“No hemos debatido el monto del sueldo”: Kast evita comprometer una rebaja en su remuneración como Presidente
El mandatario electo se refirió a dos polémicos temas que deberá enfrentar su futura administración: el sueldo presidencial, que aumentará a partir de 2026, y la controversia por la llamada norma de “amarre” en el empleo público, incluida en el reajuste salarial, cuestionando los intentos de limitar la capacidad del próximo gobierno para evaluar y desvincular funcionarios.

A pocos días de resultar electo como Presidente, José Antonio Kast enfrenta un escenario marcado por altas expectativas ciudadanas, restricciones fiscales y debates abiertos sobre el tamaño y funcionamiento del Estado.
En ese marco, en entrevista con Tele13, abordó definiciones clave sobre austeridad, responsabilidad fiscal y la relación entre el Ejecutivo entrante y la actual administración, especialmente en materia de empleo público.
Si bien el diálogo abordó múltiples temas, dos concentraron la atención política: qué hará Kast frente al aumento del sueldo presidencial y cómo enfrentará lo que la oposición denomina “amarres” al nuevo gobierno.
Sueldo presidencial
Uno de los puntos centrales de la entrevista fue la consulta directa sobre si el presidente electo aceptará o se rebajará el sueldo, luego de que la Comisión para la Fijación de Remuneraciones determinara que, a partir de marzo de 2026, el Jefe de Estado recibirá el sueldo más alto del aparato público, con una remuneración bruta superior a los 10 millones de pesos.
En este tenor, Kast evitó comprometer una reducción personal de su salario y puso el énfasis en el origen institucional de la medida.
“Eso lo decidió el Congreso, es una norma legal”, afirmó, marcando distancia de un debate que, según sostuvo, no ha sido prioritario para su equipo.
Recalcó que su foco no ha estado en el monto de la remuneración presidencial, sino en el uso del Estado y los cargos de confianza.
“Nosotros no hemos debatido el monto del sueldo. Nosotros lo que hemos debatido es que se aprovechen cargos de confianza a personas que tienen la actitud o las capacidades para hacer su trabajo”, señaló.
En ese contexto, Kast defendió que las señales de austeridad vendrán por otras vías, como su decisión de vivir en el Palacio de La Moneda, evitando gastos asociados a residencia y seguridad adicional.

Austeridad
Consultado por medidas de austeridad que puedan impactar a la ciudadanía, el republicano fue enfático en descartar recortes a beneficios sociales.
“Nosotros hemos señalado que no vamos a tocar ningún derecho adquirido”, afirmó, aunque advirtió que la sostenibilidad de esas políticas depende del crecimiento y el orden fiscal.
En su diagnóstico, uno de los principales problemas del Estado es el “desorden administrativo”, que puede derivar en ineficiencia y corrupción.
“En el desorden puede haber corrupción. En el desorden puede haber situaciones complejas para poder programar un presupuesto”, ejemplificó, apuntando a fallas estructurales más que a un exceso de gasto social en sí mismo.
La polémica por los “amarres”
El segundo eje crítico por el que fue consultado apuntó a la discusión sobre la norma incorporada en la ley de reajuste del sector público, que ha sido calificada por la oposición como un intento de “amarrar” al próximo gobierno, dificultando la desvinculación de funcionarios.
Frente a este punto, Kast expresó una postura alineada con las críticas de su sector.
“El nuevo gobierno tiene que tener la posibilidad de analizar la prestación de servicios de algunos que se denominan funcionarios públicos”, sostuvo, cuestionando normas que, a su juicio, buscan blindar cargos más allá del desempeño.
En este sentido, apeló a la responsabilidad individual de los funcionarios. “Cada uno sabe si su trabajo aporta o no aporta la calidad de vida de otras personas”, dijo, y añadió que quienes se sientan “amarrados” por un proyecto de ley deberían reflexionar.
“Que lo piense bien, que piense en Chile, que piense en el bien de Chile”, enfatizó.
Sus declaraciones contrastan con la postura del actual Ejecutivo, que ha defendido la norma como un mecanismo para evitar despidos arbitrarios y reducir la litigiosidad en el empleo público, asegurando que no impide las desvinculaciones, sino que exige fundamentarlas.

