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Vahagn Khachaturyan, presidente de Armenia: “Sentimos que no recibimos el apoyo de los países de América Latina en muchas plataformas internacionales”

En una entrevista grupal con periodistas de Latinoamérica en Ereván, el mandatario armenio profundizó en los vínculos con Chile y la perspectiva a futuro de la relación, pero también de cómo han vivido la guerra en Ucrania, que es parte del vecindario geopolítico.

El presidente de Armenia, Vahagn Khachaturyan, habla durante una conferencia de prensa tras su reunión con el presidente egipcio en Ereván, el 29 de enero de 2023. Foto: AFP KAREN MINASYAN

“Conozco los viñedos chilenos”, dijo Vahagn Khachaturyan, presidente de Armenia, desde la Sala Cuatro del Palacio Presidencial, en Ereván. “Estuve allí como asesor presidencial, en 1997”, añadió. “Con América Latina tenemos un vínculo especial”, comentó el mandatario a un grupo de periodistas de la región, incluido de La Tercera, que visitó la capital del país ubicado en la región del Cáucaso. Según Khachaturyan, pese a los 14.000 kilómetros de distancia, la “raíz cristiana” une a ambos pueblos.

La conversación formó parte de una entrevista conjunta con periodistas de Chile, Argentina, Perú y Brasil en el marco de Yerevan Dialogue, instancia en la que también intervino el primer ministro, Nikol Pashinyan. Para la fecha en que visitó nuestro país, “como economista, estaba interesado en las reformas que tuvieron lugar en Chile, porque en aquel entonces nosotros también estábamos haciendo reformas económicas y estábamos interesados en los éxitos que lograron”, dijo.

En julio de 2014, la entonces presidenta Michelle Bachelet firmó un memorándum de entendimiento en materia de cooperación con su par, Serzh Sargsyan. Si bien abarcaba temas como salud, ciencia y tecnología, Vahagn Khachaturyan apuntó a que hay “un campo de oportunidades enorme para colaboración con Chile en la minería, especialmente respecto al cobre y al molibdeno, porque en el sur de nuestro país también hay”.

Armenia está en el top 10 de países con las mayores reservas de cobre, añadió, pero, “si quiere, Chile, puede hacer que el precio en el mundo suba o baje. Esa es la realidad. Nosotros somos un país que estamos bajo la influencia de este precio. Pero para nosotros sería muy significativo el tener la oportunidad de vincularnos con nuestros colegas en Chile en esta esfera”, añadió.

Yerevan Dialogue 2025, realizado en Ereván el 26 y 27 de mayo. Foto: La Tercera

Sobre eventuales visados turísticos, el mandatario dijo que estaba abierto a estudiar el tema, indicando que “habrá una visita oficial que puede dar un enfoque nuevo al establecimiento de nuestras relaciones”.

Pero el tema chileno no fue lo único que surgió en la entrevista. Si bien el conflicto con Azerbaiyán es central en Armenia, también es innegable que Armenia está en un lugar geográfico rodeado por otros conflictos internacionales: en el norte Ucrania y Rusia, y en el oeste Israel y Hamás. Pero ha sido principalmente el primero el que más repercusiones políticas -y especialmente económicas- ha tenido. Junto a ello está su lugar geopolítico, donde se encuentra al medio de la Unión Euroasiática y la Unión Europea.

“Todos los que están mirando hacia Armenia piensan cómo podremos gestionar esta situación”, dijo a La Tercera, haciendo una evaluación sobre cómo han llevado las consecuencias regionales de la guerra.

“Cuando empezó el conflicto ruso-ucraniano estuvimos en una situación singular, porque con ambos países hemos tenido relaciones cordiales, y había un factor muy importante que no podía no influir en nuestra reacción, que es el hecho de que alrededor de dos millones de armenios viven en Rusia y 500.000 vivían en Ucrania”, profundizó el mandatario.

“Además, la comunidad armenia está representada tanto en el gobierno de Ucrania como en el comercio. Algunas provincias y ciudades estaban pobladas totalmente por armenios. Por ello teníamos que tener una posición equilibrada, y desde el inicio hemos declarado que no somos pro ninguna facción, solo podemos formar parte en los procesos que contribuyan al establecimiento de la paz”, prosiguió.

Ciudadanos armenios pasean por la capital, Ereván. Foto: La Tercera

Si bien se ha topado con ambas partes -semanas atrás, Sergey Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, estuvo en Ereván- en instancias internacionales, afirma que la situación “es complicada. Nuestra forma de actuar tenía que ser así”.

La visita de Lavrov se explica en el reciente acercamiento de Armenia a la Unión Europea. “En marzo, nuestra Asamblea Nacional tomó una decisión sobre el inicio del proceso de la membresía a la Unión Europea. Fue una medida solicitada por nuestros ciudadanos, con 50.000 firmas. La mayor parte del Parlamento decidió que lo apoyó y tomó una resolución. Tenemos dos caminos: por uno vamos hacia Europa, lo que es una situación nueva, nuevas condiciones, nuevos compromisos, nuevos requisitos. Por otra parte, somos miembros del Pleno Derecho de la Unión Euroasiática, que no es un órgano político sino un órgano económico”, explicó al respecto.

Sobre Latinoamérica en general, Khachaturyan planteó que él y su equipo pensaban que con contar con grandes cantidades de migrantes en Argentina y Brasil bastaba para ser representados a nivel diplomático, pero no era una suposición correcta. “Turquía y Azerbaiyán han ido por otro camino, al revés, pues han establecido relaciones diplomáticas, logrando presencia en los países de América Latina. Sentimos que no recibimos el apoyo de los países de América Latina en muchas plataformas internacionales. El problema era que prestábamos mucha atención a los países en los que había una comunidad armenia, y menos a los que no había”, como es el caso de Chile.

