Médico cirujano, Aliro Galleguillos (61), ya tiene experiencia en campañas presidenciales. Mientras que en 2021 lideró el programa de Salud de José Antonio Kast, hoy cumple ese mismo rol con el abanderado libertario, Johannes Kaiser.

En esta entrevista, el líder de la Fundación Chile Libre -en contra de las medidas de confinamiento y vacunación en la pandemia- se refiere a su quiebre con el republicano y adelanta parte de las principales propuestas en salud. Al respecto, recalca que el foco estará en las listas de espera y, para ello, asegura que bajo un eventual gobierno, buscarán implementar un estado de excepción a nivel nacional.

En 2021 fue parte del equipo de Kast, ¿por qué se suma a Kaiser?

En 2018 conocí al diputado Kast y trabajamos muy bien, pero hubo un cambio en sus posturas después de la segunda vuelta y su viaje a Estados Unidos. Antes de viajar hablaba de una dictadura sanitaria por las medidas por la pandemia, después suma a Matthei y Paula Daza y eso cambia. Ahí los que somos libertarios dimos un paso al lado cuando terminó la campaña. Y aquí en el partido, con Johannes, encontré una representación valórica completa, no solamente en los principios de libertad, sino de respeto a la vida y respeto a la Constitución.

¿Esa es una de las diferencias con los republicanos?

Una de las fundamentales diferencias es que nuestro candidato no se debe a nadie, solo a sus militantes y a los valores del partido. Somos un partido pobre, nos debemos a los aportes que hacemos de forma voluntaria. Allá tenemos un partido que está acercado al globalismo, con lazos empresariales y de la misma casta política de Chile Vamos.

¿Por qué Kaiser es mejor que Kast?

Los dos son excelentes personas, quieren lo mejor para el país, pero el cómo y la forma en que lo van a desarrollar es lo que nos diferencia en forma rotunda.

¿A qué atribuye la baja de Kaiser en los sondeos? ¿Debería mantener su candidatura?

Esa baja no es real, es la que entregan quienes son dueños de las propias empresas que crean esas encuestas. Y esas empresas no están en nuestra mirada política, están más bien en la centroderecha. Ahora, efectivamente, la concentración de crear un partido con muchos militantes, con poco tesoro económico y con miles de ojos encima, nos ha llevado mucho tiempo y ha significado alejarse de esta precampaña.

¿Cuáles son los principales ejes del programa de salud?

Sabemos que vamos a recibir un país con un desastre sanitario, con unos indicadores que están mostrando la mayor mortalidad de chilenos anualmente, cerca de 40.000, por falta de atención. Entonces nuestro primer objetivo es reducir las listas de espera en tiempo récord, y en 60 días, esperamos reducir a cero las 4.500 patologías oncológicas confirmadas, y las 15.537 las vamos a reducir en 6 meses.

Y en concreto, ¿cómo esperan hacer eso?

Como se hizo en la pandemia, vamos a complementar todo el aparato público con el privado, junto al de las Fuerzas Armadas y de las mutuales. Y mediante 25 de los 199 hospitales que hay en el país, vamos a utilizar un pabellón en cada uno para realizar 4 cirugías al día, lo que te permite operar 100 pacientes diarios. Para esto, dado que están muriendo más chilenos que en ninguna pandemia, queremos declarar estado de emergencia para enfrentar las listas de espera.

Es una medida un poco excepcional para este contexto. ¿Cómo funcionaría?

Sería un estado de emergencia a nivel nacional y prorrogable dependiendo de la situación, así como se ha hecho en La Araucanía. Tenemos que poder implementar una unidad de crisis dependiente del Minsal, junto con un equipo público y privado, Fuerzas Armadas, mutuales. Derechamente, tener al personal y la gestión de la infraestructura bajo un solo mando.

¿Pero se justifica?

Acá hay un desastre sanitario y cuando usted tiene estado de excepción constitucional, están todas las facultades para poder tener a los mejores donde tiene que tenerlos. El aparato público, sus sindicatos, se mueven por ideología y favores, y eso se controla mediante un estado de emergencia. Hoy tenemos que tener a todos los pabellones del país bajo un solo objetivo, que es reducir las listas de espera.

Una de las principales polémicas de la campaña de Kaiser fueron sus dichos por el programa nacional de vacunas. ¿Qué es lo que proponen en la materia?

En todas las materias de salud pública, vamos a aplicar la evidencia científica. El plan nacional de inmunización lo mantenemos, pero sí existen dudas, respecto a las plataformas experimentales que se ocuparon para combatir la pandemia. Esas no son vacunas, las vacunas demoran entre 15 y 20 años en fabricarse, no tres meses.

Pero en general, en Chile la gestión de la pandemia es reconocida internacionalmente, se salvaron varias vidas en comparación con otros países.

No hay que confundirse, el manejo de la pandemia que valora gran parte de la comunidad científica es por la unificación del sistema público con el privado. Pero hay dos formas de manejar una pandemia, la estrategia de riesgo, que es como se han tratado todas las pandemias, o la de encierro, que es la que se usó en Chile. Y eso no lo ha felicitado nadie.

Usted ha sido muy crítico de la OMS, la calificó como una organización delictual. ¿Cómo se relacionarían con este organismo?

No vamos a seguir la OMS, no nos vamos a regir por políticas sesgadas de una organización financiada por China, las grandes farmacéuticas y la ONU, que hace poco trató de implementar un tratado pandémico internacional y que algunos países como Finlandia, Argentina y Estados Unidos, rechazaron.