“No nos pidan milagros”
Consultado por su llamado a no exigir resultados inmediatos, el presidente electo sostuvo que la ciudadanía comprende el estado actual del país.
“La gente sabe que la situación de Chile es muy compleja”, afirmó, enfatizando que su equipo ha estado concentrado en el trabajo de transición más que en celebrar el triunfo electoral.
En esa línea, advirtió que su evaluación como gobierno será de largo plazo. “Nuestra celebración real sería si entregamos el mando el 2030 con más trabajo, más seguridad, más salud”, dijo.
Plan de 90 días
No obstante, reafirmó su compromiso con un plan inicial de corto plazo. “Tenemos un plan de 90 días donde queremos mostrar una diferencia”, señaló, como una primera señal de rumbo.
Uno de los puntos centrales de este plan de los primeros tres meses será la política migratoria. Kast detalló que su objetivo es que los inmigrantes en situación irregular salgan del país para luego, eventualmente, postular por las vías formales.
“Esperamos que todos aquellos inmigrantes irregulares que están hoy día en Chile, que quieran volver en algún momento, hayan dejado nuestra patria”, afirmó, agregando que quienes regularicen su situación posteriormente tendrán procesos más ágiles.
Respecto de quienes ya están en el país, adelantó fiscalizaciones más duras. “Vamos a fiscalizar de quiénes los contratan”, apuntando a las redes que operan detrás del comercio informal y el abastecimiento, y no solo al último eslabón visible.
Relación con la oposición
También fue abordado por el tono adoptado tras su triunfo electoral, con referencias a expresidentes y llamados al respeto político. Según explicó, este cambio responde al cierre del ciclo electoral. “La campaña se acabó el día domingo”, afirmó.
El republicano subrayó que su objetivo ahora es recuperar la paz social, reconociendo la legitimidad de la oposición. “Existe la oposición y nosotros tenemos que respetar a la oposición”, señaló, aunque aclaró que no todos los acuerdos son deseables.
Aun así, dejó abierta la puerta a consensos en materias clave. “Para mejorar la seguridad necesitamos acuerdos con todos los sectores que quieran la seguridad para Chile”, indicó, mencionando explícitamente la frontera, los puertos, los aeropuertos y el control de las cárceles como ámbitos donde será necesario dialogar con el Congreso.

Ecuador como próximo destino
En la entrevista, el presidente electo confirmó que su agenda internacional continuará activa tras su reciente visita a Buenos Aires.
El próximo destino será Ecuador, en una gira que, según explicó, tendrá un enfoque similar al viaje realizado a Argentina, con énfasis en seguridad, migración y reactivación económica, subrayando que el eje principal será el combate al crimen organizado, al que definió como un fenómeno transnacional.
“Está operando en toda Latinoamérica. Es transcriminalidad. Ellos no respetan fronteras, no respetan banderas, no respetan leyes. Tenemos que unirnos en esto”, afirmó.
Consultado por la imagen que generó amplio debate durante su paso por Buenos Aires -donde posó con una motosierra junto al presidente argentino Javier Milei-, Kast restó dramatismo al episodio.
“Es el símbolo del presidente de Milei. Es un valor simbólico”, respondió.
Eventual llegada de Daza
El mandatario electo también abordó las críticas surgidas en torno a su relación con José Luis Daza, actual viceministro de Política Económica de Argentina, y la idea de que su viaje a Buenos Aires habría tenido como objetivo sumarlo a su futuro gabinete.
Kast defendió el vínculo y explicó que se trata de una relación de larga data, centrada en la atracción de inversiones.
“Él me recibió amablemente en Estados Unidos. Me presentó a grandes inversionistas en Estados Unidos”, sostuvo, agregando que su presencia en ese país buscó transmitir señales de estabilidad institucional.
“Era sólo para decirle a Estados Unidos que Chile había logrado la estabilidad con el empate en el Senado, que no dejaran de pensar en invertir en Chile”, acotó.
Ante la pregunta sobre un eventual conflicto de interés si Daza se integrara a su administración, Kast descartó dicha aseveración y aprovechó de destacar los resultados económicos del actual gobierno argentino.
“No veo cuál sería”, respondió, asegurando que la experiencia trasandina ofrece lecciones relevantes. “Lo que ellos lograron con el ministro Sturzenegger, con el ministro Caputo, con la ayuda de José Luis y de muchas otras personas, es una cosa impresionante. Están disminuyendo la pobreza”, afirmó.

Gabinete con figuras del Congreso
Finalmente, el presidente electo dejó abierta la posibilidad de incorporar parlamentarios en ejercicio a su futuro gabinete, si el contexto lo amerita. Sin entregar definiciones concretas, planteó que todas las opciones están siendo evaluadas.
“Siempre uno está analizando toda la situación”, indicó, añadiendo que, si el país requiere decisiones de mayor impacto político, no las descartará. “Si Chile necesita una situación como esa que puede ser disruptiva, bueno, si es necesario, lo vamos a plantear y lo vamos a plantear de la mejor forma a la ciudadanía”.
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