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Una nueva Siria: Estados del Golfo buscan invertir en el país a medida que disminuye la influencia de Irán

Las decisiones de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón de flexibilizar las sanciones impuestas a Damasco han propiciado a que los países del Golfo comiencen a colaborar con la reconstrucción de Siria, cuyo régimen por años estuvo bajo el alero de Irán.

El recién nombrado presidente de transición de Siria, Ahmed al-Sharaa, se reúne con el príncipe heredero saudita, Mohammed Bin Salam, en Riad, Arabia Saudita, el 2 de febrero de 2025. Foto: Archivo Bandar Algaloud Saudi Royal Roya

Tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre del año pasado, los países del Golfo están buscando la forma de invertir en Siria como una manera de ampliar su influencia en Medio Oriente.

Según el diario The New York Times, fueron funcionarios y empresarios de los países del Golfo los primeros en colaborar para la reconstrucción de Siria, cuyo régimen por años estuvo bajo el alero de Irán, tradicional rival de los países del Golfo.

Se estima que la reconstrucción por sí sola costará entre 250.000 y 400.000 millones de dólares. La economía se ha contraído a unos 17.500 millones de dólares en 2023, frente a los 60.000 millones de dólares anteriores a 2011. Alrededor de 16,7 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, mientras que más del 90% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

La mayoría de la población, ya sea empleada por el Estado o por el sector privado, no puede cubrir sus necesidades mensuales con sus salarios. Según estimaciones del periódico Kassioun, a finales de junio de 2025, el costo mínimo de vida para una familia siria de cinco miembros residente en Damasco ascendía a aproximadamente 9 millones de libras sirias (unos 818 dólares).

El príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman (der.) observan cómo el presidente estadounidense Donald Trump estrecha la mano del presidente interino sirio Ahmed al-Sharaa, en Riad, el 14 de mayo de 2025. Foto: AFP BANDAR AL-JALOUD

Las decisiones de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón de flexibilizar las sanciones impuestas a Siria generaron esperanza en mayo, con la población siria saliendo a las calles en todo el país para celebrar. El 30 de junio, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que desmanteló la red de sanciones contra Damasco. El Departamento del Tesoro norteamericano declaró que esta decisión ofrecía un alivio de las sanciones a “entidades cruciales para el desarrollo de Siria, el funcionamiento de su gobierno y la reconstrucción del tejido social del país”.

En un artículo del Instituto Tahrir para la Política de Medio Oriente, el analista Joseph Daher indicó que estas medidas ya han generado resultados políticos tangibles, allanando el camino para una renovada colaboración regional e internacional. Al mismo tiempo, permiten la reintegración de la economía siria a los mercados regionales y globales mediante la facilitación de las transacciones financieras, la apertura de la puerta a la Inversión Extranjera Directa (IED) y la colaboración con la diáspora empresarial siria. El gobierno ya ha comenzado a movilizarse para atraer inversiones muy necesarias en diversas áreas, entre las que destaca el sector energético.

Siria, ahora liderada por Ahmed al-Sharaa, excombatiente rebelde convertido en presidente, se encuentra en un “punto de inflexión”, al igual que el resto de Medio Oriente, indicó en mayo el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, ministro de Asuntos Exteriores saudita, quien hizo estas declaraciones después de que Al-Sharaa se reuniera con Trump en Riad, la capital saudita.

“Nos encontramos en un momento increíblemente difícil y peligroso en la región, pero también en un momento que ofrece una oportunidad increíble”, añadió. “Si ahora podemos unirnos para apoyar al pueblo y al gobierno sirios a tomar las riendas y construir una Siria próspera, estable y segura, esto impactará a toda la región”.

Qatar y Arabia Saudita han saldado la deuda de Siria de 15,5 millones de dólares con el Banco Mundial, lo que permite al país acceder a subvenciones para financiar la reconstrucción tras una devastadora guerra civil que duró casi 14 años, indicó The New York Times.

El recién nombrado presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, recibe al Emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, en Damasco, Siria, el 30 de enero de 2025. Foto: Archivo AMIRI DIWAN

Por otro lado, las aerolíneas estatales del Golfo han celebrado el reinicio de los vuelos a la capital siria, Damasco.

El Times indicó que DP World, un operador portuario global propiedad del emirato de Dubai, realizó una de las primeras inversiones cuando firmó un memorando de entendimiento de 800 millones de dólares con el gobierno sirio para desarrollar el puerto estratégico de Tartus en el Mediterráneo, hogar de una base naval rusa durante la guerra civil.

A juicio de Daher, Siria aún enfrenta profundos desafíos económicos estructurales que obstaculizan la recuperación económica y el proceso de reconstrucción. “Durante la última década o más, millones de personas cayeron en la pobreza debido a las consecuencias destructivas de la guerra, las sanciones y las políticas del régimen de Assad. Estas incluyeron la liberalización de los precios al consumidor, la privatización de activos estatales y las medidas de austeridad, incluyendo la reducción de subsidios; políticas que favorecieron a una pequeña minoría de empresarios afiliados al palacio presidencial”.

“Por ejemplo, el régimen anterior excluyó a aproximadamente 600.000 familias de su programa de subsidios en febrero de 2022, al tiempo que aumentó el precio de productos básicos como el combustible y el pan, dejando a la población cada vez más dependiente de las remesas enviadas por la diáspora para sobrevivir”, añadió.

