Política

Daniel Mansuy: “Este es el resultado electoral más exitoso en la historia de la derecha”

El académico de la U. de los Andes e investigador del IES analiza los desafíos que enfrenta José Antonio Kast de cara a la segunda vuelta, así como las razones del fracaso de Evelyn Matthei. Mansuy cree que el candidato republicano debe buscar una alianza política lo más amplia posible y comenzar a mostrar propuestas concretas: "Ser opositor al gobierno no es un motivo suficiente para constituir un proyecto político".

Entrevista a Daniel Mansuy, cientista político y académico. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

Capacidad extrasensorial o lucidez analítica. En septiembre del año pasado, cuando Evelyn Matthei encabezaba las encuestas y parecía que nadie le arrebataría el favoritismo, el analista Daniel Mansuy hizo de aguafiestas: “La derecha no está preparada ni para ganar la presidencial ni para gobernar”, dijo a La Tercera. No fueron pocas las críticas que recibió desde el sector, pero su juicio adelantó con precisión la derrota de la candidata de Chile Vamos, que ayer se quedó con la quinta posición.

-Es una votación muy mala. Es una triste despedida para la carrera política de Evelyn Matthei -dice.

El académico de la Universidad de los Andes e investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) advierte que el resultado "es la derrota de una candidata que a mi juicio tuvo una campaña errática: ella nunca logró encontrar un registro, ni un personaje, ni un mensaje que transmitir. Es una derrota dura, porque Chile Vamos parece haberse farreado una oportunidad".

Para Mansuy, en las razones detrás del fracaso de la candidatura de Evelyn Matthei se confunden un exceso de confianza, la falta de una estrategia clara y cohesión de los partidos de Chile Vamos, así como el hecho de haber subestimado a José Antonio Kast.

Curiosamente, anoche ninguno de los dirigentes de Chile Vamos se hizo cargo de la derrota, lo que a Mansuy no le sorprende del todo: “Es duro decirlo, pero así es la política. Toda la culpa va a recaer en Evelyn Matthei. Mañana van a dar vuelta la página y Matthei va a ser pasado”.

En cambio, José Antonio Kast fue mucho más claro y convincente en sus mensajes.

—Kast tuvo varios momentos muy buenos en la campaña: tuvo un primer semestre muy sólido y un segundo semestre más débil. Pero es cierto que tenía un mensaje, un diseño, tenía una estrategia hace años; un personaje construido en torno a ciertos temas y, por tanto, una credibilidad ganada en torno a las urgencias de los chilenos.

Daniel Mansuy agrega:

José Antonio Kast sabía lo que quería transmitir hace años; Matthei, hasta hace tres o cuatro semanas, aún no lo sabía.

¿Con este resultado se reconfigura la derecha?

José Antonio Kast tiene ahora la responsabilidad, como cualquier ganador de una primaria, porque eso fueron estas elecciones, de sumar a todas las fuerzas tras de sí. Con estos resultados Kast logra un liderazgo muy contundente: ahora él está al centro, con un sector hacia su derecha y otro sector hacia el centro. Desde este momento, José Antonio Kast es el líder incontestable de las derechas.

¿Qué capacidad de manejar a las derechas ve en Kast? Tendrá que entenderse con Chile Vamos y con el ala menos sistemática de Kaiser…

El secreto de la gobernabilidad está en construir mayorías. ¿Y cómo se construyen mayorías? Bueno, con mucha gente que piensa distinto, que tiene sensibilidades distintas, intereses distintos. Y tú tienes que juntar a toda esa gente y armar una plataforma, un proyecto en el cual todos sientan que tienen algo que aportar, algo que ganar y algo que proyectar.

Eso es exactamente lo que ha hecho, por ejemplo, Giorgia Meloni en Italia: ha gobernado, para lo que es la estabilidad de la República Italiana, mucho tiempo uniendo a las derechas, y con la máxima de no excluir a nadie. Sabiendo que las derechas como nunca —y digo las derechas en plural— son hoy mayoritarias en la historia de Chile, el desafío es evidente. Ser opositor al gobierno no es un motivo suficiente para constituir un proyecto político. Ahora Kast tiene que pasar a una etapa distinta, más propositiva, de proyectar algo.

El candidato presidencial Johannes Kaiser realiza el cierre de campana en la comuna de Providencia, el 12 de noviembre 2025. Foto: Dragomir Yankovic/Aton Chile DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE

Anoche Chile Vamos comprometió su apoyo a Kast. ¿Cómo cree que será su relación?

Kast es una escisión interna de la UDI, por lo que la UDI no tiene una abismal distancia ideológica con el Partido Republicano. Tanto así que los cuadros vienen de ahí; muchos de ellos son amigos entre sí. Es un mundo común que se dividió en dos. Renovación Nacional, o al menos una parte, podría tener más dificultades, pero creo que Kast tiene, en principio, capacidad de liderazgo político hoy para convocar a Renovación o, al menos, a una parte significativa.

Me cuesta pensar en un gobierno de Kast sin Chile Vamos, o sin una parte significativa de Chile Vamos colaborando desde dentro del gobierno, en el gabinete, y no solo desde afuera, parlamentariamente.

