Histórico

Donald Trump inicia su tránsito de candidato a Presidente

El inesperado triunfo del candidato republicano remeció a la clase política estadounidense y obligó a sus líderes a intentar bajar la tensión instalada en la sociedad. Trump ha tratado de moderar su discurso y se definió como Presidente "de todos los estadounidenses".

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En una campaña que presentó todo tipo de sorpresas, las palabras que salían de la boca de Donald J. Trump poco después de las 3.00 de la madrugada en Nueva York eran el corolario que sellaba esa tendencia. Tras vencer todos los pronósticos, a la clase política republicana y demócrata, a la oposición editorial de la mayoría de los medios y a los propios pronósticos de su partido, que lo daban como perdedor, el candidato republicano hizo al fin lo que su equipo le venía pidiendo hace meses: un gesto, una rama de olivo para quienes no lo apoyaron en su aventura.

El detalle es que en un escenario normal, un discurso en que el mandatario recién electo de un país afirma que será el presidente de "todos los estadounidenses" y que la nación debe unirse "como una sola persona" sería la lógica. Pero esas frases las decía quien hizo una campaña polarizadora como nunca se había visto en la política norteamericana, criticando a grupos raciales y religiosos completos -como los inmigrantes mexicanos y los creyentes musulmanes-, alguien que había criticado duramente y sin piedad a su rival y que, en su noche de gloria, tuvo palabras para elogiarla por su "fuerza de luchar" y los años de "gran servicio" que Hillary Clinton había dedicado al país.

Las razones se pueden explicar en un pragmatismo básico del aspirante republicano. Y eso que Trump arrasó. De los 270 votos electorales que necesitaba para llegar a la Casa Blanca, consiguió 306, mientras que su rival demócrata obtuvo 232. Eso sí, Hillary logró una diferencia de 210 mil votos a su favor. El empresario logró arrebatarle a su rival bastiones tradicionalmente demócratas, como Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, además de Florida, donde Barack Obama triunfó en 2008 y 2012. Además, se impuso en estados clave como Ohio y Carolina del Norte

En el caso de los estados "bisagra" la votación se definió por un margen menor a dos puntos. Algo que tomó en cuenta Trump, más por la dificultad social que se podría prever con un mapa electoral que revela dos Estados Unidos -uno urbano pro demócrata y otro rural pro republicano- que porque necesite el apoyo político de sus rivales para gobernar.

El impacto era completo, porque los republicanos ganaron además la Cámara de Representantes y el Senado, lo que permitirá que Trump nomine a quien llenará el puesto vacante en la Corte Suprema, un voto que habitualmente decide en el tribunal. Por ello, la perspectiva de que el partido tenga visión mayoritaria en los tres poderes del Estado se veía ayer como una realidad.

"A todos los republicanos, demócratas e independientes en esta nación les digo que es momento de que nos reconciliemos como un pueblo unido", dijo Trump en su discurso.

Los gestos demócratas

Pero más allá de eso, los gestos de Trump tuvieron su contraparte en los principales líderes demócratas. Ya un poco más repuesta de la brutal sorpresa de la noche previa, Hillary Clinton no sólo concedió su derrota, sino que llamó ayer a los estadounidenses a "dar una oportunidad" al magnate, aun cuando mantengan su oposición a él.

Y pocos minutos después, fue Obama quien, desde Washington D.C., felicitó públicamente a Trump, se comprometió a apoyar para que haya una transición clara y expedita y lo invitó a un encuentro entre ambos para hoy en la Casa Blanca. Gestos no menores considerando que Trump construyó su perfil más político atacando sin misericordia a Obama, incluso con temas que excedían lo ideológico, como el planteamiento que mantuvo durante años de que tenía dudas que el mandatario hubiera realmente nacido en Estados Unidos.

La debacle demócrata fue otro golpe que aún es difícil de ponderar con exactitud, en una jornada en que incluso las mejores predicciones no fueron capaces de anticipar la ola de apoyo que le dio a Trump la Presidencia. Por de pronto, entre las escasas certezas que quedan está que Obama deberá tomar un rol más protagónico para mantener a flote a la colectividad, como la figura con mejor valoración popular. Sobre todo porque la derrota ha dado un golpe de nocaut a las aspiraciones de Hillary de llegar a la Casa Blanca.

Las preguntas que circulaban por los medios estadounidenses y las conversaciones en la calle ahora apuntaban a quiénes trabajarán con Trump. En su equipo se menciona a las figuras que lo apoyaron incondicionalmente en su campaña, como los ex precandidatos Rudolph Giuliani, Mike Huckabee y Ben Carson; la ex aspirante a vicepresidenta Sarah Palin y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.

Pero la incertidumbre real está puesta sobre las controvertidas medidas que propuso durante la campaña, como la construcción de un muro con México. Por ahora, no hay muchas certezas.

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