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La ofensiva de Netanyahu: ¿Pueden los ataques contra Irán gatillar un cambio de régimen?

Israel realizó un asalto contra la República Islámica que no solo frenó las ambiciones nucleares de Teherán, sino que para los expertos podría tener un objetivo político.

La gente se reúne para protestar contra la oleada de ataques israelíes contra Irán en el centro de Teherán, el 13 de junio de 2025. Foto: AFP ATTA KENARE

El ataque de Israel contra Irán, que se inició en la madrugada del viernes y que tuvo como blancos los altos funcionarios de la República Islámica, los programas iraníes de armas nucleares y misiles balísticos, no solo buscaba frenar las ambiciones nucleares de Teherán, sino que crece la idea en la comunidad internacional de que la operación israelí tiene el potencial de conducir al derrocamiento del gobierno islamista.

Producto de los ataques israelíes murieron el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Hossein Salami; el jefe del Estado Mayor del Ejército iraní, Mohammad Bagheri; su adjunto, Gholam Ali Rashid, y media docena de científicos nucleares. Asimismo, la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, el lugar que alertó al mundo sobre la amenaza nuclear iraní en 2002, sufrió graves daños. Las defensas aéreas y los misiles iraníes fueron devastados por una combinación de ataques aéreos y acciones terrestres del Mosad, que estableció una base cerca de Teherán e introdujo de contrabando personal y armas de precisión durante muchos meses.

Behnam Ben Taleblu, analista de la Fundación para la Defensa de las Democracias, señaló al portal Politico que los ataques israelíes fueron más allá de la mera infraestructura y apuntaron al comando y control de Irán, lo que significa que la operación no puede simplemente “definirse como contraproliferación”.

En este contexto, tanto el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como figuras de la oposición de la República Islámica, que viven en el exilio, llamaron a los iraníes a que salgan a las calles a protestar para motivar un cambio de régimen.

“No los odiamos. No son nuestros enemigos. Tenemos un enemigo común: un régimen tiránico que los pisotea. Durante casi 50 años, este régimen les ha privado de la oportunidad de una vida digna. No me cabe duda que el día de su liberación de esta tiranía está más cerca que nunca. Y cuando llegue ese día, israelíes e iraníes renovaremos la alianza entre nuestros dos antiguos pueblos. Juntos construiremos un futuro de prosperidad, un futuro de paz, un futuro de esperanza”, dijo el premier israelí en un discurso en inglés dirigido a los mismos iraníes.

Por su parte, Reza Pahlavi, el expríncipe heredero de Irán, cuyo padre, el Sha, fue derrocado por revolucionarios islamistas en 1979, llamó a los iraníes comunes a aprovechar la situación y a las fuerzas de seguridad iraníes a romper con el liderazgo clerical.

“El régimen es débil y está dividido. Podría caer”, escribió en redes sociales. “Como les he dicho a mis compatriotas: Irán es suyo y suyo para reclamarlo. Estoy con ustedes. Manténganse fuertes y venceremos”.

¿Es posible que el ataque de Israel gatille un cambio de régimen? Netanyahu ha descrito previamente a Irán como “la cabeza del pulpo”, con “tentáculos por doquier, desde los hutíes hasta Hezbolá y Hamás”. La idea es que Irán encabeza una red de grupos antiisraelíes en toda la región conocida como el “eje de la resistencia”.

Desde el inicio de la guerra en Gaza, en octubre de 2023, Netanyahu ha logrado debilitar gravemente tanto a Hamás como a Hezbolá, limitando su capacidad para atacar a Israel. Los principales líderes de ambas organizaciones han sido prácticamente eliminados, incluyendo figuras importantes, como el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y los líderes de Hamás, Yahya Sinwar e Ismail Haniyeh.

Los analistas militares generalmente coinciden en que Israel necesitaría la ayuda de Estados Unidos para destruir toda la infraestructura nuclear iraní, gran parte de la cual se encuentra enterrada a gran profundidad. Pero si Israel continúa cometiendo más asesinatos, incluyendo el de líderes políticos iraníes, el colapso del régimen no es descartable.

Expertos consultados por la agencia Reuters señalaron que el actual desafío de Israel se ha transformado en preocupación e incertidumbre dentro de la élite gobernante y, “a puertas cerradas, la ansiedad está aumentando, no sólo por las amenazas externas, sino también por su control erosionado del poder en el país”, dijo un funcionario a la agencia.

“El pánico ha cundido entre los líderes”, declaró a Reuters un alto funcionario regional. “Más allá de la amenaza de nuevos ataques, acecha un temor más profundo: la inestabilidad interna”.

Un exfuncionario iraní moderado dijo que el asesinato en 2020 del general Qassem Soleimani, comandante del brazo en el extranjero de la Guardia Revolucionaria de Irán, por orden del Presidente Donald Trump, inició la podredumbre. Desde entonces, la República Islámica ha luchado por reafirmar su influencia en la región y nunca se ha recuperado del todo. “Este ataque podría ser el principio del fin”, afirmó.

Si estallan protestas y los líderes responden con represión, sólo será contraproducente, dijo el exfuncionario, destacando que la ira pública ha estado latente durante años, alimentada por las sanciones, la inflación y una implacable represión de la disidencia.

El portal Politico señaló que no está claro si los iraníes se volverían contra el régimen. “En escenarios como este, cabría esperar un efecto de apoyo mutuo. Pero he observado a Irán durante años, y tengo la sensación de que los iraníes están tan hartos del régimen y que muchos agradecerían ayuda externa para deshacerse de él”, escribió la periodista Nahal Toosi en el portal.