¿Cómo evalúa los resultados de la votación para las derechas?

Es una elección y un día histórico para las derechas. Aún sin tener el resultado definitivo de las parlamentarias, este es el resultado electoral más exitoso en la historia de la derecha.

¿Con los números obtenidos, la segunda vuelta podría ser una carrera ganada?

La verdad es que con estos resultados la segunda vuelta tiene poca incertidumbre. Es más, creo que los 10 puntos de diferencia que hubo entre Boric y Kast en 2021, van a ser el piso de la distancia entre Kast y Jara. Además, aquí va a pasar algo terrible, porque ya sin elección parlamentaria, las tropas se van. Me parece que no va a ser una elección muy emocionante.

Nuevo ciclo

¿El Kast de hoy es el mismo Kast de 2021?

Sin duda no es el mismo candidato de hace cuatro años. El candidato de hace cuatro años construyó un programa y una plataforma para sacar 15 puntos. Con eso quedaba contento: había sacado 7 el 2017; si llegaba a 15 estaba muy bien. Y de pronto, por una serie de carambolas que se dieron en torno a la caída de Sebastián Sichel, se vio enfrentado a una segunda vuelta para la que, a mi juicio, no estaba preparado. De hecho, la campaña de segunda vuelta que hizo Kast fue más bien lamentable. La candidatura de este año construyó un programa y una candidatura con una vocación de gobierno y de poder mucho más clara y explícita que hace cuatro años. Y, por supuesto, es un candidato distinto.

José Antonio Kast en acto regional de Concepción.

¿Kaiser vendría a ser el Kast de 2021? ¿O Kaiser movió el cerco más a la derecha?

Kaiser movió el cerco, sin duda. Esa era su estrategia. Pero, en ese sentido, juega el papel del candidato que se puede permitir decir cualquier cosa porque no tiene una aspiración real de gobernar el país. Eso te da una libertad como candidato que es muy fuerte y muy rentable, pero por supuesto funciona siempre y cuando no alcances el poder, porque no vas a ser capaz de dar cuenta de todas esas promesas.

¿Podría Kaiser hacer el rol de piedra en el zapato para Kast, como lo fue Jadue para Boric?

Sí. Que sea lo más conveniente para él, no lo sé, pero podría escoger jugar un papel análogo, pese a que tiene un partido mucho menos articulado que el PC y, por tanto, no tiene cuadros con la disciplina que vayan a seguir ese discurso. Está mucho menos estructurado. Pero podría ser la pulga en el oído. No del mismo modo exactamente, pero podría jugar el papel de “desde este polo yo te voy a cobrar todo lo que tú no hagas”.

La candidata presidencial Evelyn Matthei, realiza su cierre de campana en el estadio Santa Laura el 13 de noviembre 2025. Foto: Jonnathan Oyarzun/Aton Chile JONNATHAN OYARZUN/ATON CHILE

Eventualmente, si se confirma la mayoría en el Congreso, la derecha podría gobernar con todo a su favor. ¿Ve algún riesgo en ese escenario?

Es una mayoría tan real como fragmentada. No es una ilusión, pero hay que regar esa mayoría. Hay que tener a todas esas fuerzas, si no dentro del gabinete, al menos no con una hostilidad abierta, sino con cierta voluntad de colaboración, con puentes extendidos. Eso va a requerir un trabajo político extraordinariamente fino de parte de los ministros políticos del nuevo gobierno, si llega a la Presidencia. Basta que la popularidad del gobierno empiece a caer, y esos diputados que están ahí mirando empiezan a mirar con más distancia y con más escepticismo, y ahí la mayoría se te puede acabar de la noche a la mañana, sin decir agua va.

Lo que le pasó al Presidente Piñera con los retiros...

Yo siempre he pensado que falta una autocrítica en Chile Vamos. ¿Cuántos parlamentarios que votaron a favor de los retiros hemos escuchado decir “chuta, parece que la embarramos”? Y esto no es por un mero afán de ver a la gente autoflagelándose en la plaza; eso me da lo mismo. Es para entender las causas de lo que ocurrió, para que no se repita. ¿Qué pasó ahí para que una coalición dejara caer a su presidente del modo en que lo dejó caer, y sin que hubiera una explicación, sin que hubiera un esfuerzo reflexivo por decir “aquí cometimos un error grave, no lo podemos volver a cometer, en qué nos equivocamos”?

Mansuy agrega que “ese fuego amigo para el gobierno de Piñera fue completamente devastador. Y dejó a la centroizquierda sin margen alguno, porque no podía quedar ‘a la derecha’ de los parlamentarios de Chile Vamos. La actitud de una parte importante de los parlamentarios de Chile Vamos respecto de su propio gobierno fue profundamente corrosiva”.

El presidente Sebastián Piñera, en octubre de 2018. Foto: Archivo CAROLINA REYES M.

El académico recuerda al exmandatario para insistir también en la necesidad de amplia la coalición de derecha:

No hay que olvidar que una de las últimas cosas que dijo el presidente Piñera fue que había que hacer una coalición amplia, de Republicanos a Demócratas. Es importante que lo dijera él, porque él sufrió lo que es gobernar con un Parlamento fragmentado y partidos desordenados. Habrá que ver si el piñerismo hoy día toma eso en serio.

