
El nuevo mejor opositor: cómo Ossandón se convirtió en un agente diplomático de Boric en medio de las tensiones con Trump
Desde que Ossandón ganó la presidencia de la Cámara Alta han ido construyendo confianzas. Hoy Boric lo llama habitualmente y es probable que la próxima semana se reúnan para abordar temas legislativos y asuntos de política internacional.

En la inauguración de la Gran Sala Sinfónica de la Universidad de Chile, este jueves, el Presidente Gabriel Boric volvió a toparse con el titular del Senado, Manuel José Ossandón (RN).
Aunque en la época en que ambos eran parlamentarios nunca tuvieron cercanía, desde que Ossandón ganó la presidencia de la Cámara Alta han ido construyendo confianzas.
Hoy Boric lo llama habitualmente y es probable que la próxima semana se reúnan para abordar temas legislativos y asuntos de política internacional.
El presidente del Senado, además, recientemente concurrió a la Comisión de Constitución de la Cámara a defender que el Estado le siga pagando una dieta a los expresidentes, independiente de su edad, tema que se abrió a propósito del caso de Boric, quien dejará La Moneda con 40 años.
Como muestra de la nueva confianza, el Mandatario le ha encargado al legislador de RN que lo represente en tres misiones internacionales y lo invitó a Brasil para integrar una visita de Estado. Además, ante la áspera relación de Boric con el presidente estadounidense, Donald Trump, junto al senador Rojo Edwards (quien preside el grupo de amistad Chile-EE.UU.) Ossandón ha tratado de oficiar como puente con la embajada norteamericana en Santiago.
Trump y Boric
De hecho, el jueves, Ossandón y Edwards concurrieron a la sede diplomática para reunirse con el encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Chile, Richard Yoneoka, para manifestar formalmente su preocupación por el reciente anuncio del presidente Donald Trump, quien oficializó un aumento del 50 % en los aranceles al cobre chileno.
Durante el encuentro, los senadores solicitaron antecedentes sobre los fundamentos de la medida y le propusieron al representante de Trump establecer un canal político permanente.
Tras la cita, Ossandón, sinceró su preocupación. “Estados Unidos ha sido históricamente un socio clave para Chile. Este momento requiere altura de miras, voluntad política y diálogo directo. Lo que está en juego no es solo una cifra arancelaria, sino la estabilidad de una relación estratégica construida durante décadas”.
La idea de ambos senadores es precisamente apoyar las gestiones de Cancillería para evitar que la tensa relación de Trump con Boric se transforme en una escalada de represalias.
Además del tema ideológico y las medidas arancelarias, el conflicto palestino-israelí, la participación de Boric en el BRICS y la situación de algunas inversiones norteamericanas en Chile han sido otros de los factores que han enturbiado la relación directa de La Moneda con la Casa Blanca.
Los norteamericanos, por su parte, paulatinamente han ido canalizando malestares a la dupla Ossandón-Edwards, por ejemplo, cuando el Presidente no le recibió el llamado al secretario de Estado de EE.UU. Marco Rubio, quien quería hablar con Boric debido a las medidas que podría adoptar Chile contra Israel por la situación en la Franja de Gaza.
Aquella llamada que se realizó en la antesala de la cuenta pública de Boric, el pasado 1 de junio, fue derivada al canciller Alberto van Klaveren.
“Los cancilleres hablan con los cancilleres, los presidentes hablan con los presidentes”, dijo Boric días después para explicar por qué no atendió ese llamado de Washington.
En los días previos del discurso presidencial ante el Congreso, había un tenso ambiente diplomático por las presiones de sectores oficialistas y también de la oposición (especialmente senadores ligados a la comunidad palestina), que pedían hacer un minuto de silencio por las víctimas de Gaza y cortar, derechamente, relaciones diplomáticas con Israel.
Ossandón, junto a otros parlamentarios y representantes diplomáticos, eran partidarios de que el Mandatario atenuara un poco los anuncios respecto de Israel y no realizara ese minuto de silencio, lo que provocaría una división entre los presentes en el Salón de Honor.
Al final, el Presidente Boric optó por un camino menos severo que romper lazos diplomáticos y anunció el corte de las relaciones comerciales con Israel. Además, dijo que patrocinaría el proyecto de ley que prohíbe la importación de productos producidos en “territorios ilegalmente ocupados” y que instruiría un plan de diversificación de compras en materia de Defensa para no depender de la industria israelí. También, en un matiz, invitó a los presentes “a no pelear entre pueblos, porque acá el responsable es un gobierno, un gobierno genocida, no el pueblo de Israel".
Pese a que las palabras del Mandatario bajaban varios escalones la tensión, tampoco agradaron a los norteamericanos, para quienes las medidas contra Israel siguen siendo una línea roja.
Ese día, el mismo Yoneoka, que hoy oficia como jefe de la delegación ante el nombramiento pendiente del embajador en Santiago, lució un pin en apoyo a la liberación de rehenes israelíes en Gaza. Sin embargo, ante el clima tenso que se pronosticaba en esa jornada, el mismo Ossandón -en su calidad de anfitrión de la ceremonia- le recomendó al embajador israelí, Gil Artzyeli, restarse de la cuenta pública para no verse expuesto a una situación incómoda.
En nombre de Boric
No todas las gestiones han sido problemas.
Cuando falleció el Papa Francisco, Boric le pidió a Ossandón encabezar la delegación de Estado, que estuvo integrada por el canciller Van Klaveren y el presidente de la Cámara, José Miguel Castro, para asistir a los funerales el pasado 26 de abril.
Semanas después, le pidió que concurriera, también en su nombre, a la entronización del nuevo Papa León XIV el 18 de mayo.
Días después, el Mandatario le encargó al titular del Senado viajar a Quito para encabezar la delegación chilena en la ceremonia de asunción del nuevo Presidente de Ecuador, Daniel Noboa.
Consultado por su lazo con Boric, Ossandón defiende la coordinación entre la presidencia del Senado y La Moneda, que además ha sido la tónica de sus antecesores. “Desde el primer momento le dije que me interesaba tener un contacto fluido y directo y así ha sido. Más allá de las diferencias que podamos tener, estoy seguro que ambos queremos lo mejor para Chile y, por lo mismo, me parece que desde el Senado hemos sido muy responsables en nuestra tarea de legislar bien y no quedar presos en la ideología de cada uno”.
Respecto de la cita pendiente con el Presidente, el senador dijo que “efectivamente le he pedido una reunión para tocar varios temas, entre ellos, la reforma que estoy impulsando para modernizar al Senado y hacerlo una institución viable de aquí a los próximos 30 años. También me interesa poder solucionar el tema de los trabajadores agrícolas bolivianos que trabajan irregularmente en el país y, obviamente, lo que está pasando con la decisión del Presidente Trump de aumentar los aranceles al cobre”.
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