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Liberales en lo valórico: el perfil de los jóvenes chilenos

La encuesta Ciclos UDP, junto con Feedback, revela una apertura a temas como relaciones del mismo sexo, mientras que, al igual que en ediciones anteriores, continúan preocupaciones por la inseguridad del país y las percepciones económicas del futuro. A su vez, se muestra uso y confianza en las redes sociales y prioridades de metas como comprar una vivienda y terminar de estudiar una carrera antes que salir de viaje.

Una apertura mayoritaria de los jóvenes hacia temas valóricos es lo que muestran los resultados de la encuesta del Centro de Investigación en Comunicación, Literatura y Observación Social (Ciclos) de la Universidad Diego Portales (UDP), que en conjunto con la empresa Feedback Research mide año a año las percepciones y visiones del rango etario de entre 18 y 29 años.

En esta edición los resultados mostraron una mayoritaria inclinación hacia temas valóricos, como las relaciones del mismo sexo, aborto y marihuana. Se les consultó a los jóvenes por “¿cuál de las siguientes opciones refleja mejor tu posición frente a ciertos temas?” y cada respuesta estuvo categorizada por en qué nivel podría permitirse dicha actividad.

La encuesta se realizó cara a cara con 1.000 casos distribuidos en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío, una muestra probabilística y estratificada con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 3,1%. Las encuestas fueron realizadas entre el 30 de septiembre y el 17 de octubre.

Así, por ejemplo, un 53% consideró que debería permitirse sin restricciones “que parejas del mismo sexo puedan adoptar hijos”, un 32% consideró que debería permitirse con restricciones y solo un 12% estimó que “no debería permitirse”.

En este mismo tema, un 76% afirmó que debieran permitirse sin ningún tipo de prohibiciones las relaciones entre personas del mismo sexo, un 10% dijo que debieran estar permitidas, pero con algún tipo de restricción, y un 12% consideró que no debieran permitirse.

Respecto del tema de identidad de género, los números son similares, pues el 56% estima permitirlo sin restricciones, un 26% considera autorizarlo con restricciones y un 13% dice que no se debería autorizar.

Otro tema valórico abordado fue el aborto, donde no hubo una postura tan liberal. Ahí la opción mayoritaria (51%) se inclinó porque se permita con restricciones, un 38% dijo que debiera poderse sin ningún tipo de prohibiciones y un 9% estimó que no debiera estar permitido.

El último tema valórico consultado fue “cultivo de marihuana en los hogares”. La opción mayoritaria, con un 50%, se decantó por permitirlo con restricciones, un 32% por autorizarlo sin prohibiciones y un 15% por no permitirlo.

La académica de la UDP Nicolle Etchegaray, quien estuvo a cargo del estudio, explica que “un fenómeno que empezó a darse en Europa y Estados Unidos, donde algunos segmentos de los más jóvenes, pero sobre todo hombres, empezaron a romper esta premisa básica de que los jóvenes son un poco más liberales que los padres. Sin embargo, lo que vamos viendo es que en el espacio chileno ese conservadurismo juvenil masculino no es exactamente el que esperábamos”.

En ese sentido, indicó que “en Chile no es un fenómeno que se empiece a marcar demasiado fuerte esta idea de que son antifeministas, o que tienen visiones de género demasiado conservadoras. Todavía son más liberales. Pero lo más interesante es que, afortunadamente, no se empiecen a formar esas fracturas grandes entre hombres y mujeres”.

En esa línea, los datos de la encuesta muestran posturas más feministas. Por ejemplo, un 62% se mostró de acuerdo con que “una madre que trabaja puede establecer una relación tan cálida y sólida con sus hijos como una madre que no trabaja”, solo un 26% está de acuerdo con que “ser dueña de casa es tan gratificante como tener un trabajo remunerado” y solo un 8% está de acuerdo con la expresión “la labor de un hombre es ganar dinero, la labor de la mujer es cuidar del hogar y la familia”.

Etchegaray recalca que “están más feministas que antes. Las visiones machistas bajaron”. Por ejemplo, el nivel de acuerdo con la expresión “la vida familiar se resiente cuando la mujer trabaja tiempo completo” bajó de un 41% a un 31% entre el 2018 y el 2025.

Seguridad y economía

Respecto de las mayores preocupaciones de los jóvenes chilenos, varias se mantienen si se comparan con la edición de 2024. Ahí por ejemplo, la seguridad se presentaba como una de las principales preocupaciones, lo mismo que en esta edición 2025.

Por ejemplo, en la pregunta “a tu juicio, actualmente ¿cuál es el principal problema que afecta a los chilenos?”, un 41% optó por “delincuencia, seguridad e inseguridad”. En la edición anterior, dicha opción había sido también la predominante con un 31% de las preferencias, a lo que, además, se daba cuenta de una percepción de inseguridad creciente a lo largo de los años en la encuesta.

En segundo lugar, un 21% estimó como principal problema la mala situación económica, bajos ingresos, cesantía y endeudamiento y un 8% se decantó por la desigualdad, falta de oportunidades e injusticia.

Un 5% se inclinó por salud, tanto física como mental, un 4% lo hizo por inmigración, misma cifra que escogió los temas de educación e igual número optó por las preocupaciones por drogadicción. Más abajo figuran falta de empatía, individualismo y respeto, con un 3%, y pobreza, con un 2%.

