Política

El fantasma del estallido que sacude al oficialismo

El rol de la izquierda en 2019 y el primer proceso constituyente son parte de las causas que -a cuentagotas- han ido aflorando en la incipiente reflexión ante la derrota de Jeannette Jara. A cinco años de ello, y cuando parece que se instalaron como un clivaje para el electorado, el fantasma de ambos se posiciona como el gran factor de análisis pendiente.

14 Mayo 2022 En la sesion 103 del pleno de la Convencion Constitucional dio por finalizado el proceso de para incorporar artículos a la nueva constitucion. Foto: Andres Perez CONVENCION CONSTITUYENTE - CONVENCIONALES CONSTITUYENTES - ENTREGA - BORRADOR - NUEVA CONSTITUCION - CEREMONIA - SALON PLENARIO - EXCONGRESO Andres Perez

“Por estos días han circulado más currículos de personas que se van a quedar sin pega en el gobierno, y que están buscando cobijarse en municipalidades y en el Parlamento, que documentos de análisis y reflexiones sobre las causas de esta derrota”, ironizaba a fines de esta semana un dirigente del Partido Socialista sobre el escaso debate que, hasta ahora, ha existido en el oficialismo sobre los motivos de la mayor debacle electoral del progresismo desde el retorno a la democracia.

Luego del aplastante triunfo de José Antonio Kast sobre la abanderada oficialista, Jeannette Jara, el domingo 14 de diciembre pasado -cuando el republicano superó por 2.036.406 sufragios (equivalente a una diferencia de 16,7 puntos porcentuales) a la candidata comunista-, a cuentagotas algunos dirigentes y personeros de las colectividades que apoyan al gobierno de Gabriel Boric han esbozado algunas impresiones sobre el magro resultado.

El debate está hoy mucho más centrado en cómo se conformará la unidad de la futura oposición y no en torno a las causas de la derrota y cómo recuperar al electorado”, acusa un exsecretario general del PS. Nada nuevo, señala, al advertir que el bajo nivel de análisis es “reflejo del deterioro del sector”. De hecho, el oficialismo postergó para el 17 de enero la discusión sobre las razones de la caída electoral.

A inicios de semana, el secretario general del PPD, José Toro, planteó la posibilidad de articular un bloque político de centroizquierda, que agrupe a la DC, el PPD, al disuelto Partido Radical y al Partido Liberal. Mientras que el PS, el Frente Amplio y el PC podrían formar una nueva coalición de izquierda para actuar coordinados desde el Congreso.

En el PS, sin embargo, no hay una sola línea. Mientras su timonel, Paulina Vodanovic, alienta la idea de reconfigurar una alianza opositora parecida a lo que fue la Nueva Mayoría, integrada desde la DC al PC, pero sin incluir al Frente Amplio, otros sectores plantean que son los comunistas los que deberían quedar afuera.

Por lo mismo, señalan miembros de la mesa directiva del PPD que lidera el senador Jaime Quintana, “hay personeros del gobierno y del FA que están intentando contener el debate sobre las causas de la derrota para evitar acrecentar las fricciones y han pedido que los análisis no se excedan, para no dañar al gobierno en sus últimos meses de gestión y, de paso, no aislar al Frente Amplio. Pero ojo con eso, no vaya a ser que los cuidados del sacristán terminen matando al señor cura”.

Las únicas instancias de discusión tuvieron lugar el lunes 15, al día siguiente de la elección. Fueron dos encuentros. El primero, vía online, convocó a representantes de los partidos oficialistas. El segundo, en La Moneda, incluyó al Presidente Gabriel Boric, los ministros del comité político y a las directivas de los partidos que sostienen al gobierno.

“Fue un análisis muy básico. La palabra que más se usó a la hora de describir las causas de la derrota fue que estas eran multifactoriales. Pero la sensación que nos dejaron las palabras del presidente y de sus ministros es que no había interés por entrar en autocríticas y que se buscaba evitar que nos entrampemos en acusaciones sobre responsabilidades y eso pusiera un manto de duda a la unidad del sector una vez que pasemos a ser oposición”, afirmaron dos dirigentes oficialistas que asistieron a la cita en La Moneda y la previa entre los partidos.

Comité político ampliado con el Presidente Boric.

Justo antes del inicio de la reunión entre La Moneda y los partidos, la timonel del Frente Amplio, Constanza Martínez, explicitó su defensa del gobierno, en momentos en que varios dirigentes apuntaban al gobierno y, en especial, al Presidente Boric entre los responsables del desastre electoral.

“No hay solo una causal. Nosotros, al menos, estamos conformes, contentos con el trabajo que ha desarrollado (el gobierno). Nosotros entregamos un país mejor que el que encontramos”, dijo Martínez.

La misma línea expuso el mandatario. Boric fue enfático también en plantear que los factores que llevaron al fracaso son múltiples y que en la derrota había responsabilidades compartidas. Y aunque no ahondó en las culpas, sí asumió que el gobierno también tenía una cuota de responsabilidad en los resultados del domingo.

