
“Narcomilitares”, fiscal expulsado, secuestro a exalcalde: hasta dónde el crimen organizado está permeando las instituciones
¿Coincidencia o un fenómeno sin marcha atrás? Las últimas semanas se han conocido una serie de hechos que preocupan a autoridades y a expertos en el tema de la seguridad.

En el transcurso de un par de semanas una serie de hechos han alarmado: el caso de un grupo de militares formalizados por el delito de tráfico de drogas y asociación ilícita; un fiscal removido de su cargo por presuntos vínculos y acuerdos con narcotraficantes; la detención de una banda ligada al Tren de Aragua que “lavaba” dineros – entre otras formas, a través de cuentas bancarias- obtenidos por extorciones y trata de personas; e incluso, el secuestro de un exalcalde.
Todos estos delitos están ligados al crimen organizado y tienen un elemento coincidente: involucran a actores de la institucionalidad nacional que hasta no mucho no aparecían en este tipo de noticias.
La situación ha instalado el debate sobre si estos hechos – conocidos públicamente con tan poca diferencia- representan una casualidad o ya forman parte de un fenómeno sin marcha atrás, donde las instituciones están siendo permeadas cada vez más por este tipo de situaciones.
Para el académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, Carlos Guajardo, estos episodios no son casualidad. Según el experto, esto es la manifestación visible de que son problemas que llevan años gestándose, de manera probablemente muy silenciosa, “y lo que estamos viendo es lo que usualmente en criminología llamamos la punta del iceberg. Es decir, que por cada caso que nosotros podemos descubrir, la experiencia internacional de alguna manera nos sugiere, que hay varios más que están operando sin capacidad de detección institucional”, señala.
Así también lo confirma la investigadora del Centro de Estudios sobre el Crimen Organizado Transnacional de la Universidad de La Plata y académica de la Universidad de Santiago, Valeska Troncoso. “Los narcosmilitares, el lavado de dinero del Tren de Aragua, el fiscal expulsado, todo da cuenta de formas de operar del crimen organizado”.
Asimismo, añadió que “las organizaciones criminales se valen, por un lado, de la impunidad: tenemos un fiscal; por otro lado, de la corrupción: tenemos los militares; por otro lado, la violencia: tenemos al Tren de Aragua. Tres elementos que confluyen y son básicos dentro de las organizaciones criminales”.
Para las autoridades los hechos son una preocupación. La subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, sostuvo que “estos casos reflejan uno de los principales desafíos que enfrentamos: el crimen organizado no se denomina así por su capacidad de organización, sino por su capacidad de penetrar todas las capas de la sociedad e instituciones. Sin embargo, es importante destacar que estos casos han sido detectados y denunciados por las propias instituciones, lo que evidencia que los sistemas de control interno están funcionando”.

Respecto de lo ocurrido con el secuestro del exalcalde de Macul, Gonzalo Montoya, si bien todos coinciden en lo preocupante de la captura, Leitao puntualizó que “hasta el momento la investigación no ha establecido vínculos con su condición de exautoridad, sino que apunta a motivaciones de carácter personal”.
Aunque Troncoso también pone una alerta respecto al caso del exjefecomunal. “Hay que poner ojo de lo mismo que dijo él. Y en este sentido, no quiero hacer un juicio de valor ni nada de eso, pero ponerlo en perspectiva. Él señaló que habían videos en donde estaba con menores de edad. Y por lo tanto lo que uno podría inferir, esto te lo estoy diciendo muy a modo personal, que está vinculado a la trata de personas. Por lo tanto, lo más probable es que estemos hablando de delitos y eso está vinculado con el crimen organizado”.
¿Camino a Colombia o México?
Si bien expertos y autoridades ponen la voz de alerta por las situaciones ocurridas y concluyen que efectivamente el crimen organizado ha permeado a casi toda la sociedad, también no se atreven a decir que estamos cerca de llegar a niveles como los otros países como Colombia o México.
“Lo que pasa es que no son comparables los casos. Entonces, si yo me quiero comparar con algo tan grande como lo que sucede en México y Colombia, nosotros somos como una taza de leche. El problema es que yo tengo que mirar al interior del país y comparar qué es lo que ha sucedido a lo largo, por ejemplo, de los tres años”, explica Troncoso.
La experta añade que “En México y en Colombia existen los cárteles de más o menos los años 90 y adelante. Nosotros no tenemos cárteles. Por lo tanto, ¿es mi punto de comparación? No”. Asimismo, agrega que “El tema es que sí es complejo, porque hace 10 años no teníamos, por ejemplo, El Tren de Aragua”.