Las opciones cambian de lugar cuando se consulta “en lo personal, ¿cuál es el principal problema que te afecta a ti?”, pues ahí la mayoría se inclina por la situación económica, con un 31%, seguido por los temas de delincuencia y de inseguridad, con un 29% y la desigualdad con un 9%.

“En las preguntas de bienestar, como cuando se pregunta si la situación económica del hijo será mejor, hay una valoración más o menos positiva. Sin embargo, eso contrasta con esta preocupación que manifiestan por temas materiales y asociados al empleo. Eso les afecta mucho más personalmente que la delincuencia”, dice Etchegaray.

En ese sentido, la académica explica que “una cosa es lo que tú crees que es el principal problema que tiene que solucionar el país. Y en ese espacio los jóvenes no difieren mucho del resto de la población. También perciben que la delincuencia es la gran problemática. Pero a nivel personal creen que claramente no es ese el problema, sino que la mala situación económica. Tiene bastante sentido, teniendo en cuenta que son jóvenes, están estudiando, están entrando al mercado laboral, o han entrado hace no mucho y ven que les está costando”.

Percepciones futuras

El sondeo mostró también las percepciones que tienen los jóvenes respecto del futuro y cuáles son sus principales metas. Un 78% dijo estar “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con la afirmación de que “lo más probable es que yo llegue a tener una mejor situación económica que la de mis padres”. Ante la afirmación “actualmente dispongo de mayores comodidades que las que tenía cuando niño”, un 82% se inclinó por estar de acuerdo o muy de acuerdo.

Al ser requeridos por cómo ha cambiado la situación económica de los encuestados y su familia, la mayoría se inclinó por las opciones “igual” (38%), “un poco mejor” (36%), “un poco peor” (12%), “mucho mejor” (11%) y “mucho peor” (2%).

Respecto de la “principal” meta de los jóvenes, la mayoría se inclinó como primera opción por estudiar o completar una carrera (36%), comprar una vivienda (20%), conseguir un trabajo estable (13%), tener libertad para elegir el estilo de vida (10%), emprender un negocio propio (9%), viajar y conocer el mundo (8%) y formar una familia (3%).

En eso, Etchegaray dice que existen diferencias por los segmentos socioeconómicos de los encuestados. “Cuando se habla de estudiar, no hay diferencias entre hombres y mujeres. Tampoco son fundamentales la posición política ni aspecto económico. Pero cuando mides conseguir un trabajo estable, es una preocupación muchísimo más alta en el segmento bajo y mucho más bajo en el segmento alto. Los viajes y conocer el mundo, un 13% de los jóvenes de clase alta lo ve como la meta y solo un 5% del segmento bajo. Y en clase media es un 7%. Están súper segmentadas socioeconómicamente las aspiraciones de vida de los jóvenes”, recalca.

A su vez, un 64% dijo pensar en tener hijos, en contraste con un 24% que reconoció que no piensa en eso. Los números se mantienen similares respecto del sondeo de 2021.

Desinterés en política

El sondeo de la UDP mostró, asimismo, que no existe mayor interés en política. Un 40% se declaró “nada interesado” en política, habiendo aumentado desde un 36% en el sondeo de 2023. Un 34% dijo estar “algo interesado”, un 15% “interesado”, un 6% “bastante interesado” y un 5% “muy interesado”.

“Es preocupante. Porque hoy tienes una población completamente desapegada que no entiende que está desafectada, que elige a sus representantes el día antes o una semana antes de las elecciones. Se está viviendo una anomia bien preocupante que explica todos estos vaivenes e incoherencias. Porque no es solo que no tengan una ideología política, es que están completamente desapegados de qué se está discutiendo, cuáles son los argumentos, lo poco de información que consumen lo consumen por redes sociales y por lo que les queda, no por lo que buscan”, dice Etchegaray.

Solamente un 26% dijo entender bien los asuntos políticos más relevantes del país, un 20% sostuvo estar mejor informado sobre temas políticos y un 17% estuvo de acuerdo con la expresión: “Considero que estoy bien preparado para participar en política”.

Inteligencia artificial

La encuesta también mostró las percepciones sobre los jóvenes respecto de la inteligencia artificial y los algoritmos. Se les consultó respecto del nivel de confianza en la información que es entregada por la inteligencia artificial en una escala del 1 al 10. Un 49% mostró una confianza neutra (del 4 al 6 en la escala), seguido por un 39% que declaró “mucha confianza” (del 7 al 10 en la escala) y un 12% que no tiene ninguna confianza (del 0 al 3).

La mayoría (27%) reconoció usarla “a veces” -de una a tres veces al mes-, un 22% dijo con “frecuencia” -de una a tres veces a la semana-, un 21% la usa “casi nunca” -menos de una vez al mes- y un 20% que nunca ha usado. En contraste, un 9% reconoció que la usa o “todos los días” o cuatro o más veces a la semana.

Al ser consultados respecto de qué uso le dan a la inteligencia artificial, y considerando el total de menciones, la mayoría dijo que la utiliza para mejoras de aprendizaje, para un aprendizaje personalizado, búsquedas específicas, edición de texto, entretenimiento y solución de problemas, entre otros.

“El tipo de uso le piden que ayude a solucionar problemas. Se empieza a meter en la vida cotidiana. Hay personas que reconocen que el principal uso que le están dando es para hacer terapias, para que les dé consejos. Si bien es un 4%, me parece preocupante, porque hemos visto en otras partes del mundo que la IA no ha sido la mejor consejera de jóvenes”, dice Etchegaray.

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