Por Ignacia CanalesLa eterna promesa de un nuevo Hospital Barros Luco: suma 4 años detenido y ahora debe relicitar su diseño y construcción
La primera vez que se licitó el diseño y construcción del nuevo centro de San Miguel fue en 2015, y aunque se lo adjudicó una empresa, ese proceso terminó de manera anticipada e incluso judicializada. Y si bien ese episodio fue en 2021, desde entonces no ha habido novedades.

Han pasado diez años desde que se iniciaron los trámites para levantar el nuevo Hospital Barros Luco, y aunque durante el transcurso de esta década se lograron algunos avances en su diseño y obras preliminares, la promesa de un renovado recinto para San Miguel sigue sin concretarse, habiendo transcurrido tres gobiernos completos: Bachelet II, Piñera II y Boric. Y la espera no terminará pronto, pues tras múltiples procesos fallidos el proyecto vuelve al punto de partida: el diseño deberá licitarse una vez más.
Todo se inició en mayo de 2015, cuando se publicó la licitación que buscaba reemplazar el actual recinto con un hospital modernizado y con infraestructura nueva, debido al alto volumen de pacientes que atiende a diario. Así, en 2017 la empresa italiana Astaldi se adjudicó el trabajo.
Pero luego de varios problemas y retrasos, en diciembre de 2021 el Servicio de Salud Metropolitano Sur, que tiene a su cargo el recinto, decidió dar término anticipado al contrato con la empresa. ¿Y qué ha pasado desde entonces?
Durante estos cuatro años el proyecto ha estado estancado, en punto muerto, apenas revisando temas de diseño de la nueva licitación. Las autoridades actuales afirman que trabajan para continuar con lo que se dejó.
Consultados por La Tercera, desde el Servicio de Salud afirman que están en la etapa de preparación de antecedentes para licitar la continuidad de la construcción. “Esto incluye el ingreso de bases de licitación especiales a la Contraloría, preparación de documentos, por ejemplo, criterios de diseño y la actualización de antecedentes planimétricos”, detallan.
Eso sí, no hay fechas exactas. En el servicio solo adelantan que la subasta se realizará “en algún momento” del próximo año, lo que podría implicar que el nuevo gobierno se deba hacer cargo del asunto. En ese contexto, el exjefe de gabinete del subsecretario Alberto Dougnac (Redes Asistenciales), Nicolás Duhalde, es crítico y afirma que “la respuesta del servicio se refugia en tecnicismos y siglas, pero sigue sin decirles a las familias cuándo tendrán un hospital nuevo. En inversión pública en salud no basta con enumerar trámites administrativos; necesitamos un cronograma público, con fechas y responsables, que se pueda fiscalizar”.
De acuerdo a documentos del futuro proyecto a los que tuvo acceso La Tercera, la promesa es grande: un establecimiento de alta complejidad con una superficie de 199.000 metros cuadrados que contendrá varias unidades y más de 900 camas, para atender a una población de 1.277.651 habitantes.
Hasta ahora, desde el servicio detallan que ya se ejecutaron las demoliciones necesarias en el terreno donde se emplazará el futuro hospital, pero aún faltan varias etapas para acercarse al compromiso, pues de los procesos anteriores ni siquiera se ha terminado el diseño. Así, desde el organismo confirman que “en el proceso con el anterior contratista se aprobaron tres de las cinco subetapas de diseño y se dejó una cuarta subetapa inconclusa, correspondiente al diseño de detalles. En dicho proceso se pagó al contratista el equivalente al 71,7% de la etapa de diseño del contrato, lo cual corresponde a aproximadamente $7.990 millones”.

“El Estado gastó casi 8 mil millones de pesos en un diseño que no llegó a término. Eso es inaceptable en cualquier política seria de inversión en salud. Esos recursos deben ir acompañados de una rendición de cuentas completa: qué se hizo, qué falló, qué se rescata técnicamente del diseño y qué medidas se tomarán para que un error de esa magnitud no se repita”, afirma Duhalde.
Ahora, para concretar la licitación falta un paso clave: la recomendación satisfactoria del Ministerio de Desarrollo Social. En palabras simples es un dictamen favorable que aprueba iniciativas de inversión presentadas al Sistema Nacional de Inversiones (SNI). Esta aprobación es un paso crucial, ya que valida técnica y económicamente el proyecto, permitiendo que avance a fases posteriores de financiación y ejecución, como la inversión pública.
En ese contexto, Luis Castillo, exsubsecretario de Redes Asistenciales y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. Autónoma, advierte que “esto es aun más relevante considerando que un hospital de esta magnitud cuesta muchos millones de dólares. Y si no está aprobado por Desarrollo Social, tampoco habrá licitaciones para la construcción ni aprobaciones posteriores de Contraloría para convenios o contratos. Si esto sigue así, vamos a tener hospital en 10 o 12 años más”.
En un principio el presupuesto para este proyecto era de 320 mil millones y ahora, según los documentos a los que accedió La Tercera, para costearlo se necesitaría más del doble.
Por eso Castillo afirma que se podría reconsiderar la envergadura del proyecto: “Prácticamente en ninguna parte del mundo se están construyendo hospitales de mil camas por lo complejo que resulta administrar una institución de ese tamaño”.

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