Sin embargo, “desde que nos encontramos en varios eventos internacionales con presidentes de los distintos países, puntualmente con uno del Caribe, nos dimos cuenta de que teníamos varios puntos en común. Oficialmente, teníamos relaciones con las naciones latinoamericanas, pero lo que pasaba era que no teníamos asuntos puestos en la agenda de la colaboración bilateral”.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, se dirige al parlamento tras la escalada de hostilidades en la región de Nagorno-Karabaj, en la frontera con Azerbaiyán, en Ereván, el 13 de septiembre de 2022. Foto: Archivo PAN PHOTO

“Porque luego no podríamos quejarnos de que Turquía y Azerbaiyán están muy bien representados en los distintos países, y, por tanto, tienen más oportunidades de conocer el tema de Nagorno-Karabaj desde el punto de vista turco o azerbaiyano”, añadió.

El conflicto con Azerbaiyán, punto central de la discusión política armenia debido a la presentación de un posible proyecto de paz, también fue tratado en la entrevista. Si bien pareciera que Nagorno-Karabaj pasó a un segundo plano, el mandatario aseguró que “no está fuera de la agenda del gobierno. Lo que pasa es que ahora estamos concentrados en los trabajos de la firma del acuerdo de la paz con Azerbaiyán”.

Uno de los mayores problemas al respecto es que en Armenia “tenemos 110.000 habitantes de Nagorno-Karabaj que fueron expulsados de su patria y de sus propias casas. Hay cosas que, por ahora, no se pueden resolver, como, por ejemplo, el de la vivienda, los poblados o las ciudades que han dejado. Pero los problemas de vida cotidiana del armenio están en la agenda del gobierno. Ante todo, lo primero es el tema de la vivienda, de dónde vivir”, aseguró.

Su destino será decidido “una vez firmemos el acuerdo de paz”, ya que “es más realista regularizar nuestras relaciones con nuestros vecinos ahora, y ahora también hablo de Turquía”.

Frente a las acusaciones opositoras a que Armenia estaría cediendo territorio a Azerbaiyán, Khachaturyan se defendió mediante una pregunta: “¿Qué principio elegimos para comenzar las negociaciones con Azerbaiyán? Hemos hecho referencia a un documento muy importante que es el Convenio de Almatí, que fue firmado por 11 repúblicas de la ex-URSS el 21 de diciembre de 1991”.

“Cuando iniciamos las conversaciones con Azerbaiyán, tomamos como punto de partida este documento. Eso significa que no podemos hablar de pérdida de territorios. (…) Ningún gobierno que tengamos, no importa quién sea, tendrá el derecho de ceder el territorio actual, que son 29.743 m². Si hay una inquietud ciudadana respecto a esto, solo se podría gestionar por medio de un referéndum”, cerró al respecto.

Como un país que fue miembro de la Unión Soviética, el mandatario también tuvo palabras para esa herencia con miras a un potencial ingreso a la Unión Europea, considerando los largos tiempos de trámites, pero también las exigencias. “Hay que dar alternativas, hay que dar oportunidades a la gente. Durante los años de la URSS no estábamos acostumbrados a vivir así. Teníamos que vivir dentro de los estándares que nos obligaban. Cuando la gente trata de encontrar la explicación de la caída de la URSS, todos plantean motivos políticos, pero en realidad la caída fue por causas económicas”, aseguró.

Consultado por los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el mandatario armenio planteó que, “siendo economista, la mayor preocupación que tengo es lo siguiente: había normas establecidas, la que se llamaba política de puertas abiertas. Esta daba la oportunidad a cualquier país el producir en los lugares donde era más ventajoso”. Eso, cree, se quebró.

Al mismo tiempo, el país del Cáucaso Sur ha experimentado cambios radicales en su conformación económica y social. También ha llevado a una ola migratoria importante. “Hay una necesidad seria de fuerza laboral. No es secreto, tengo que decir que nuestros ciudadanos no quieren trabajar en agricultura, tampoco en la construcción. El salario medio es alrededor de 700 dólares. Y para poder rellenar este vacío de la fuerza laboral, hemos dado la oportunidad para que la gente venga de India o de otros países. Es un fenómeno nuevo en nuestra realidad, pero ya nos hemos acostumbrado”, señaló.

En ese punto, se empareja con polos económicos de otros lados del mundo que han visto crecimientos rápidos. “Si comparamos 2018 con 2024, en el primero había una fuerza laboral de 540 mil personas, y ahora tenemos 780 mil personas trabajando en la economía. El producto interno bruto ha aumentado en más del doble. Ahora tenemos 25 mil millones. Para una persona, el resultado interno bruto es de 8.700 dólares, mientras que antes era 4.700. La pensión de jubilación se ha aumentado alrededor de 2,5 veces”, explicó, apuntando a la “Revolución de Terciopelo” de 2018 como una de las causas.

“Durante estos 20 años, para que alguien pudiera desarrollar negocios en Armenia tenía que tener personas en el gobierno, y para poder realizar una actividad económica tenía que sobornar. Todavía hay países en el mundo donde existe ese sistema, pero dependen de cuánto pueden alimentar el modelo, dependiendo de los recursos naturales que posean. Nosotros no tenemos estos recursos, nuestro capital son nuestros ciudadanos, y ellos querían vivir libremente”, aseveró.

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