La jueza Irene Rodríguez -quien ha sido cuestionada por su rol en la liberación de Osmar Ferrer, uno de los tres imputado por el homicidio de José Reyes Ossa, el “Rey de Meiggs”- reiteró que no hubo dolo en el proceso judicial.

El martes, cuando se hizo pública la liberación del presunto sicario, la magistrada defendió su inocencia. Y esta jornada, al ser consultada por el matinal Mucho Gusto, reiteró esta defensa y explicó el eventual error administrativo que habría incidido en la excarcelación del imputado de 18 años.

Según ha transmitido la jueza, un error de tipeo en el nombre del imputado le hizo elaborar un segundo oficio para dejar sin efecto la primera orden de ingreso a prisión preventiva y luego corregir esta equivocación mediante un tercer documento que ratificaba la medida cautelar más gravosa. La magistrada argumentó la Corte Suprema “no permite hacer enmendaduras” y que por ello, en lugar de solo corregir el nombre se elaboró el documento que dejaba sin efecto la resolución anterior y el tercero que tenía la corrección.

"Ya estaba firmado, no se pudo revertir para hacer una cosa sin tener que dejar sin efecto, porque el sistema son hitos que se pasan (...) Debe dejarse sin efecto la orden de prisión preventiva, para luego hacer una nueva orden con el nombre bien escrito”, argumentó desde su domicilio.

Rodríguez se defendió aseverando que “fue un asunto que en general pasa (...) El sistema no permite que uno haga enmendaduras, sobre todo cuando está firmado. Y no me había percatado que había ese error".

La jueza también tuvo palabras para otro de los cuestionamientos en su contra, referente a que se habría quedado dormida durante la audiencia de formalización: "Qué poco aporte eso, están disconformes con lo que yo hice en la audiencia. Que yo hice algo irracional, tonto .¿Por qué inventan cosas tan nimias, o a veces nadie cierra los ojos para seguir escuchando?...Si yo me hubiera quedado dormida, no hubiera resuelto lo que resolví, con el ímpetu que lo hice".