¿Se inaugura con esto un nuevo ciclo político?

Uno podría pensar que estamos en el ciclo de los péndulos, y que vamos a salir de él cuando un presidente entregue la banda presidencial a alguien de su mismo sector. Si tú lo miras en corto, sí: podría parecer el fin de un ciclo. Pero si lo miras desde un punto de vista un poco más amplio —de gobiernos que ganan porque están en la oposición y que, una vez en el poder, frustran las expectativas y entonces la oposición vuelve a ganar—, no estamos en un cambio de ciclo.

Desde Piñera 1, Piñera 2 y con Boric, se ha instalado esta idea de creer que ganaste porque había una adhesión política, ideológica, cultural y social robusta. Y no: ganaste porque estabas en la oposición. Entonces la idea de volverse loco con el triunfo es muy peligrosa.

¿Hay riesgo, como decía Francisco Covarrubias, de que se produzca una borrachera en la derecha ante el éxito?

Siempre hay riesgo de borrachera. Y, como te decía recién, lo han tenido los últimos presidentes de Chile, al menos Bachelet 2, Piñera 2 y Boric. El triunfo electoral produce tal adrenalina, es tan importante simbólicamente ser electo presidente de Chile, que si se me permite el consejo, hay que tener cabeza fría. El electorado chileno es muy volátil. Lo difícil, a mi juicio, no es tanto ganar elecciones cuando estás en la oposición: lo difícil es gobernar.

¿Chile se movió a la derecha?

Estamos en un momento aún más derechista que el que vivimos con Sebastián Piñera, sin duda. Ahora no es una adhesión ideológica sólida, robusta, pero para todos los que venimos mirando esto desde hace años, desde los 90 cuando la derecha entera llegaba al 30%–35%, esto es algo extremadamente novedoso que hay que administrar. Nadie sabe cuánto va a durar, pero representa un momento importante.

Fue tan grande la borrachera de la izquierda en torno al 18 de octubre y al primer proceso constituyente, que era inevitable que produjera una resaca. Y lo que estamos viviendo hoy es esa resaca. Y la derecha tiene el deber y la responsabilidad histórica de administrarla para el futuro. Porque la resaca y las olas van y vienen.

¿Estamos viviendo un momento de mayor tendencia autoritaria?

Yo lo diría así: en la medida en que la democracia liberal, tal como la conocemos, tenga dificultades para responder a las necesidades urgentes de las personas, naturalmente las personas se ven tentadas por soluciones que se alejan de ese modelo. En esto hay muchos grados, por supuesto; en un extremo está Bukele. Ese es el desafío para la democracia liberal en su conjunto. Es terrible decirlo, pero hay que hablar con la verdad: si las personas no sienten que la democracia liberal les brinda un mínimo de seguridad, no hay que sorprenderse si otras alternativas hacen esa oferta. No estoy describiendo lo que yo deseo; pero por eso es urgente dar respuestas desde las reglas que tenemos, que son importantes porque nos proveen de bienes, de libertades, de garantías.

Creo que en la trayectoria de José Antonio Kast no hay nada que haga pensar en un proyecto autoritario.

Y en ese sentido, ¿ve en Kast tendencia a posturas más autoritarias?

Creo que en la trayectoria de Kast no hay nada que haga pensar en un proyecto autoritario. Sinceramente, no lo veo. Entiendo que pueda haber temores legítimos respecto de sus coqueteos con ciertos liderazgos internacionales que sí han jugado en esa cancha. Pero esto es muy simple: Kast va a tener que empezar a dar señales muy rápido, tanto en cómo gobierna como en cómo hace la campaña de segunda vuelta.

Me parece que la campaña de segunda vuelta va a tener que ser menos contenida que la de primera, sumar más voceros, mostrar con más claridad qué es lo que quiere hacer. Chile Vamos va a jugar un papel muy importante en esta segunda vuelta y las cosas deberían ir en esa dirección. Pero esto no es una predicción, es una sensación de ambiente.

Eventualmente, ¿Kast tiene la capacidad y el liderazgo para conducir a una coalición tan amplia?

Una cosa es presentarse como presidente de un partido disciplinado, donde sus parlamentarios votan casi siempre alineados y donde Kast tiene un liderazgo incontestado, y otra muy distinta es ser el líder de una coalición más amplia, donde hay más caciques. Tienes que lidiar con personalidades políticas que tienen su propio proyecto, su propia plataforma, diputados, senadores, alcaldes muy importantes. Sin ninguna duda, lo que va a estar a prueba aquí es el liderazgo de Kast. Va a tener que ser muy distinto del liderazgo que ha ejercido hasta ahora.

De aquí en adelante, va a tener que mostrar una flexibilidad táctica y estratégica muy grande. Tiene una ventaja: conoce a Chile Vamos porque fue parte de ese mundo y, en general, tiene buenas relaciones personales. La pregunta es si su personalidad tiene la suficiente flexibilidad para abrirse a este nuevo tipo de liderazgo.

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