“Todo se habló muy a la ligera”, señalan desde el Socialismo Democrático. Esto llamó la atención de los representantes de las colectividades del progresismo.

El sábado 14, en la previa al balotaje, y cuando era evidente la derrota, el diputado socialista Daniel Manouchehri fue uno de los primeros en advertir otras causas. Entre ellas, una de la que pocos habían querido hacerse cargo en el sector: “A mi juicio, el factor más determinante de esta elección está en el 4 de septiembre del 2022″, señaló Manouchehri a Biobío, refiriéndose a la fallida Convención Constituyente.

“Evidentemente, los errores que se cometieron han marcado la coyuntura política de estos años. Por tanto, el escenario político está muy marcado por este factor aún (...). Si graficáramos esto, pudiésemos decir que hoy día estamos pagando la resaca de la borrachera de la Convención Constitucional”, añadió.

2 SEPTIEMBRE 2024 EL DIPUTADO DANIEL MANOUCHEHRI EN LOS PASILLOS DEL CONGRESO. FOTO: DEDVI MISSENE Dedvi Missene

Aún estamos pagando los costos políticos, porque las fuerzas progresistas en Chile se farrearon la posibilidad histórica de poder generar los cambios importantes que la ciudadanía esperaba. Lo que acontenció en la Convención Constitucional generó desilusión en una parte significativa de la gente que nos apoyaba”, remarcó Manouchehri.

Según dirigentes socialistas y del PPD, esta visión es ampliamente compartida entre los parlamentarios del Socialismo Democrático. “Pero la política es cínica y trae costos, por lo que muy pocos se atreven a decirlo”, afirman en privado.

Uno de los que comparten la opinión sobre la responsabilidad del estallido y del fracaso del primer proceso constituyente en la derrota electoral del domingo 14 es el senador y timonel del PPD, Jaime Quintana: “Lo que ahí ocurrió, efectivamente, fue muy importante. Porque ese proceso reflotó temas de violencia que se vivieron para el estallido con mucha fuerza”, señaló.

Desde el PS señalan que la presidenta de la colectividad, Paulina Vodanovic, también es categórica a la hora de enjuiciar las consecuencias del estallido y de la Convención Constitucional. “Es partidaria de incluir en la reflexión que tenemos que hacer no sólo lo que ocurrió en los cuatro años del gobierno de Boric, también de examinar hacia atrás”, aseguran.

El nuevo clivaje

Cuánto avanzará ese proceso de reflexión no está claro. Para el sociólogo y politólogo socialista Alfredo Joignant, en la centroizquierda y en la izquierda más dura hay aún mucha gente que está en negación y se han quedado sin conducta frente a esta derrota histórica.

Los datos estaban a la vista mucho antes de la elección presidencial.

El académico de la UC y doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Notre Dame David Altman ya los había expuesto en un estudio empírico que constató que las últimas tres elecciones en Chile ya no respondían al clivaje tradicional que guio la política chilena en las décadas del 90 y 2000, y que respondía a la toma de posiciones de los chilenos entre el Sí y el No para el plebiscito del 1988. Lo que guía ahora, dijo Altman, es un nuevo clivaje: refundación/restauración, surgido tras el estallido y el proceso constituyente.

“Hay un cambio demográfico sustancial en el electorado chileno. Aproximadamente el 60% del electorado no había nacido, era menor de edad o no vivía en Chile en el 88. Entonces es natural que ciertos eventos históricos pierdan peso o se diluyan. Y no digo que no sean importantes el Sí y el No, la disyuntiva democracia/dictadura, Pinochet/anti Pinochet; es fundamental para entender la historia de Chile. Pero el poder explicativo de ese clivaje sobre el comportamiento electoral de la mayoría de la ciudadanía es mucho menor en comparación con el poder explicativo que tiene el plebiscito de salida. En cierto sentido, creo que hay un nuevo clivaje floreciendo entre un polo que podríamos llamar “refundación” y otro “restauración”, dijo Altman a La Tercera una semana antes de la elección presidencial.

En la izquierda la reacción de muchos fue de negación, señala Joignant. “No es que la gran causa sea el estallido y la fallida exconvención, sino la interacción entre estallido, Convención, gobierno de Boric y un recambio generacional del electorado. La interacción de todas esas variables nos da este resultado electoral. A eso hay que sumarle el discurso sobre la crisis de seguridad de Kast, que fue un acierto”, dice.

Según Joignant, para entender cómo recuperar al electorado, el debate en el progresismo debería girar en torno a si se creó un nuevo clivaje político. “Porque hubo una fractura entre la izquierda y la ciudadanía debido al juego combinado del estallido, de la primera Convención y el primer tiempo del gobierno de Boric”, remarca.

Amarrar la suerte del gobierno frenteamplista al destino de la Convención Constitucional fue, en ese sentido, un error de proporciones.

Más aún cuando era evidente, mucho antes del plebiscito de salida, que ya la ciudadanía le había dado la espalda al trabajo de esa primera Convención.

