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La guerra de Trump: Las grandes preguntas que se mantienen tras lograr el alto el fuego entre Israel e Irán

El conflicto entre Israel e Irán, que culminó el martes con una tregua negociada por Estados Unidos luego de intervenir en la guerra, tiene sumida a la región en la incertidumbre respecto no solo al futuro del programa nuclear de Teherán, sino que también para que este cese de hostilidades se mantenga en el tiempo.

Fuerzas de seguridad israelíes y personal de primera respuesta se reúnen en el lugar de un ataque iraní que impactó un barrio residencial en la zona de Ramat Aviv, Tel Aviv, el 22 de junio de 2025. Foto: AFP AHMAD GHARABLI

El impresionante despliegue de diplomacia tras bambalinas que puso fin, por el momento, al conflicto entre Israel e Irán, mediante un alto el fuego que fue anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump y que comenzó a regir el martes, ha hecho surgir una serie de interrogantes no solo por la duración de la tregua, sino que también por cómo los países involucrados y sus aliados podrán utilizar la influencia obtenida para impedir que Teherán obtenga un arma nuclear en los próximos años y conseguir estabilidad en Medio Oriente.

Todo comenzó el 13 de junio pasado con la campaña de bombardeos israelíes a Irán, en la que aviones de combate y células de inteligencia despejaron muchas de las defensas aéreas de la República Islámica, asesinaron a científicos nucleares y generales, y comenzaron a destruir un programa nuclear que había llevado a Teherán al umbral de tener bombas nucleares.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu afirmó que su país se enfrentaba a “una amenaza inminente” debido a la capacidad nuclear de Irán. El contexto fueron las conclusiones de un informe publicado en mayo por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, que concluyó que Irán, por primera vez en décadas, incumplía gravemente los compromisos adquiridos en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Sin embargo, en la misma declaración sobre la amenaza nuclear que representaba Irán para la seguridad de Israel, Netanyahu pasó casi de inmediato a hablar de las intenciones y las posibles capacidades iraníes. Dijo que si Teherán enriqueciera uranio a los niveles necesarios para construir una bomba nuclear, tendría suficiente “material” para fabricar nueve u 11 bombas (aún no está claro cuál es la cifra correcta, ni si alguna de ellas lo es) en “cuestión de días”. Esta fue la razón oficial del ataque unilateral y no provocado de Israel contra Irán.

Esta imagen satelital, proporcionada por Maxar Technologies y tomada el 16 de junio de 2025, muestra la planta de enriquecimiento nuclear de Isfahán, en el centro de Irán. Foto: AFP -

Luego vino el turno de Estados Unidos, que el 22 de junio, a través de la “Operación Martillo de Medianoche”, intervino en el conflicto, desplegando bombarderos B-2, que volaron una misión de 18 horas desde Missouri para lanzar 14 bombas antibúnker GBU-57, de 13.600 kilos cada una, en los sitios de enriquecimiento de uranio en Natanz y, especialmente, Fordow.

Existe el consenso que la decisión de Trump de involucrar a Washington en el conflicto representa uno de los mayores desafíos para la República Islámica desde su establecimiento en 1979 y constituye un momento decisivo para el líder supremo del país, el ayatola Alí Jamenei, quien ha mantenido la hostilidad de Irán hacia Occidente durante sus 36 años en el poder.

Todos los involucrados en el conflicto pueden afirmar haber logrado su objetivo principal. Israel causó daños reales a los programas nucleares y de misiles balísticos de Irán, los objetivos declarados de la guerra. El régimen iraní sobrevivió, debilitado pero intacto. Trump lanzó sus bombas sin verse arrastrado, como parecía inicialmente, a un conflicto prolongado e impopular. Y los países del Golfo evitaron la pesadilla de un destructivo ataque iraní en su territorio.

En este contexto, surgen una serie de interrogantes sobre cuánto tiempo podrán preservar esos logros.

Israel, ¿las opciones tras la guerra?

Después de que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara el cese de hostilidades entre Israel e Irán, su oficina emitió un comunicado en el que proclamaba el triunfo. “Todos los objetivos de la operación se han cumplido”, indicó el texto.