“En este contexto, garantizar los mecanismos de protección social es esencial para salvaguardar las condiciones de vida de los sirios. También es fundamental para preservar la estabilidad política del país y fomentar la participación de un amplio segmento de la población en la fase de transición política. De igual manera, no se puede prever una recuperación económica temprana sin un desarrollo económico productivo. Cualquier posible recuperación económica debe basarse en el redesarrollo de la producción nacional, en particular en los sectores manufacturero y agrícola, y centrarse en la reducción de las tasas de desempleo en el país”, indicó Daher.

Las declaraciones y decisiones económicas del nuevo régimen sirio hasta la fecha indican que favorece un sistema económico basado en la libre competencia del mercado, a la vez que respeta las leyes islámicas. Desde principios de año, las autoridades también han mantenido numerosas reuniones con representantes de las cámaras de industria y comercio del país, así como con empresarios, tanto nacionales como internacionales.

Un grafiti de la bandera de los rebeldes sirios está pintado en un mosaico del expresidente sirio Hafez al-Assad después del derrocamiento del presidente Bashar al-Assad, en Damasco, Siria, el 2 de enero de 2025. Foto: Archivo Zohra Bensemra

Influencia de Irán

Irán fue uno de los principales patrocinadores del régimen de Assad, proporcionándole asistencia militar y financiera mientras aplastaba el levantamiento de la Primavera Árabe que comenzó en 2011 y se convirtió en una guerra contra su propio pueblo durante más de una década.

Siria era parte integral de lo que se conocía como la “media luna de influencia” de Teherán, que se extendía desde Irán hasta el mar Mediterráneo pasando por Irak, Siria y Líbano.

Varios gobiernos del Golfo -entre ellos el principal de Arabia Saudita- han estado cultivando lazos más cálidos con Irán en los últimos años, considerando la diplomacia como una forma más efectiva de contener a su vecino que un conflicto abierto.

Ataque contra el consultado iraní en Siria. Foto: Archivo

Pero siguen desconfiando de Irán y de la red de milicias que apoya en todo Medio Oriente, que han perpetrado ataques contra Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

Durante la guerra de 12 días entre Israel e Irán de este mes, Teherán disparó misiles a una base militar estadounidense en el emirato de Qatar, sembrando el miedo y el caos en todo el país a pesar de que los funcionarios iraníes habían enviado una advertencia del ataque de antemano.

Los monarcas del Golfo, que son casi todos musulmanes sunitas, también temen que Irán, de mayoría chiita, pueda exportar su ideología revolucionaria a los ciudadanos chiitas de su población, preocupados de que esto pueda fomentar el malestar, indicó The New York Times.

Acercamiento con Israel

En tanto, después de casi 14 años de guerra en Siria, el nuevo gobierno está restableciendo sus relaciones regionales y gran parte de la atención se centra en lo que sucederá con Israel, informa Al Jazeera,

Según la cadena qatarí, hay informes de conversaciones entre Siria e Israel, e incluso se han barajado plazos para una posible normalización entre los dos países, que técnicamente están en guerra desde la guerra árabe-israelí de 1948.

La comunicación entre ambos Estados ha sido facilitada por Emiratos Árabes Unidos, que establecieron un canal de contacto alternativo.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Knesset o Parlamento israelí. Foto. Europa Press KNESSET

Cualquier acuerdo probablemente sería una extensión de los Acuerdos de Abraham, un acuerdo negociado por Estados Unidos entre algunos estados árabes e Israel.

Es posible que en el futuro eso ocurra, dicen los analistas, pero por ahora sería casi imposible, según el escritor y autor sirio Robin Yassin-Kassab. Existe una profunda enemistad entre Siria e Israel, que se intensificó durante la guerra árabe-israelí de 1967 y la ocupación israelí de los Altos del Golán sirios, añade Al Jazeera.

“Los sirios están divididos… porque por un lado la gente está agotada, todos reconocen que Siria no puede defenderse ni luchar contra Israel… así que es bueno que (al-Sharaa) negocie”, dijo Yassin-Kassab, añadiendo que volver a un acuerdo como el alto el fuego de 1974 es la opción más realista.

Aproximadamente una semana después de que el entonces presidente Bashar al-Assad huyera de Siria en diciembre de 2024, el Parlamento israelí votó un plan para expandir los asentamientos en Siria, algo ilegal según el derecho internacional. Actualmente hay más de 31.000 colonos israelíes en los Altos del Golán ocupados.

La Brigada Khaled, parte de Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), realiza un desfile militar, después del derrocamiento de Bashar al-Assad en Siria, en Damasco, el 27 de diciembre de 2024. Foto: Archivo Amr Abdallah Dalsh

Siria, bajo Al-Sharaa, ha dicho que está abierta a la paz con Israel y que respetará el acuerdo de cese del fuego de 1974 entre los dos estados, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el 8 de diciembre -el día en que Al-Assad huyó a Moscú- que consideraba que el acuerdo era nulo.

En los últimos días, funcionarios israelíes han declarado su disposición a un acuerdo con Siria, y Netanyahu, según informes, solicitó al enviado especial de Estados Unidos, Tom Barrack, su ayuda para negociarlo.

Según informes, el jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, ha estado supervisando las conversaciones con funcionarios sirios. Las conversaciones incluyen presencia estadounidense y se encuentran en una fase avanzada, según altos funcionarios israelíes que hablaron con The Times of Israel.

Según informes, figuras cercanas a Al-Sharaa piden el fin de la agresión israelí sin que Siria tenga que aceptar la normalización total, informó el diario libanés Al Akhbar.

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