
Los tres retos de la oposición venezolana

El pasado 25 de mayo, el pueblo venezolano dio una poderosa demostración de coraje cívico al no acompañar la farsa electoral organizada por el régimen de Nicolás Maduro. Esa jornada marcó un punto de inflexión: el juego político en Venezuela entra ahora en una etapa decisiva, en la que la oposición enfrenta tres grandes retos estratégicos.
1. Mantener viva la llama del 28 de julio
El primer desafío es sostener con fuerza la fecha del 28 de julio en la conciencia colectiva. Esa fecha, que se ha convertido en un símbolo de resistencia y esperanza, debe mantenerse firme como una estaca en el corazón del autoritarismo. El 25 de mayo dejó en claro que Venezuela no ha perdido el foco: el país está aferrado a la esperanza de un cambio real, y esa esperanza tiene día y nombre.
2. Blindar la unidad
El segundo reto es conservar la unidad opositora frente a los intentos del régimen de dividirla. Maduro ha intentado sin éxito sembrar fracturas, promoviendo una oposición artificial y cooptando figuras como Henrique Capriles y Manuel Rosales. Sin embargo, la mayoría democrática se mantiene cohesionada en torno a tres referentes: el liderazgo firme de María Corina Machado, la candidatura de Edmundo González y el respaldo de la Plataforma Unitaria. La unidad no solo es un requisito táctico, es una necesidad existencial.
3. Sostener la presión internacional
El tercer reto clave es mantener viva la atención de la comunidad internacional. Venezuela no puede convertirse en parte del paisaje, una tragedia normalizada. La dictadura de Maduro no opera sola: está entrelazada con redes de crimen organizado, alianzas con potencias autoritarias como Rusia, Irán y Cuba, y una agenda regional que amenaza la estabilidad democrática en América Latina.
La oposición venezolana se encuentra en una encrucijada histórica. Tiene el respaldo de un pueblo que no claudica, una fecha que ilusiona y una oportunidad que no debe dejar escapar. Cada reto superado fortalece la posibilidad de un desenlace democrático. Si logramos sostener el rumbo, preservar la cohesión y galvanizar el apoyo internacional, no tengo dudas de que la dictadura podrida de Maduro se fracturará y retornará la democracia.
Por Julio Borges, expresidente del Parlamento venezolano.
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