
Refugiado en un búnker: ayatola Alí Jamenei nombra a tres posibles sucesores por si muere en un ataque israelí
Según The New York Times, el líder supremo de Irán escogió a tres clérigos. Su hijo Mojtaba, que era uno de los favoritos, no figura entre los candidatos, informaron las autoridades.

Temeroso de ser asesinado, el líder supremo de Irán ahora habla con sus comandantes principalmente a través de un asistente de confianza, suspendiendo las comunicaciones electrónicas para dificultar su localización, dijeron tres funcionarios iraníes familiarizados con sus planes de guerra de emergencia, citados por The New York Times.
Y el ayatola Alí Jamenei tiene razones para tener por su vida. El ministro de Defensa de Israel dijo el jueves que el líder supremo de Irán “ya no puede seguir existiendo”, después de que un proyectil iraní impactara contra un hospital israelí, dejando 72 heridos.
“Jamenei declara abiertamente que quiere destruir a Israel; él personalmente da la orden de disparar contra hospitales. Considera la destrucción del Estado de Israel como un objetivo”, dijo Israel Katz en Jolón, cerca de Tel Aviv. “A un hombre así ya no se le puede permitir seguir existiendo”, aseguró.
A las amenazas se sumó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien afirmó que asesinar a Jameneí “pondría fin al conflicto”, mientras que el presidente estadounidense Donald Trump aseguró conocer el paradero del líder supremo, aunque descartó matarlo “por ahora”.
Frente a este escenario y refugiado en un búnker, Jamenei ya estaría tomando medidas en caso de morir producto de un ataque israelí.
Así, una investigación de The New York Times reveló este sábado que el régimen iraní está estudiando posibles escenarios para protegerse en caso de que Israel mate a Jamenei. En ese sentido, asegura el periódico, el líder supremo habría nombrado a tres posibles sucesores en medio de la inestabilidad que atraviesa el país.
Jamenei habría instruido a la Asamblea de Expertos -el órgano de clérigos encargado de elegir al líder supremo entre otros deberes- sobre tres nombres. Ya a principios de año, medios internacionales informaron de que Jamenei, de 86 años, padece una grave enfermedad, por lo que el régimen inició un protocolo para elegir a su sucesor.
Normalmente, indica el Times, el proceso de nombramiento de un nuevo líder supremo podría llevar meses, y los clérigos eligen nombres de sus propias listas. Pero con la nación ahora en guerra, según los funcionarios, el ayatola quiere asegurar una transición rápida y ordenada, y preservar su legado.
“La máxima prioridad es la preservación del Estado”, afirmó Vali Nasr, experto en Irán y profesor de asuntos internacionales en la Universidad Johns Hopkins. “Todo es calculador y pragmático”.
El hijo del ayatola Jamenei, Mojtaba, también clérigo y cercano al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, quien se rumoreaba como favorito, no figura entre los candidatos, según informaron las autoridades. El expresidente conservador iraní, Ibrahim Raisi, también era considerado uno de los favoritos antes de morir en un accidente de helicóptero en 2024.
La jefatura suprema en Irán concentra un poder sin parangón en el país, abarcando la conducción de las Fuerzas Armadas, así como la última palabra en los ámbitos legislativo, ejecutivo y judicial, además de encarnar la máxima autoridad espiritual dentro del islam chiita.
En tiempos normales, el ayatola Jamenei vive y trabaja en un complejo de alta seguridad en el centro de Teherán, llamado “beit rahbari” (o residencia del líder), y rara vez sale de allí, salvo en ocasiones especiales, como dar un sermón. Altos funcionarios y comandantes militares acuden a él para reuniones semanales, y desde el complejo se realizan discursos públicos, detalla el Times.
Su retiro a un búnker demuestra la furia con la que Teherán ha sido golpeado en una guerra con Israel que, según las autoridades iraníes, se desarrolla en dos frentes.
Una se libra desde el aire, con ataques aéreos israelíes contra bases militares, instalaciones nucleares, infraestructura energética crítica y contra comandantes y científicos nucleares en sus edificios de departamentos en barrios residenciales densamente poblados. Algunos de los principales comandantes iraníes fueron aniquilados sumariamente.
Pero las autoridades iraníes afirman que también están combatiendo en un segundo frente, con operativos y colaboradores israelíes encubiertos dispersos por el vasto territorio iraní, lanzando drones contra estructuras energéticas y militares críticas. El temor a la infiltración israelí en las altas esferas del aparato de seguridad e inteligencia iraní ha sacudido la estructura de poder iraní, incluso al ayatolá Jamenei, según las autoridades.
“Es evidente que sufrimos una grave brecha de seguridad e inteligencia; es innegable”, declaró Mahdi Mohammadi, asesor principal del presidente del Parlamento iraní, el general Mohammad Ghalibaf, en una grabación de audio que analiza la guerra. “Todos nuestros altos mandos fueron asesinados en una hora”.
El temor al asesinato y a la infiltración en las filas iraníes es tan generalizado que el Ministerio de Inteligencia anunció una serie de protocolos de seguridad, instando a los funcionarios a dejar de usar teléfonos celulares o cualquier dispositivo electrónico para comunicarse. También ordenó a todos los altos funcionarios gubernamentales y comandantes militares que permanezcan en la clandestinidad, según dos funcionarios iraníes citados por el Times.
La caída del líder supremo de Irán, sin embargo, no garantizaría la implantación de un régimen democrático en el país, donde la oposición está muy dividida, afirman analistas citados por AFP.
Muchos analistas creen que derrocar a Jamenei y al gobierno de la República Islámica crearía un vacío que podrían llenar los partidarios de la línea dura, como los Guardianes de la Revolución iraníes o el Ejército.
“Los ataques de Israel parecen estar más enfocados en el cambio de régimen que en la no proliferación” de armas nucleares, apunta Nicole Grajewski, del centro de estudios Carnegie Endowment, con sede en Washington.
“Si el régimen cayera, la esperanza sería un gobierno liberal y democrático (...) Sin embargo, existe una gran probabilidad de que otras entidades poderosas como los Guardianes de la Revolución surjan como reemplazo”, añadió.
Según Thomas Juneau, profesor de la Universidad de Ottawa, “en caso de un colapso no existe una alternativa democrática organizada”.
“La única alternativa, y es uno de los escenarios preocupantes, es un golpe de Estado de la Guardianes de la Revolución, es decir, pasar de una teocracia a una dictadura militar”, apunta el experto.
Los analistas también advierten de la compleja composición étnica de Irán, con minorías kurdas, árabes, baluchíes y túrquicos que coexisten junto a la población persa.
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