Por Fernando FuentesElliott Abrams: “Vamos a ver ataques en Venezuela bastante pronto”
Entre 2019 y 2021, como enviado especial a Venezuela, el diplomático estadounidense fue una de las caras más visibles del primer intento de Donald Trump de sacar a Nicolás Maduro del poder. Ahora que el presidente republicano, en su segundo mandato, ha aumentado la presión contra el líder chavista, Abrams dice a La Tercera que “vamos a ver algo más bastante pronto”, aunque aclara que “no estamos hablando de una invasión”. “Mi impresión es que estamos observando un programa de presión psicológica contra el régimen y el Ejército”, sostiene.

“Elliott será un verdadero activo en nuestra misión de ayudar al pueblo venezolano a restaurar plenamente la democracia y la prosperidad en su país”. Esas fueron las palabras del entonces secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, al anunciar en 2019 el nombramiento de Elliott Abrams como el líder del equipo de la Casa Blanca que se enfocaría en la crisis de Venezuela, recuerda la BBC.
Pocos días después de reconocer al dirigente opositor Juan Guaidó como presidente interino del país, Donald Trump designó a Abrams como su enviado especial a Venezuela, el mismo diplomático que fue parte del gobierno de George W. Bush cuando se produjo el intento de sacar del poder a Hugo Chávez, el 11 de abril de 2002.
Entre 2019 y 2021, Abrams fue una de las caras más visibles del primer intento de Trump de sacar a Nicolás Maduro del poder en Venezuela, algo que finalmente no se produjo.

Hoy, como investigador principal en estudios de Medio Oriente en el Council on Foreign Relations, Abrams observa de cerca la creciente presión que Trump, en su segundo mandato, ejerce contra el líder chavista. En la siguiente entrevista con La Tercera, se refiere a las intenciones y la estrategia del presidente republicano. Y hasta dónde puede llegar.
Usted fue enviado especial para Venezuela durante el primer mandato del presidente Donald Trump. ¿Qué disposición vio entonces de Nicolás Maduro a dialogar con Estados Unidos?
Esa es la pregunta más interesante y no tengo una respuesta. Una cosa política ha cambiado y es la elección de Edmundo González como presidente. Todo el mundo democrático sabe que él ha ganado las elecciones y que él es el presidente legal de Venezuela. Eso es un cambio, porque en 2019 no teníamos un presidente. Juan Guaidó era presidente interino, pero eso es algo diferente. Ahora, yo me pregunto qué ha cambiado, porque había gente como John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, que quería más presión, quería hacer más contra Maduro. Y el presidente no quería hacer más que sanciones y presión diplomática. Quizás es su énfasis hoy día en migración. Pero francamente, yo no tengo la respuesta. No entiendo bien qué ha cambiado.

En ese sentido, ¿qué cambió desde que usted fue enviado especial hasta ahora, como para que Trump decidiera iniciar esta escalada militar en el Caribe?
Maduro ha sido presidente casi 13 años y ha seguido una política de brutalidad, una política de represión, una política que ha arruinado la economía de Venezuela. Él ha estado involucrado, año tras año, en narcotráfico y el tráfico de oro. Y por eso Trump ha contestado: “dialogar sobre qué”, “usted ha perdido las elecciones”, “usted no tiene derecho de estar en la casa presidencial”. Por eso no hay mucha voluntad acá en Washington de seguir adelante con un diálogo con alguien como él.
A comienzos de octubre, The New York Times aseguró que Maduro había ofrecido a EE.UU. las riquezas de Venezuela y cortar con países enemigos para evitar un conflicto armado, pero finalmente esas negociaciones no prosperaron. ¿Qué conocimiento tiene sobre esa materia?
Maduro no puede ofrecer a Estados Unidos cosas que la oposición democrática no está ofreciendo. Es decir, por ejemplo, no solo acceso, sino quizás la privatización del sector petrolero. Él no tiene nada que ofrecernos. Es verdad que él puede decir “yo no voy a aceptar venezolanos regresando de Estados Unidos, mandado por el gobierno norteamericano”, pero eso es un riesgo bastante grande y hasta la fecha Maduro sabe que es algo que no debería hacer contra Trump.

El hecho que Trump diera la orden al actual enviado especial Richard Grenell de abandonar la vía diplomática con Caracas, ¿qué significa? ¿Que Estados Unidos corta cualquier diálogo con Maduro y solamente interactúa con la oposición?
Sí, creo que ese sendero de negociaciones con Maduro, Trump lo ha rechazado. Y es bien conocido ahora que Grenell tiene instrucciones de terminar con sus actividades. Y Trump ha decidido utilizar más presión. Presión económica, así como tuvimos presión diplomática. Pero él ha agregado el lado militar, que no tuvimos hace cinco o seis años. Mi impresión es que lo que hemos visto es el primer paso. Y que vamos a ver ataques en Venezuela bastante pronto, es decir, contra aviones transportando drogas o contra barcos en puertos y no solo en el Caribe, a bases del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el oeste de Venezuela. ¿Por qué? Porque las fuerzas que tenemos ahora en el Caribe son innecesarias, son demasiado grandes para atacar solo a una docena de pequeños barcos.
El exembajador norteamericano en Caracas, James Story, dijo a La Tercera que, a propósito del despliegue militar en el Caribe, era “muy difícil tener 2.200 infantes de marina en el buque Iwo Jima haciendo nada”. Y ahora se anunció el envío del portaaviones USS Gerald Ford. ¿Qué señal quiere enviar Washington? ¿Se está ad portas acaso de una acción bélica mayor?
Buena pregunta. Y es verdad que esas fuerzas no pueden quedarse en el Caribe tres años más, tres meses sí, pero creo que vamos a ver algo más bastante pronto y no estamos, en mi opinión, hablando de una invasión como en el caso de Panamá. No lo veo, porque no es el estilo de Trump. El estilo de Trump es más lo que hemos visto en Irán, algo de lo que él habla en público después, algo rápido, y no una invasión que puede durar semanas, meses. Una acción militar contra el narcotráfico, contra los terroristas colombianos, sí es posible. Contra el Ejército de Venezuela o el gobierno de Maduro es posible, pero menos probable, en mi opinión.
Mi impresión es que estamos observando un programa de presión psicológica, una operación psicológica contra el régimen y el Ejército para ver si hay gente adentro que puede pensar: “OK, Maduro va a salir, pero ¿qué pasa conmigo? Yo no tengo que ir con él”. Y sí hay un coronel, un general, gente más o menos cercana a Maduro, quizás ellos están pensando ahora sobre su futuro. Y creo que el rol de la CIA es, en parte, esa presión psicológica, contactando a gente del Ejército y del régimen, explicando que tienen que hacer una decisión muy importante sobre su futuro.

