
Reevaluación de fondos de ANID golpea a dos grandes centros científicos del país y pone el foco en ministra Etcheverry
Dos instituciones relevantes en Chile acusan arbitrariedades por parte de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, que las dejarían sin financiamiento para continuar con fondos públicos. Una de ellas estuvo a cargo de manejar un telescopio recién inaugurado en el país, y la otra es la responsable de aprobar la vacuna contra el virus sincicial que fue aplaudida en la última cuenta pública presidencial.

“El compromiso de Chile con la astronomía no es solo el que está escrito en los papeles, sino que es también cultural, idiosincrático. Es de lo que nosotros somos como sociedad, porque Chile es un país de astronomía”. Con esas palabras, la ministra de Ciencia y vocera (s) de gobierno, Aisén Etcheverry, daba la bienvenida a la primera luz del recientemente inaugurado telescopio Vera C. Rubin. Junto a ella estaba el director del Instituto Chileno de Astrofísica (MAS), Francisco Förster, quien comandaría el análisis del cosmos con inteligencia artificial. Un esfuerzo chileno de vanguardia que fue creado –en gran parte– gracias a los aportes públicos que se entregan a través de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
El tema es que esos aportes fueron –sorprendentemente para los involucrados– cortados por parte del Ejecutivo, lo que ha causado revuelo y desconcierto en la comunidad científica.
El proyecto ALeRCE, un broker astronómico de búsqueda y análisis automatizado de supernovas y otros fenómenos, es financiado por el Centro de Modelamiento Matemático, el Data Observatory, la Universidad de Concepción y el Instituto de Astrofísica MAS. Esta última institución, según detalla Förster, aporta la mitad de los fondos de ingeniería a todo el proyecto. En otras palabras, la falta de esos recursos impediría el correcto funcionamiento de este proceso recién inaugurado el lunes pasado.
“Esto, sin contar incentivos de investigadores, ni estudiantes, ni nada. Solamente pensando en los ingenieros que trabajan a tiempo completo. Y eso es más o menos como 120 millones que no van a estar”, comenta.

Según las bases de renovación de fondos para Institutos Milenio de la ANID, el financiamiento otorgado que resulte adjudicado será de hasta $12.500.000.000, los cuales se entregan en cuotas anuales y acorde al avance del proyecto y a las rendiciones de cuenta después de la primera entrega. En el caso del MAS, estos fondos fueron otorgados por primera vez en 2013. Entre 2023 y este año se mantuvieron mediante apoyos de extensión, trabajando en paralelo para renovar la adjudicación de su continuidad para la siguiente década.
La postulación para renovar se envió en enero para los próximos diez años. Según comenta Förster, lo que siempre se hablaba era que asegurarían la continuidad de los centros exitosos, pero también en equilibrio con mantener la competitividad y dejar el ingreso de instituciones científicas nuevas que vayan entrando en este sistema.
La solución a la que llegaron es que básicamente todos los centros, los nuevos y los antiguos, entraron a competir en la misma postulación. Y postularon 34 instituciones, incluyendo dos que ya eran antiguas. De esos, solo siete centros pasaron a la siguiente etapa de evaluación. El MAS quedó en la posición 13 y eventualmente descartada para seguir recibiendo fondos públicos.
“Yo creo que el problema acá es cómo garantizan que un centro es exitoso, que con el inicio del telescopio Vera Rubin tenía todo el sentido del mundo de que sí lo era”, reclama el astrofísico. “Nos hemos estado preparando años para esto, era el momento para cosechar todo lo que se había sembrado”, añade.

