sumas de dinero, llevándolos a hacer viajes particularmente peligrosos, que han terminado en la muerte de muchas personas.
En virtud del nuevo acuerdo entre Macron y Starmer, el gobierno británico entregaría a Francia cerca de 50 inmigrantes a la semana a cambio de aceptar un mismo número de solicitantes de asilo que tengan vínculos con Reino Unido.
El acuerdo tiene como objetivo disuadir a los migrantes de realizar viajes peligrosos a través del Canal de la Mancha. En lo que va de año, más de 20 mil personas han emprendido esta travesía.
“Este proyecto piloto será un programa disuasorio importante del modelo de negocio que utilizan los traficantes de personas. El acuerdo será firmado tan pronto como la verificación legal se complete, permitiendo a Reino Unido su rápida implementación", indicó Macron.

Al inicio del encuentro con Macron el jueves, Starmer afirmó que ambos debían “aplicar nuestra fuerza y liderazgo colectivos” a los desafíos de la migración indocumentada. “Todos coincidimos en que la situación en el Canal de la Mancha no puede continuar como está, por lo que estamos implementando nuevas tácticas y una nueva intención de abordar la migración ilegal y romper el modelo de negocio de las bandas criminales”, declaró el líder británico.
El miércoles, fuentes gubernamentales de Francia y Reino Unido describieron a The Guardian las negociaciones como “complejas” y “fluidas”, y Downing Street afirmó que esperaba lograr “avances concretos” hacia un acuerdo. Una fuente francesa afirmó que la solicitud de fondos adicionales para ayudar a financiar a la policía en su costa norte estaba resultando “claramente muy delicada políticamente”.
En el marco de un programa piloto, cuyos detalles reveló el periódico Le Monde el miércoles, Reino Unido solo expulsaría a 2.600 personas al año (unas 50 personas a la semana), aproximadamente el 6% del número total de cruces.
Representa así una fracción de las más de 35.000 llegadas reportadas por el gobierno en 2024. Más de 21.000 personas han arribado en pequeñas embarcaciones este año, un aumento récord del 56% con respecto al año pasado. Al menos 73 personas de las que intentaron el cruce por el Canal de la Mancha murieron ahogados el año pasado, recordó France 24.
Los expertos destacan que al ritmo actual, 2025 podría alcanzar un nuevo récord -no visto desde hace tres años- con más de 40.000 inmigrantes llegados a las costas británicas. Se estima que un total de 172.000 inmigrantes han efectuado la travesía desde el 2018.
El gobierno británico ha propuesto en su libro blanco sobre inmigración proporcionar a los agentes de la Fuerza Fronteriza kits de pruebas biométricas para determinar si las personas trabajan legalmente en Reino Unido, en un intento de disipar las preocupaciones francesas sobre la economía “en la sombra” del país.

Este acuerdo, sin embargo, no es bien visto por los países de la Unión Europea, que observan con frustración como Francia está negociando directamente y en solitario la entrada de migrantes al bloque continental. Un diplomático anónimo citado por The Times declaraba al respecto: “¿Por qué otros europeos deberían estar obligados a aceptar estas devoluciones en virtud de las normas de Dublín de la UE, cuando son resultado de la obligación francesa en virtud de un acuerdo bilateral con Reino Unido, un país no miembro de la UE, que Francia negoció sin consultarnos?”.
Chipre, Grecia, Italia, Malta y España, todos países del sur de Europa, se oponen al acuerdo, pues han estado recibiendo migrantes indocumentados a un ritmo creciente, según informó el Financial Times. A estos países les preocupa que, si los migrantes son devueltos a Francia desde Reino Unido, intenten entrar al sur de Europa desde Francia.
El gobierno británico anterior asegura que estuvo a punto de alcanzar un acuerdo con Francia, pero que París seguía preocupado por cómo la economía “en las sombras” de Reino Unido podría atraer a migrantes a trabajar ilegalmente a la nación insular.
Ya en marzo de 2023, el entonces ministro de Inmigración, Robert Jenrick, había aconsejado al primer ministro Rishi Sunak que firmara un acuerdo por el cual el Reino Unido aceptaría “uno... o, de hecho, más de un” solicitante de asilo por cada persona devuelta. Esto “rompería rápidamente el modelo de negocio de los traficantes y las cifras iniciales, aunque fueran grandes, disminuirían”, argumentó en un memorando.
Por su parte, los laboristas afirman que una de las razones por las que han podido seguir avanzando con París es porque han abandonado el controvertido “plan de Ruanda”. También citan la relación entre Macron y Starmer como otra razón de los recientes avances entre ambas París y Londres.
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