O sea, ¿usted cree que la CIA ya está operando y tomando contacto con algunos militares venezolanos?
Espero que sí. No sé, estoy fuera, pero espero que sí. Es un rol normal, típico de la CIA.
Hasta ahora, EE.UU. ha presentado sus operaciones militares en el Caribe como una lucha contra el narcotráfico. Pero, al mismo tiempo, ha duplicado la recompensa por el propio Maduro a 50 millones de dólares. Entonces, ¿qué es lo que se busca realmente? ¿Atacar al narcotráfico o derrocar a Maduro?
Para el gobierno de Trump los dos objetivos están vinculados, porque en Caracas hay un jefe de gobierno, del régimen, que está bien involucrado en el narcotráfico y será imposible acabar con el narcotráfico de Venezuela sin cambiar de jefe de Estado, sin cambiar de régimen. El régimen está involucrado en el narcotráfico. Es un régimen criminal. Y veo aquí una diferencia con los regímenes militares de América del Sur de hace 50, 60 años, que habían cometido el crimen de un golpe de Estado, pero no estaban involucrados en el narcotráfico, el tráfico de oro y esos otros crímenes.

Trump autorizó operaciones encubiertas en Venezuela. Considerando el historial de la CIA al respecto en América Latina, ¿cuál es el límite de las acciones que aprobó el presidente?
La primera cosa que hay que decir es que es una acción encubierta, secreta, anunciada por el presidente. Por eso digo que es, al menos en parte, una operación psicológica. Pero no sé qué decisiones va a tomar el presidente mañana o en un mes más. En todo caso, si hay, por ejemplo, un cambio de régimen, no creo que la reacción latinoamericana vaya a ser muy grande. Si pensamos, por ejemplo, en Lula en Brasil o Sheinbaum en México, ellos tienen problemas, desafíos para sus países con Trump y con Estados Unidos y no van a arriesgar sus intereses nacionales por Nicolás Maduro.

Pero Lula tuvo una reunión con Trump el domingo pasado en Malasia y se ofreció como mediador entre Estados Unidos y Venezuela. ¿Considera que esa oferta tiene algún futuro?
No, salvo una posibilidad. Si Maduro quiere salir de Venezuela, salir de su puesto como presidente y quiere un mediador para negociar algo y piensa que un jefe de Estado es el mejor candidato. En este sentido, sí. Pero solo en el caso en que Maduro decidiera irse.
Tras ganar el Premio Nobel de la Paz, han surgido críticas de algunos sectores contra líder opositora venezolana María Corina Machado, a quien han acusado de pedir una intervención militar de Estados Unidos. ¿Usted cree que esto de alguna manera deslegitima su opción política en un eventual escenario post-Maduro?
No, vamos a ver, espero.

De hecho, el también dirigente opositor Henrique Capriles ha dicho que “la mayor parte de las personas que quieren una invasión de Estados Unidos no viven en Venezuela”.
La oposición democrática en Venezuela ha estado bien unificada bajo ella y después bajo Edmundo González. Capriles nunca ha querido formar parte de esa unidad. Está pensando, creo, en ser candidato en las próximas elecciones, si hay elecciones democráticas. Pero yo no creo que va a debilitar su popularidad (de Machado) en el país, porque en el país es evidente que hay una economía arruinada, que la salida de elecciones libres no funcionó como querían, como esperaban. Entonces, ¿cómo avanzar?, ¿qué hacer? Y la presión norteamericana me parece, y creo que a muchos venezolanos también, es la única salida.

El portavoz presidencial de Rusia, Dmitry Peskov, dijo esta semana que los asuntos de Venezuela deben resolverse de acuerdo al derecho internacional. ¿Estima que Trump considera esto una advertencia? ¿Toma en consideración lo que diga Moscú respecto a esta crisis?
No, absolutamente no. En primer lugar, un portavoz de un país actuando con tal brutalidad y agresión en Ucrania es casi un chiste. Para Trump, Rusia no tiene nada que hacer en nuestro hemisferio. Y también hay que tomar en cuenta el caso de Irán. Mucha gente vio casi una alianza entre China, Rusia e Irán. ¿Qué pasó después de los ataques por parte de Israel y luego de Estados Unidos? ¿Qué han hecho China y Rusia? Nada, absolutamente nada. Y qué van a hacer en el caso venezolano si hay un cambio de régimen, si hay ataques militares norteamericanos, absolutamente nada.
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