“Creo que, a corto plazo, parece un gran éxito en muchos sentidos. En primer lugar, los israelíes lograron desmantelar progresivamente la mayor parte de la influencia militar de Irán, empezando por Hamas y luego Hezbolá en Líbano. Después, Siria cayó, y su ataque inicial destruyó la mayor parte de las defensas aéreas de Irán, por lo que han tenido prácticamente superioridad aérea durante las últimas dos semanas. Lo único que no pudieron hacer fue acceder a esta planta de enriquecimiento, profundamente enterrada, pero parece que los estadounidenses ya se han encargado de ello. Así que los iraníes se encuentran en una posición extremadamente débil ahora mismo”, dijo el intelectual estadounidense Francis Fukuyama en una conversación en la comunidad Persuasion.

Los sistemas de defensa aérea israelíes se activaron para interceptar misiles iraníes sobre la ciudad israelí de Tel Aviv en medio de una nueva andanada de cohetes iraníes el 16 de junio de 2025. Foto: AFP MENAHEM KAHANA

En un artículo en la revista New Lines, el experto israelí Ori Goldberg realiza un análisis más cauto sobre el éxito de la operación León Ascendente de Israel contra Irán. “Fiel al clásico modus operandi israelí, sus ataques militares sirvieron como tapadera y distracción del verdadero propósito de este ataque inicial: llevar a cabo asesinatos. Israel cree firmemente en los asesinatos como medio para provocar el colapso de sus enemigos. Esta ‘doctrina’ se ha utilizado principalmente contra organizaciones palestinas, con Israel atacando a líderes de Fatah, Hamas y otros grupos. La estrategia nunca ha funcionado; las organizaciones palestinas siempre encontraron sustitutos para los líderes que Israel mató”, dijo.

Aun así, el éxito a corto plazo de Israel esconde un dilema persistente: ¿cómo puede preservar estos logros? Irán intentará reconstruir su arsenal convencional, y probablemente también su programa nuclear. Según la revista The Economist, una de las opciones que tiene es adoptar la misma estrategia que en Líbano. Sin embargo, la guerra representó una enorme presión para su Fuerza Aérea y también una carga para sus finanzas. Combatir a ese ritmo durante un año habría costado alrededor del 20% del PIB de Israel , según estimaciones de economistas del gobierno.

La otra opción es la diplomacia: tras haber golpeado duramente tanto a Irán como a sus aliados, Israel puede negociar desde una posición de fuerza, añadió la publicación.

Irán, lejos de estar derrotado

Desde los ataques de Estados Unidos, el 22 de junio, a las instalaciones nucleares iraníes, ha surgido una serie de reportes sobre el daño que éstas sufrieron, ya que algunos informes indican que las reservas de uranio enriquecido permanecen intactas. Lo que está claro, dicen los expertos, es que el programa nuclear de Teherán se aplazó unos años.

“Como mínimo, los ataques habrán causado daños considerables a maquinaria sensible, lo que retrasará el programa de armas nucleares. Sumado al asesinato de gran parte de su liderazgo militar y científico, creo que es justo decir que es poco probable que hayamos erradicado por completo los programas de armas nucleares, pero sí los hemos retrasado”, dijo Kori Schake, investigadora del American Enterprise Institute, en conversación con el diario The New York Times.

Esta fotografía, publicada por la Media Luna Roja Iraní el 14 de junio de 2025, muestra a voluntarios de la Media Luna Roja Iraní reunidos frente a un edificio destruido por un ataque israelí en Teherán. Foto: AFP -

A juicio del experto israelí Ori Goldberg, una de las formas en que Israel pudo conciliar el ataque al programa nuclear con el asesinato a los líderes militares iraníes es señalando que uno de los objetivos es el cambio de régimen en Teherán. “Quizás lo más importante es que, a pesar de los incesantes ataques israelíes contra las bases de lanzamiento iraníes, los misiles iraníes penetraron los afamados sistemas de defensa aérea israelíes, causando graves daños al territorio israelí. Irán se apresuró a solicitar un alto el fuego porque comprendía que los incesantes bombardeos israelíes podrían desestabilizar a la República Islámica. Aun así, el pueblo iraní se unió en torno a la bandera, considerando los ataques israelíes como una guerra contra la soberanía iraní y no contra el régimen. Esto no fue una victoria para Irán, pero estuvo lejos de ser una derrota”, indicó.

“Creo que desde las protestas por la muerte de Mahsa Amini en 2022, es bastante evidente que la legitimidad de ese régimen es realmente muy baja, y que solo su control sobre los ministerios, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica y las milicias lo mantiene en el poder. El régimen en sí es bastante impopular. Y me parece que esta humillación lo demuestra. Han estado intentando tomar medidas drásticas porque creo que ellos mismos se sienten muy vulnerables internamente”, dijo Francis Fukuyama.

