“ECOH formalizó a tres venezolanos por el homicidio calificado que afectó a un empresario el 19 de junio en Ñuñoa. Además un hombre que acompañaba a la víctima sufrió un robo con intimidación. Tribunal otorgó prisión preventiva a los imputados y 120 días de investigación”.

El reporte es de una publicación en X a las 21.17 horas del miércoles 9 de julio.

La publicación iba acompañada de un video en el que se ve a Osmar Alexander Ferrer Ramírez esposado ingresando al tribunal con sus compañeros de delito detrás. Antes de que se completara un día, Gendarmería lo liberó.

Según el Poder Judicial, su orden de ingreso a Santiago 1 fue emitida a las 20.17 horas del 9 de julio. Se está investigando qué ocurrió.

Hoy, el sujeto de 18 años, está prófugo y con orden de captura internacional.

El crimen en Ñuñoa

Ferrer y otros dos sujetos, Yonder Emilio Blanco Veliz y Neomar Andrés Arismendi Duarte, según el Ministerio Público, fueron contratados para dar muerte al empresario José Felipe Reyes Ossa, conocido como “El Rey de Meiggs”. Les ofrecieron 30 millones de pesos. El 20 de junio recibieron un pago por 4,5 millones.

Los sujetos se conocieron trabajando en un restaurante de Bellavista y dos de ellos residían en el mismo edificio. Se investiga su vinculación con el crimen organizado.

De acuerdo a la información recopilada en la indagatoria que lidera el fiscal Sergio Soto, los sicarios, venezolanos en situación irregular, fueron contactados por un compatriota de ellos, por encargo de un chileno vinculado a los negocios de la víctima.

Reyes Ossa, de 43 años, era comerciante y era conocido también en el mundo de la producción de eventos.

La banda contaba con información privilegiada de sus desplazamientos.

El homicidio se concretó en la calle Quirihue con José Domingo Cañas, en Ñuñoa, en las afueras del edificio en que residía el empresario. Lo esperaron horas en un automóvil. Sabían que ese día se trasladaba allí desde la Región de Valparaíso. Intentaron subirlo al vehículo para ejecutarlo posteriormente y al verse impedidos de hacerlo, lo balearon. A un amigo que le acompañaba le arrebataron su billetera y celular.

El 8 de julio fueron detenidos por Carabineros en Estación Central. Estuvieron escondidos en Osorno y volvieron a la capital, asumiendo que nadie les seguía los pasos.