“Los ataques que se limitan a objetivos militares y nucleares serán un golpe al prestigio del régimen, mientras que los ataques que causan daños económicos y civiles más amplios podrían estimular un tipo diferente de respuesta popular”, señaló Michael Singh, quien sirvió en el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración de George W. Bush.

Incluso, si el gobierno iraní sobrevive a esta embestida israelí, podría verse lo suficientemente debilitado como para que su caída se produzca antes de lo previsto. Pero eso podría depender de cuánta presión sigan ejerciendo las potencias extranjeras, especialmente Estados Unidos, sobre un régimen cuyo antiamericanismo es fundamental.

Si el régimen cae, no hay razón para estar seguros de que algo mejor lo reemplazará, advierten funcionarios actuales y anteriores. Un Estado iraní fallido y sin líder podría ser caldo de cultivo para todo tipo de nuevos problemas. Una autocracia mucho más militarizada también podría tomar el poder, decidida a obtener un arma nuclear.

“La historia nos dice que siempre puede ser peor”, escribió Jonathan Panikoff, exoficial de inteligencia estadounidense, en un análisis. “Israel podría verse envuelto en una guerra perpetua, continua y mucho más intensa que ya no se mantiene en la sombra, como lo ha estado durante años”.

Sin embargo, Israel puede no estar pensando en dar muchos pasos por delante, argumentó un funcionario estadounidense que ha trabajado durante mucho tiempo en Medio Oriente. “No creo que les importe lo suficiente lo que venga después mientras sea demasiado débil para amenazar a Israel”, dijo el funcionario.

El resultado deseado por Israel, según la BBC, parece ser un levantamiento que termine con una fuerza amiga tomando el poder, pero una pregunta importante aquí es ¿quién podría ser la alternativa?

Las fuerzas de oposición iraníes han estado muy fragmentadas en los últimos años y no hay opciones claras en este aspecto.

Los líderes israelíes podrían considerar a algunos de estos grupos o personajes como alternativas preferidas. Por ejemplo, el expríncipe heredero iraní Reza Pahlavi, hijo del ex Sha de Irán, derrocado en la revolución islámica de 1979. Vive en el exilio y ha intentado activamente influir en actores extranjeros para que apoyen su causa.

También está el Mujahideen-e Khalq, un grupo opositor en el exilio que apoya el derrocamiento de la República Islámica, pero se opone al retorno a la monarquía. Fundado como un grupo musulmán de izquierda, anteriormente se opuso firmemente al Sha. El grupo continúa activo y tiene amigos en Estados Unidos, algunos de los cuales son cercanos al bando de Donald Trump.

El derrocamiento del Sha

La posibilidad de un cambio de régimen en Irán trae a la memoria lo ocurrido con el último Sha, Mohamad Reza Pahlavi, quien tenía el respaldo de Occidente y fue derrocado.

Acosado por las multitudinarias protestas populares que culminaron en el triunfo de la Revolución Islámica en el país, el Sha se marchó del país el 16 de enero de 1979.

Efectos económicos adversos, autoritarismo, reformas impopulares y corrupción desataron una alianza improbable, pero efectiva, de islamistas radicales y universitarios inspirados por la izquierda, obreros, republicanos, liberales y laicos en Irán.

Mohamad Reza Pahlavi accedió al trono en 1941, después de que su padre, Reza Sha, fue obligado a abdicar por los ocupantes británicos del país, y emprendió una serie de reformas que solo beneficiaron a una pequeña parte de la población, la clase ligada al poder, lo que desató el descontento.

Ruhollah Musavi Jomeini, desde su exilio, se convirtió en la figura central de la oposición, promoviendo un retorno a los valores islámicos y denunciando la influencia extranjera. La llegada del ayatola al país condujo al establecimiento en Irán de un régimen teocrático que tiene la interpretación chiita del Islam, con Jomeini como líder supremo. Tras su muerte, en 1989, fue sucedido por Alí Jamenei.

Se implementaron leyes y normas basadas en la sharia (ley islámica), con un impacto significativo en la vida de los iraníes. La Revolución Islámica llevó al aislamiento de Irán de gran parte de la comunidad internacional, especialmente de Occidente.

En la actualidad, los expertos señalan que el régimen iraní atraviesa profundas crisis internas e inestabilidad, lo que podría conducir a un cambio. Según el think tank estadounidense Middle East Media Research Institute (Memri), el país experimenta profundas divisiones internas, como señaló el Dr. Aref Al Kaabi, director ejecutivo de Ahwaz, que puso como ejemplo una caótica sesión del Parlamento en marzo pasado, que estuvo marcada por enfrentamientos verbales y acusaciones mutuas, y que reflejó una profunda crisis política y una completa desconexión entre las diversas facciones del régimen, que se culpan mutuamente de los fracasos.

A lo anterior se suma un deterioro político y económico. La destitución en marzo del ministro de Economía y Finanzas, Abdolnaser Hemmati, debido a la preocupación por la inflación, la devaluación de la moneda y la mala gestión económica, puso de relieve las graves dificultades económicas.

Fuentes que conversaron con Memri sugirieron que el continuo deterioro político y económico podría provocar agitación interna, culminando en una revolución generalizada contra el régimen gobernante.

Ya desde hace meses que la institución militar de la Guardia Revolucionaria se enfrentaba a importantes desafíos para mantener su poder, una situación que se podría ver agravada con la muerte este viernes de sus comandantes en jefe. A juicio del centro de estudios, esto aumentaba la probabilidad de un colapso de las estructuras militares y económicas del Estado. La escalada de la crisis política, especialmente si persisten los conflictos internos y los desafíos económicos, podría provocar el derrumbe del régimen.

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