Vali R. Nasr, profesor de asuntos internacionales en la Johns Hopkins University, dijo a The New York Times que, teniendo en cuenta la historia de Irán, el ayatola Alí Jamenei no se rendirá. “Los cálculos de Irán dependerán en gran medida de su evaluación de cuánto de su programa nuclear ha sobrevivido al bombardeo estadounidense y de si puede convertir su arsenal de uranio altamente enriquecido en armas nucleares”.

EE.UU., buenas perspectivas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles que probablemente buscará un compromiso de Teherán para poner fin a sus ambiciones nucleares y atribuyó a los ataques norteamericanos contra República Islámica el rápido fin de la guerra entre Israel e Irán, señalando que estos habían devastado el programa nuclear iraní, por lo que calificó el resultado como “una victoria para todos”.

Los expertos señalaron que si los próximos meses demuestran que está equivocado, abordar la continua amenaza nuclear requerirá un compromiso estadounidense duradero.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirige a la nación, junto con el vicepresidente J.D. Vance (izq.), el secretario de Estado Marco Rubio (segundo por der.) y el secretario de Defensa Pete Hegseth (der.), desde la Casa Blanca en Washington, D.C., el 21 de junio de 2025, tras el anuncio del bombardeo de instalaciones nucleares de Estados Unidos en Irán. Foto: AFP CARLOS BARRIA

Algunos temen que Trump no esté preparado para las disputas internas de la región y que repita lo mismo que durante la primera Guerra del Golfo, en 1991, cuando Estados Unidos expulsó a las fuerzas invasoras de Saddam Hussein de Kuwait, pero lo dejó en el poder en Irak. En lugar de derrocarlo, intentó debilitar su régimen mediante sanciones, una zona de exclusión aérea y bombardeos periódicos.

Aunque Trump insiste en que no se dejará arrastrar a más “guerras eternas” y nadie en Washington habla de enviar tropas a Irán, las intervenciones estadounidenses en la región a menudo se estancan, indicó The Economist.

“No conozco a nadie que piense que repetiremos nuestros esfuerzos por crear un régimen democrático en Irán como lo intentamos en Irak. Es una locura a estas alturas. El impacto en la política estadounidense me preocupa, porque me parece que Trump podría salir de esto con muy buenas perspectivas. Hay una mínima disposición a asumir riesgos: dice que va a hacer algo, lo hace, produce un resultado que pinta bastante bien a corto plazo, y creo que aumentará enormemente su popularidad y legitimidad. Creo que eso no es bueno para Estados Unidos, pero es un buen resultado en política exterior”, dijo Francis Fukuyama.

Lo que sí ha quedado claro es que Trump quiere aprovechar el impulso del cese del fuego con Irán para presionar a más países a establecer lazos diplomáticos con Israel, basándose en los Acuerdos de Abraham que negoció en su primer mandato, en septiembre de 2020, con la participación de Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Marruecos y Sudán. Así lo dio a conocer el enviado especial estadounidense Steve Witkoff el miércoles en CNBC.

“Trump podría salir de esta situación con bastante éxito. Creo que, a largo plazo, si no hay una sucesión ordenada que lleve a la estabilidad en Irán, si sigue siendo una fuente de terrorismo y atrae a otros países, etc., podría parecer un ingenuo. Pero creo que, a corto plazo, y en un ciclo coherente con la política estadounidense, podría beneficiarse considerablemente de esto”, indicó Fukuyama.

Países del Golfo, cambio pragmático

Medio Oriente se encuentra en medio de un reequilibrio geopolítico, especialmente tras los ataques de Hamas a Israel en octubre de 2023 y la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria, en diciembre de 2024. En este contexto, cuando comenzaron los ataques de Israel contra Irán solo preocupó a los países del Golfo.

“Los países del Golfo, en particular Arabia Saudita, se han consolidado como actores regionales dominantes. Esta ascendencia del Golfo refleja tanto los recursos económicos de sus Estados como su mejor relación con Estados Unidos bajo la administración del presidente Donald Trump. La visión del Golfo enfatiza una región libre de conflictos donde el comercio y la diplomacia prevalecen sobre la confrontación militar. Esto marca un cambio. Riad ahora apoya la normalización diplomática con Teherán, lo que refleja una orientación más pragmática. El orden regional ideal del Golfo es posconflicto, comercialmente integrado y mayoritariamente alineado con Occidente”, indicó Salim Cevik, analista del Arab Center de Washington.

El emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani (der.), y el presidente estadounidense, Donald Trump, se sientan juntos durante una ceremonia de firma en el Palacio Real de Doha el 14 de mayo de 2025. Foto: AFP AFP

Así, las operaciones militares y de inteligencia de Israel contra Irán y Hezbolá intimidaron a los países árabes, que temen que Israel tome medidas que no apoyan y sobre las que no pueden influir, afirmó a The Wall Street Journal el representante republicano, Zach Nunn. “Israel acaba de convertirse en víctima de su propio éxito”, declaró tras reunirse con líderes de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, como parte de una delegación bipartidista del Congreso en medio de la guerra entre Israel e Irán. Las monarquías del Golfo reconocen la capacidad militar de Israel y exigen garantías de que la utilizarán con responsabilidad, añadió.

Persisten obstáculos significativos para avanzar con la normalización en el Golfo. Los sauditas han dejado claro que no llegarán a un acuerdo mientras la guerra siga sin resolverse en la Franja de Gaza, donde más de 56.000 personas han muerto hasta la fecha, según las autoridades palestinas, que no especifican cuántos eran combatientes.

Un país clave es Qatar, que ha estado a la vanguardia de los países de la región. No solo alberga, de forma gratuita, la vasta base aérea Al Udeid, utilizada por Estados Unidos, sino que sus relaciones con Irán han ido mejorando constantemente, especialmente desde que Teherán actuó como amigo de Doha cuando el Estado estaba siendo boicoteado por sus aliados del Golfo.

Sultan bin Saad bin Sultan Al Muraikhi, ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, emitió una “enérgica condena” por el ataque y le dijo al embajador iraní, Ali Salehabadi, que Doha tenía derecho a responder, pero al mismo tiempo, el viceministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Majed al-Ansari, equilibró una condena de las acciones de Irán señalando que Doha había sido uno de los primeros en advertir sobre los peligros de la escalada israelí en la región.

Turquía, China y Rusia, los otros actores

Turquía ha jugado un rol cave en los últimos eventos en Medio Oriente. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, dijo recientemente que un alto el fuego entre Israel e Irán debía hacerse permanente.

Ankara, limitada por presiones financieras y reconociendo el limitado alcance de su poder duro, ha respaldado en gran medida la visión regional liderada por el Golfo. Ya no busca moldear la región unilateralmente, sino posicionarse como un socio constructivo para la región.

Erdogan y Netanyahu en una reunión en 2023 en Nueva York. Foto: Archivo. AK Party apaimages/SIPA

Ankara ha retomado un enfoque pragmático, priorizando la economía en su diplomacia, retomando patrones de la era anterior a la Primavera Árabe. Este cambio ha acercado los intereses de Turquía a los de los Estados del Golfo.

Por otro lado, China, a diferencia de Estados Unidos con Israel, no dio señales de intervenir para ayudar militarmente a su viejo aliado, Irán. En cambio, el gigante asiático, que en los últimos años ha intentado posicionarse como un mediador de paz global, hizo fervientes llamados a la desescalada, condenó verbalmente los ataques de Israel e instó a Estados Unidos a no involucrarse. Finalmente, sin embargo, las ofertas de mediación de China no fueron aceptadas.

Si bien China ha profundizado su inversión en Medio Oriente a lo largo de los años y ha desarrollado estrechos vínculos económicos con Irán, al tiempo que mantiene vínculos con Israel, no tiene el mismo nivel de influencia económica o política de Estados Unidos sobre ninguno de los dos países.

“Irán ve a China más como un socio económico que como un aliado en materia de seguridad”, explicó a la revista Time, Lin Jing, investigador del Instituto de Medio Oriente de la Universidad Nacional de Singapur.

Mientras, la posición de Rusia en Medio Oriente está cambiando luego de que sus principales socios y aliados se han visto humillados, como ocurrió en Siria y en Irán. Los expertos concuerdan que a pesar de los aparentes reveses, la posición de Rusia en la región está lejos de estar en declive. La cooperación de Moscú con el mundo árabe se mantiene sólida y, de hecho, ha aumentado en los últimos años.

El compromiso con Omán es evidente tras una reunión entre el presidente Vladimir Putin y el sultán de Omán, Haitham bin Tariq.

Asimismo, Rusia tiene vínculos especiales con los gobernantes de Qatar y Emiratos Árabes Unidos.

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