Más de cuatro meses han pasado desde el cierre del puente Lo Saldes de Vitacura, una vía clave para la conexión entre esta última comuna, Providencia y Lo Barnechea. Hoy, el panorama sigue marcado por la incertidumbre: no hay una fecha definida para su reapertura, no se han iniciado las obras de reparación definitiva y desde el Ministerio de Obras Públicas (MOP) todo sigue en un incierto “veremos”.

Todo lo anterior pese a que en marzo de este año -cuando el puente llevaba casi un mes inhabilitado- desde el propio MOP habían proyectado que las reparaciones podrían darse en alrededor de un mes, a la espera del análisis de los expertos. El trabajo sería por etapas: la primera para poder habilitar las vías para tránsito de vehículos livianos; la segunda relacionada a la reparación de los daños estructurales.

Hoy, sin embargo, desde la cartera señalan a La Tercera que el inicio de las obras podrían comenzar en julio, sin ahondar en un cronograma claro, el que tampoco ha sido entregado a los municipios afectados o a los usuarios. Mientras tanto, el colapso vial en la zona es notorio a diario.

Las reparaciones que comenzarían el próximo mes serán ejecutadas por la Dirección General de Concesiones. Una vez finalizadas, se habilitarían dos pistas por sentido, restableciendo su capacidad.

Pero en redes sociales las críticas no cesan. “Lleva más de tres meses cortado el puente Lo Saldes y nadie dice nada, nadie trabaja, nadie se responsabiliza”, escribió un usuario en X, reflejando la frustración compartida por muchos. Otro punto de conflicto es que, pese al cierre parcial, Costanera Norte sigue cobrando tarifas normales, lo que genera mayor irritación entre quienes enfrentan los constantes atochamientos.

Los tacos son pan de cada día. En Vitacura, vecinos relatan que los tiempos de traslado se han duplicado, sobre todo en puntos como la rotonda Carol Urzúa. Aunque el nivel de congestión no alcanza el de Providencia, sí se han generado cuellos de botella por el aumento del flujo vehicular en rutas alternativas como el puente Lo Curro. En Providencia, en tanto, el mayor colapso se concentra en la Avenida Andrés Bello, entre Holanda y Nueva Tajamar, especialmente en horario matinal.

En Las Condes, el tramo más afectado es el que va desde la rotonda Pérez Zujovic hasta Nueva Tajamar en las horas punta de la tarde. En un intento por mitigar los efectos del cierre, el municipio dirigido por el alcalde Jaime Bellolio (UDI) coordinó con la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT) ajustes en la programación de semáforos. Sin embargo, los resultados han sido insuficientes.

Las reparaciones

El 13 de febrero pasado, el MOP ordenó el cierre del puente Lo Saldes tras constatarse un desprendimiento en la losa y una falla en una de sus vigas exteriores. La situación comprometía la estabilidad de la estructura, lo que obligó a una intervención de emergencia.

Desde entonces, el puente opera con restricciones: a la fecha este cuenta solo con dos pistas habilitadas hacia el oriente. Para soportar el peso de la estructura se instalaron torretas como medida temporal, lo que a su vez permitió la reapertura de los tres carriles en dirección sur-norte de la autopista urbana.

Con todo, desde el MOP aseguran que se están coordinando medidas para mitigar los efectos durante la ejecución de los trabajos. La mañana de este martes, de hecho, hubo una reunión para abordar la situación junto a los municipios involucrados.

Según fuentes que participaron en la cita técnica en el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, no se entregaron razones por la demora de las reparaciones.

La información preliminar que les dieron es que las obras podrían comenzar entre dos y tres semanas, y que durante la cuarta semana de ejecución se contemplaría un corte total del puente por al menos siete días, lo que obligaría a rediseñar las rutas de desvío.

Las autoridades locales fueron informadas que la propuesta de estos desvíos aún está en desarrollo, lo que explicaría la ausencia de anuncios oficiales hasta ahora.

En el encuentro se abordó además la necesidad de una reparación estructural mayor, cuya ejecución podría extenderse por alrededor de un año, aunque esta etapa aún no tiene fecha definida ni planificación detallada.

Sin embargo, la ausencia de un plan concreto y de vocerías claras mantiene la incertidumbre.

La alcaldesa de Vitacura, Camila Merino (Evópoli), fue una de las primeras autoridades en reunirse con la ministra de Obras Públicas, Jessica López, para exigir claridad. Hasta ahora, pese a estos intercambios técnicos, no se ha comunicado oficialmente un cronograma de trabajo, lo que mantiene el descontento entre los vecinos y la presión sobre la autoridad.