Förster lamenta este hecho, aunque todavía se encuentran en proceso de apelar a esta decisión. “Salimos reconocidos en el mundo, la gente afuera que le hemos contado no puede creer que estemos en riesgo. Es una de las cosas importantes que ha hecho Chile en astronomía en los últimos años. Y es una oportunidad única, de verdad, en una generación este telescopio. No se van a repetir las oportunidades como estas”.
Eso sí, plantea que de mantenerse la negativa a los aportes del Estado, tendrían que salir a buscar socios privados para que mantengan vivo el proyecto astronómico. “Pero una vez que empiezas a meter fondos de afuera, empiezas a perder la identidad del país en el proyecto”, confiesa Förster.
Este caso no es el único. Otro de los centros de renombre que recibieron un portazo para seguir su funcionamiento fue el Instituto de Sistemas Complejos de la Ingeniería. El mismo que desde hace 20 años aporta al país con soluciones para manejar situaciones como la pandemia, el control de tránsito y la aplicación de vacunas en el país.
Fueron quienes ganaron el premio Franz Edelman en 2022 –el más importante del mundo en ingeniería–, por el desarrollo de herramientas para afrontar el manejo del Covid-19. También son los responsables de generar vigilancia con IA para detectar accidentes de tránsito con las cámaras del UOCT y levantar videncia para proceder con la estrategia contra el virus sincicial, que redujo en un 80% la hospitalización de lactantes por este virus en 2024. “Evaluamos la vacuna, la publicamos y fue uno de los momentos más aplaudidos del Presidente de la República en su cuenta”, recuerda el director del ISCI, Leonardo Basso.

Pero también sus aportes fueron cortados por parte de la ANID. Principalmente, el cuestionamiento apunta a la forma de evaluar la continuidad de estas instituciones científicas. Todo esto bajo criterios que hasta ahora cuestionan los científicos perjudicados.
Según cuenta Basso, en el proceso se generan dos referatos iniciales, donde cada uno de ellos revisa ocho criterios diferentes. “En uno de esos, que es el de gobernanza, nos pusieron una nota de 2,5, por debajo del mínimo de 3, dejándonos fuera del proceso. Ni siquiera pudimos ir a presentar nuestro proyecto”.
Ese criterio en cuestión, según detalla Basso, apunta a que la ANID encontró que existe una baja participación de mujeres en la institución científica en cuestión. “Pero la verdad es que el desbalance de género debe ser medido de acuerdo a la disciplina, y nosotros tenemos un 27% de mujeres en el ISCI, más que la cantidad de mujeres que hay de académicas en las facultades de Ingeniería de las mejores universidades de aquí o de EE.UU. No hay desbalance de género comparado con la disciplina”, defiende.
Además, cabe mencionar que solo el 19% de las matrículas del sistema universitario chileno en carreras STEM corresponde a mujeres, de acuerdo a cifras de la Subsecretaría de Educación Superior.
Ante esto, el ISCI presentó un recurso de reposición donde mostraban las incongruencias que los dejaron sin los casi 2.000 millones de pesos que recibían del Estado. “Esa apelación fue rechazada por la ANID sin referirse al contenido de la reposición, diciendo que no había habido ningún error administrativo en los sucesos. Es decir, cero contenido científico, cero capacidad de gestión para resolver el error que ellos mismos generaron”, consigna Basso al respecto.
Hoy en día, no existe un camino claro posible para la continuidad de dicho instituto científico. A lo que pueden acudir tanto el ISCI como el MAS es a mirar hacia privados para reponer esos aportes que hasta ahora recibían del Estado para realizar ciencia. “Pero toda la plata basada en que nos servía para hacer proyectos innovadores con el Estado en salud, en energía, en transporte, en seguridad pública, todo eso queda en tremendo riesgo porque no tenemos cómo contratar a la gente que haga estas cosas ahora”, proyecta.