Un proceso de deterioro que fue muy veloz. Mientras en octubre de 2020 un 78% respaldó cambiar la Constitución de 1980 (con las modificaciones de Lagos de 2005), para julio de 2021, según una encuesta de Feedback, el 45% de los encuestados calificaba de malo o muy malo el desempeño de los convencionales constituyentes. En marzo de 2022, el 52% de los encuestados por Feedback consideraba malo o muy malo el trabajo de la Convención Constitucional.

Pese a ello, el impacto del estallido y de la Convención en las posiciones políticas de los chilenos se debatió poco en el seno de la izquierda y es una reflexión que aún sigue pendiente.

Autocríticas

Por lo mismo, llamó la atención que esta semana fuera Giorgio Jackson -uno de los ideólogos tras la tesis de unir el destino del gobierno de Boric al avance de la Convención- quien admitiera la responsabilidad de estos dos procesos fallidos en la derrota del 14 de diciembre.

”Hay una necesaria autocrítica que hacer”, dijo Jackson en un documento dirigido a los frenteamplistas. “La Convención funcionó como una continuidad del estallido social: expresiones identitarias, performances públicas, ímpetu de revancha y tensiones entre lo constituido y lo por constituir", señaló Jackson, quien también

cuestionó la primacía que se les dio a los independientes y al desorden que se produjo entre ellos como causas de la fractura del mundo progresista con la ciudadanía.

La autocrítica sorprendió incluso a dirigentes del FA. En una primera reacción, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, uno de los nombres que se mencionan como carta para presidir el Frente Amplio, valoró la reflexión de Jackson, pero no ahondó en las causas de la derrota.

“Siempre que ocurren cosas que mueven el tablero salen muchas personas a dar lecciones definitivas: pasó con el estallido, ha pasado muchas veces. Siempre es bueno ver los datos, dialogar y, sobre todo, escuchar antes de lanzarse, y creo que eso es lo que está haciendo Giorgio de manera bien genuina, entregar su análisis para que pueda ser debatido”, dijo Orellana el jueves en entrevista con Radio Infinita.

Y aunque las referencias al rol de la izquierda en el estallido y Convención siguen siendo a cuentagotas, Jackson no se quedó solo. En un extenso documento, el exabanderado presidencial del FA para las primarias del oficialismo, Gonzalo Winter, también atribuyó una de las causa principales de la derrota a estos dos eventos. “(Esta derrota) expresa un importante desgaste del proyecto progresista, sus valores y su capacidad de convocar a amplios sectores”, señala.

Sobre la Convención, Winter es categórico al constatar que “hubo falta de cuidado del proceso. Hubo gestos simbólicos que en vez de emplear apoyos alimentaron temor e incertidumbre”. Y aseguró que hubo "un fetiche antipolítico en torno a los independientes que no se frenó cuando aún era posible hacerlo“, respecto de la composición de una Convención que quedó liderada por independientes agrupados en la Lista del Pueblo y sectores más radicalizados, los que, acusa Winter, no fueron capaces de tener diálogo político con los demás sectores.

Valparaíso, 26 de abril de 2025. El diputado y precandidato presidencial del Frente Amplio, Gonzalo Winter, sostiene un encuentro con sus adherentes en Valparaíso. Raúl Zamora/Aton Chile RAUL ZAMORA/ATON CHILE

También se refirió al estallido: “Se falló por la ausencia de una condena explícita y consistente a los hechos sencillamente delictuales y no de protesta” y que “en muchos momentos se optó por el silencio, la ambigüedad o una comprensión excesiva”.

Algunas de estas reflexiones fueron compartidas el jueves en la noche, durante el comité central del FA, por algunas figuras del lote cercano al mandatario.

En la misma línea se manifestó la exconvencional y actual diputada electa del FA por el distrito 11, Constanza Schönhaut. “Hay un consenso amplio en que el resultado de la presidencial es multifactorial y colectivo. Es un llamado al progresismo en su conjunto a leer con profundidad lo que ha ocurrido en Chile en los últimos 10 años y analizar nuestro rol para actualizar el proyecto y volver a ser una alternativa para la ciudadanía. En ese camino, por ejemplo, es evidente que el desenlace de los procesos constituyentes no logró responder a las causas del estallido social, generando frustración y profundizando la distancia con la política, y que el cambio al voto obligatorio incorporó un nuevo electorado con el que no se venía dialogando previamente y no pudimos convocar”, aseveró.

Desde el Socialismo Democrático, aunque valoran estas autocríticas, ponen una cuota de duda. “Hasta ahora el debate sobre las causas de la derrota, entre ellos los efectos que tuvo el estallido y la farra del primer proceso constituyente, están más en función de la pugna sobre cómo debieran conformarse los bloques políticos una vez que pasemos a ser oposición y no a un esfuerzo sincero por desentrañar las razones de que la ciudanía se haya alejado del progresismo”, admite un exsecretario general del PS.

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