
El largo camino de la adopción para los hombres chilenos
A pesar de las barreras legales y los prejuicios sociales, cada vez hay más individuos, incluso solteros, que buscan formar familia a través de la adopción. Actualmente hay un proyecto que propone eliminar la prelación que privilegia a matrimonios.
Cristian (47) y Rodrigo (45) llevaban 16 años juntos cuando decidieron que querían formar una familia. “Queríamos compartir nuestra felicidad, ampliar el amor que teníamos”, dice Cristian. No buscaban gestar hijos biológicos ni recurrir a técnicas de reproducción asistida. Eligieron la adopción. Pero en el Chile de 2019, para lograrlo, tuvieron que tomar una decisión: anular su Acuerdo de Unión Civil para que uno de los dos pudiera figurar como soltero y así, recién entonces, iniciar el proceso.
La Ley de Adopción vigente, la N°19.620, data de 1999 y no reconoce el estado de conviviente civil. En los hechos, la única forma legal para que ambos participaran en el proceso era que uno figurara como postulante y el otro como parte de la “red de apoyo”. Cristian fue quien asumió el rol formal, y Rodrigo, aunque evaluado por psicólogos y trabajadores sociales, quedó fuera del vínculo legal.
“No sabíamos si podíamos adoptar, teníamos muchos mitos”, recuerda Cristian. “Pero nos encontramos con personas del Sename que fueron superclaras: nos dijeron ‘la ley es la mala’. No hay discriminación por parte del Estado, pero la normativa se quedó atrás”.
Para firmar debieron renunciar al acuerdo que simbolizaba su compromiso como pareja. “Fue una lata, pero después lo transformamos en una oportunidad. El informe final incluso destacaba que teníamos tantas ganas de adoptar que fuimos capaces de anularlo”.
El caso de Cristian y Rodrigo, quienes adoptaron a tres hermanos entre tres y seis años durante la pandemia y mañana van por un nuevo Día del Padre, si bien es excepcional, engrosa los datos del Sistema Informático Integrado de Adopción (SIIA), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, los que grafican que el número de hombres solteros postulantes para adoptar ha ido en aumento. En 2021 hubo 12 postulantes; en 2022, 13; en 2023, 11 y en 2024 el número llegó a 29, más del doble que el año anterior.
Esta tendencia al alza se refleja también en la cantidad total de padres adoptivos, que ha mostrado un leve pero constante crecimiento. Según el mismo SIIA, en 2021 y 2022 se registraron 196 padres adoptivos por año, aumentando a 217 en 2023 y alcanzando los 219 en 2024. Las cifras marcan un cambio de paradigma: ahora hay más interés de hombres en formar familia, incluso sin pareja.
Alejandra Ramírez, directora de la Fundación Chilena de la Adopción y Familia (Fadop), dice que a pesar de esto, el sistema sigue privilegiando un modelo de familia tradicional y biparental.
“La actual ley establece un orden de prelación que coloca en tercer lugar a las personas solteras, viudas o divorciadas”, explica. Y suma: “Esto responde a un ideal de familia que subyace en la ley: una familia nuclear, compuesta por padre y madre como modelo preferente para la adopción. En ese marco, las familias monoparentales quedan relegadas”.

Ramírez señala que no sólo hay barreras legales, sino también prejuicios culturales arraigados: la idea de que un niño necesita una figura materna y paterna diferenciada, en lugar de evaluar si las funciones parentales se cumplen adecuadamente, más allá del género o el estado civil. “Tenemos suficiente evidencia de que lo importante es el adecuado desempeño de las funciones parentales, no el género de quien las cumple”, dice. “Hay muchas madres biológicas que no se hacen cargo de sus hijos y también figuras como abuelas o tías que cumplen ese rol. Por lo tanto, esta cultura que asigna funciones en base al género no garantiza una buena crianza”.
Vivianne Galaz, directora ejecutiva de la Fundación San José para la Adopción, también cree que la ley genera prejuicios hacia familias monoparentales. “Este sesgo, a menudo implícito, dificulta los procesos y refleja una visión tradicional aún vigente. Hay urgencia por encontrar familias, y cuantas más haya, mejor para los niños”.
La reforma
El proyecto de ley de adopción que se votará próximamente en la Cámara de Diputadas y Diputados busca corregir parte de esta desigualdad, reconociendo la diversidad de familias existentes hoy en Chile.
“Este proyecto pone en el centro a los niños, niñas y adolescentes. Y con eso como objetivo permite que todas las personas que cumplan con los requisitos exigidos, es decir, familias homoparentales, solteros, matrimonios heterosexuales, podrán realizar el trámite”, destaca la ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro.
Y es que al eliminar la prelación y los requisitos y criterios de evaluación, lo que se busca es aumentar las posibilidades de que cada niño susceptible de ser adoptado cuente con la familia que más se adecúe a sus necesidades, según detalla la ministra.

Pero el avance ha sido lento y lleva más de una década en el Congreso. Mientras tanto, casos como el de Cristian y Rodrigo siguen siendo una excepción.
“Lo hicimos directamente con el Sename porque había fundaciones que hasta pedían matrimonio religioso”, dicen.
Su proceso tomó apenas seis meses. “Los niños lo que más necesitan es amor, una familia. No es el derecho del adulto a tener hijos, es el derecho del niño a tener padres”, afirma Cristian, quien junto a su pareja entregan una reflexión final: “Antes la adopción era un secreto, algo que no se decía. Nosotros la mostramos con orgullo. Creemos que ser papá no pasa por la biología, sino por el amor”.
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