Según cuentan con cierto desconsuelo, esta es una situación que podría hacer caer a los primeros grandes centros científicos del país. “Pueden haber opiniones en un sentido o en otro, pero a mí parecer hay centros que son demasiado grandes para dejarlos caer. Estamos en el peak, a punto de tener los resultados científicos más importantes y para lo que se ha estado preparando por 10 años. Realmente no se entiende que una inversión de millones y millones de dólares quede en nada”, concluye Förster. Leonardo Basso, por su lado, estima que esta situación “pone en jaque al ecosistema científico completo, y da muestra de una fragilidad y aleatoriedad que ya está causando un impacto enorme al país”.
Estas no son las únicas instituciones científicas que se vieron perjudicadas en estas nueva adquisición de recursos. Juan Escobar, director del Instituto Milenio de Imperfecciones de Mercado y Políticas Públicas (MIPP) se suma a la lista. Este centro, que realiza investigación de punta en economía y disciplinas afines, ha desempeñado un rol clave en el diseño de políticas públicas como el Sistema de Admisión Escolar (SAE), la licitación del espectro radioeléctrico para telecomunicaciones móviles 5G y otras evaluaciones sobre la eficiencia del gasto y los incentivos en el sector público.
“Para esta renovación, el MIPP presentó un equipo de investigadores de primer nivel y el respaldo de dos premios Nobel de Economía: Alvin Roth y David Card. Sin embargo, el comité de evaluación de ANID dejó fuera al instituto del concurso, sin entregar mayor explicación ni detalle”, comenta Escobar.
Asimismo, el director del MIPP manifiesta que el problema de fondo “es que el comité evaluador no está compuesto por economistas. En Ciencias Sociales, los enfoques disciplinarios no solo determinan el tipo de preguntas que se formulan, sino también las metodologías, hipótesis y marcos de análisis. Evaluar un proyecto de economía avanzada sin contar con expertos en la disciplina debilita seriamente la calidad y legitimidad del proceso”.
La respuesta de Etcheverry
Sobre la polémica, la ministra de Ciencias contextualiza que los centros de investigación son el instrumento que entrega mayor financiamiento y por más largo tiempo en el sistema de ciencia y tecnología. Señala que son alrededor de 1.000 millones de pesos anuales por un plazo de 10 años y que la forma de asegurar que esos recursos vayan a las propuestas más competitivas y desafiantes es que cada 10 años pasan por un proceso de renovación, donde se les evalúa en comparación con otros centros existentes o nuevos.
“Esa competitividad que tiene el sistema es lo que asegura la excelencia de los proyectos que financian con este instrumento. Así ocurre en la mayoría de los países del mundo”, dice.

Y se extiende: “Este año ANID está haciendo cinco concursos de centros de investigación diferentes y simultáneos. Postularon 181 proyectos y 69 pasaron a la siguiente etapa. Cada una de estas propuestas se evalúa acuciosamente, de acuerdo a criterios conocidos, por evaluadores nacionales e internacionales de primer nivel, y eso significa, lamentablemente, que hay ciertas propuestas que no reciben financiamiento, porque llegan otras que desde la perspectiva científica, y de la competitividad, son mejores”.
“En el caso del MAS y su colaboración con Vera Rubin, los observatorios que se encuentran en Chile colaboran con todas las capacidades en astronomía que tiene nuestro país, que son muchas y que a su vez trabajan en colaboraciones internacionales, y en este proceso de renovación competitiva existen otros tres centros en materia astronómica que sí pasaron a las siguientes fases del proceso. Por tanto, desde el Ministerio de Ciencia tenemos la tranquilidad de que las capacidades en materia astronómica no se van a ver mermadas”, cierra.
Por su parte, la ANID expresó a La Tercera que en 2024 implementó un nuevo Concurso de Investigación Asociativa para financiar centros científicos en cinco categorías: Institutos Milenio de Ciencias Naturales y Exactas, Institutos Milenio en Ciencias Sociales, Centros de Investigación de Interés Nacional, Centros Tecnológicos para la Innovación y Centros de Investigación Aplicada.

En la categoría de Centros de Investigación Aplicada, donde participó el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), postularon 25 iniciativas, 20 fueron admisibles y 11 pasaron a entrevista. Por su parte, en la categoría de Institutos Milenio de Ciencias Naturales y Exactas, donde postuló el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), se recibieron 34 postulaciones y siete avanzaron a la siguiente etapa.
“Si bien ambos centros han sido productivos y han conseguido un valor científico importante, en este proceso, todos tuvieron que competir con otros proyectos tan o más exitosos, por medio de una evaluación de pares, externa, objetiva y transparente, que dio como resultado la nómina de seleccionados para pasar a la siguiente etapa. No se puede desconocer que los recursos con que cuenta la agencia, como todo servicio público, son limitados”, declararon.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.