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La polémica reaparición en Ginebra de Valentina Matviyenko, la mujer más poderosa de Rusia

La sancionada presidenta del Senado sorprendió en una cumbre en Suiza, indignando con su presencia a ucranianos y opositores rusos.

Valentina Matviyenko en Ginebra. Foto: Archivo

Con gran pompa e incluso flores, la presidenta del Senado de Rusia, Valentina Matviyenko, fue recibida este lunes en Ginebra, en el contexto de la 15ª Cumbre de Mujeres Presidentas de Parlamento. La visita, que hace unos años no habría causado interés, sorprendió muchísimo esta vez, ya que Matviyenko está sancionada por Occidente, en medio de su apoyo a la guerra en Ucrania.

Considerada por muchos como la mujer más poderosa del régimen, Matviyenko apareció en la televisión rusa siendo recibida en Ginebra, en el mismo avión en el que llegó, con un ramo de flores. El evento, convocado por la Unión Interparlamentaria (UIP), fue inaugurado por la presidenta del Consejo Nacional suizo, Maja Riniker.

Mostrando un apoyo activo a la guerra, Matviyenko fue una presencia polémica en el evento, donde estuvo acompañada por otros parlamentarios rusos. Normalmente estas personalidades tenían prohibida la entrada al territorio suizo, pero el gobierno local hizo el esfuerzo para tenerlas en el evento, causando la indignación en Ucrania.

Valentina Matviyenko durante un desfile del Día de la Victoria. Foto: Archivo MAXIM SHEMETOV

A sus 76 años, Valentina Matviyenko es actualmente la presidenta del Senado ruso, y una de las personas más cercanas en el círculo estrecho de Vladimir Putin. A diferencia de otras personalidades que han tenido que dar pasos al costado en la política rusa, como el ahora exministro de Defensa Serguei Shoigu, Matviyenko continúa después de décadas en roles clave del Kremlin.

A pesar de las sanciones occidentales, el mismo Putin le concedió este último año el título de “Heroína de Rusia”, una de las distinciones más altas en el país. A ambos los une San Petersburgo: Putin nació allí, mientras Matviyenko empezó su carrera política en esa ciudad. Bajo el mandato de Boris Yeltsin, fue viceprimera ministra y luego gobernadora de San Petersburgo en 2003, siendo su candidatura apoyada por el mismo Putin.

Valentina Matviyenko se encuentra bajo sanciones en Suiza, Estados Unidos y la Unión Europea por su apoyo activo a la invasión rusa de Ucrania. Por su parte, Vladimir Putin tiene una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra desde marzo de 2023. Además de Valentina Matviyenko, el vicepresidente de la Cámara Baja del Parlamento, Piotr Tolstoi, y al presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la cámara, Leonid Slutsky, también sancionados, estuvieron presentes en el evento en Ginebra.

El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con militares en el Kremlin de Moscú, el 12 de junio de 2025. Foto: Archivo SERGEI BULKIN

En la cumbre, Matviyenko se presentó como una embajadora de la “comprensión mutua”, llamando a una “paz que garantice la seguridad de todas las naciones”. También declaró que las lecciones de las dos guerras mundiales deberían permitir al mundo evitar una tercera.

“Rusia fue obligada a intervenir, para detener el derramamiento de sangre de ciudadanos pacíficos”, argumentó la presidenta del Senado, siguiendo la línea de la falsa acusación de “genocidio” contra la población rusoparlante de Ucrania. Esto, considerando que tanto la ONU como la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y el Tribunal Internacional de Justicia han descartado que esté teniendo lugar fenómeno tal por parte del gobierno ucraniano.

Para poder permitir la entrada de la delegación rusa, el gobierno suizo hizo uso de un mecanismo de exención frente a las sanciones. La Secretaría de Estado de Migración (SEM) y el Departamento Federal de Asuntos Exteriores (DFAE) tienen la facultad de conceder permisos de entrada excepcionales. Al parecer, esto fue lo que ocurrió con los tres funcionarios rusos.

Vladimir Putin, presidente de Rusia. Foto: Archivo

Consultado por el medio suizo Tages-Anzeiger sobre este caso específico, el DFAE justificó la concesión de estas exenciones por el acuerdo firmado en 1999 por el Consejo Federal y la UIP, para convertir oficialmente a Suiza en el país anfitrión de esta organización, que reúne a delegaciones parlamentarias de todo el mundo. Sin embargo, como parte de este acuerdo, Berna se ha comprometido específicamente a “facilitar la entrada de delegados oficiales y, de ser necesario, a levantar temporalmente las sanciones durante la conferencia”.

La presencia de Matviyenko no fue bien recibida por algunos dignatarios, y mucho menos por la parte ucraniana. Desde la Cancillería ucraniana, el portavoz Andrii Tykhy calificó la participación de la senadora rusa como una “vergüenza”, instando a las delegaciones en el evento a no estrechar la mano “cubierta de sangre de Matviyenko”. En la red social X, el funcionario señaló: “Ella no merece flores, sino más bien un pasaje para La Haya, donde el proceso de la agresión rusa empezará pronto”.

Por su parte Fundación contra la Corrupción, la ONG fundada por el fallecido opositor ruso Alexei Navalny, alertó contra “una reducción progresiva de las sanciones” y la posibilidad de que el viaje siente “un precedente”. “Matviyenko es alguien que tomó parte en la decisión de lanzar la invasión de Ucrania”, recordó el director de la institución, Ivan Zhdanov.

Asimismo, más de 200 críticos del Kremlin, incluidos exprisioneros de guerra, expresaron su enojo por la visita de la delegación de alto nivel de Moscú a Suiza, acusando a Europa de dar la bienvenida a “criminales de guerra” a pesar de la invasión rusa de Ucrania.

A través de una carta abierta, firmada por expresos políticos como Vladimir Kara-Murza, Oleg Orlov e Ilya Yashin, acusaron a Suiza de acoger a aliados clave de Putin. “Mientras Ginebra acoge a los criminales de guerra Matvienko, Tolstoi y Slutsky, las tropas rusas siguen lanzando ataques con misiles contra ciudades ucranianas. Civiles, niños y mujeres están muriendo”, decía la misiva.

Matvienko, Tolstoi y Slutsky son “figuras clave del régimen de Putin, directamente responsables de lanzar la guerra de agresión contra Ucrania, la destrucción de las instituciones democráticas y las persecuciones a gran escala dentro de Rusia”, afirma la carta abierta. “Esta participación en eventos internacionales en Suiza debería prohibirse y deberían ser arrestados”, agrega.

“Como país anfitrión, Suiza hace todo lo posible para facilitar el trabajo de las organizaciones internacionales con sede en su territorio, y en particular en Ginebra”, declaró a la AFP un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo.

Las autoridades suizas pueden autorizar excepciones a las restricciones de viaje, “especialmente si la persona viaja para asistir a una conferencia internacional”, añadió el portavoz.

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