Algo similar piensa Guajardo, quien sostiene que “Chile está en un momento que es bien crítico, donde aún se puede evitar esta escalada, pero la verdad es que la ventana se cierra bien rápido. La secuencia de eventos que nosotros vamos teniendo nos hablan de alguna manera de una masa crítica de infiltración institucional, y esto es bastante normal en lo que es el crimen organizado como estructura empresarial. Es decir, requiere de la infiltración institucional para poder generar lavado de dinero, lo cual requiere de corrupción de personeros que trabajan en distintas instituciones, y esto mantiene en funcionamiento el engranaje del mercado delictivo”.
Asimismo, el académico explica que “hay algunos elementos que son precursores y que están presentes como: la infiltración militar, que ya lo hemos visto; la captura dentro del sistema judicial; la presencia de organizaciones transnacionales, que tienen experiencia con conflictos intensos, como lo es el Tren de Aragua”.
Sin embargo, Guajardo entrega una luz de esperanza: “la diferencia que nosotros tenemos con Colombia o México es que en Chile todavía el Estado tiene el monopolio legítimo de la violencia y el control territorial a nivel general”.
En esa línea Leitao, sostiene que “combatir el crimen organizado desde adentro es una prioridad estratégica, y actuar a tiempo una necesidad. Chile tiene características institucionales que nos diferencian de otros países de la región. Precisamente por eso, nuestra primera prioridad ha sido fortalecer las instituciones para enfrentar el crimen organizado de manera preventiva y eficaz”
Asimismo, la autoridad explica que “la experiencia internacional nos enseña que cuando el crimen organizado logra insertarse profundamente en las instituciones, el costo de recuperar la institucionalidad es mucho mayor. Por eso, nuestro enfoque se centra en el fortalecimiento preventivo de los controles internos en todas las instituciones, no solo en las de seguridad”.
¿Hay solución?
“No hay que ser alarmista, sino que hay que señalar que estamos ante manifestaciones del crimen organizado clarísimas y es el momento en donde hay que tomar acciones. No después. No cuando seamos Colombia o México”, subrayó Troncoso.
La experta sostuvo que “creo que la forma que podemos combatir el crimen organizado es con inteligencia”. Asimismo, añadió que “eso significa inteligencia tanto de las fuerzas de seguridad como también inteligencia financiera. Porque no puede ser que tengamos 250 cuentas en el Banco Estado. No puede ser que estén lavando más de 13 millones de dólares”.
En tanto, Guajardo apunta a la necesidad de auditorias integrarles a las instituciones tanto al Ministerio Público “pero también hacerlo con Fuerzas Armadas, Carabineros, el sistema financiero, Aduanas (…) El fortalecimiento de los controles internos tiene que ver también con ello, para poder implementar alertas tempranas que permitan detectar patrones anómalos, por ejemplo, en decisiones judiciales o en movimientos patrimoniales de funcionarios públicos, y también, por supuesto, en las transacciones financieras”.
Asimismo, añade que “Chile aún está a tiempo, pero cada día que nosotros tardamos en tomar acciones al respecto y en reconocer la magnitud del problema, va reduciendo las opciones que tenemos disponible”.
Finalmente, Leitao sostiene que la forma de enfrentar al crimen organizado tiene que ver con fortalecer las instituciones.
“Nuestro Gobierno ha avanzado en una estrategia integral que permite una coordinación más efectiva entre las diferentes instituciones de seguridad. Hay avances concretos, pero aún falta camino por recorrer. Insistiremos en el desarrollo de herramientas tecnológicas y de inteligencia que nos permiten identificar patrones sospechosos y actuar oportunamente. En este desafío, levantar el secreto bancario y reforzar medidas de inteligencia económica es fundamental para perseguir la ruta del dinero narco”, sostuvo la autoridad.
Según Leitao se es están implementando acciones concretas como “aumentar y perfeccionar los controles internos y mecanismos de detección temprana en todas las instituciones, no solo en aquellas directamente relacionadas con seguridad. Y, por último, seguiremos promoviendo una cultura institucional de transparencia e integridad”.
“Los casos recientes, aunque preocupantes, demuestran que nuestros sistemas de detección están funcionando. El desafío ahora es perfeccionar estos mecanismos y mantener la vigilancia constante para proteger la integridad de nuestras instituciones”, sentenció.
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