Gestos a su electorado, butacas vacías y pañuelos celestes: la trastienda de una tibia cuenta presidencial
Más que anuncios, el discurso de Boric ante el Congreso pleno estuvo marcado por las duras críticas de Kaiser al proyecto de aborto, la ausencia del embajador de Israel y la presencia de su pareja, Paula Carrasco, quien está a punto de ser madre.

La Moneda no liberó el discurso del Presidente Gabriel Boric durante su alocución en el Salón de Honor del Congreso, lo que alimentó un cierto suspenso que se mantuvo durante las casi tres horas que duró la última cuenta pública del Mandatario frenteamplista.
Pese a que los parlamentarios y decenas de invitados apretaban el F5 en sus teléfonos -tal como se apreciaba desde las graderías-, el discurso no apareció sino hasta el final.
Quizás por este simple hecho, o por las expectativas que se habían alimentado durante la semana, en la oposición -y también en sectores oficialistas- hubo un gusto a poco.
Pese a los variados gestos a su electorado más duro -entre ellos, los proyectos de aborto, el que busca reemplazar al CAE y la negociación ramal que pide la CUT- en la izquierda también hubo un sinsabor.
Más que anuncios, el mensaje estuvo marcado por las duras críticas al anuncio del proyecto de ley de aborto, la ausencia del embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli (quien había confirmado) y la presencia de su pareja, Paula Carrasco, quien está a punto de ser madre, en la tribuna.
La posibilidad de que la química ambiental y deportista tuviera síntomas de parto fue un comidillo de pasillo en la previa de la ceremonia, incluso trascendió que la enfermería del Congreso se había adaptado para esa eventualidad.
“Estaban bromeando que si nace la guagua la iba a recibir el senador Juan Luis Castro (el parlamentario socialista es médico)”, comentaba el diputado de RN Diego Schalper -a quien se le impidió ingresar al salón con su mochila-.
Minutos antes de que el Mandatario llegara al Congreso -antes de las 11:00 horas-, Carrasco -con un abrigo color burdeo- subió junto a su madre las escalinatas del Salón de Honor del Congreso para sentarse en la primera fila de la tribuna, junto a los padres y hermanos de Boric. A diferencia de años anteriores, era notoria la ausencia de público en la parte alta de las gladerías donde se ubicó la familia del Mandatario.
Durante la ceremonia Carrasco mantuvo un estricto bajo perfil, escuchando atentamente y aplaudiendo suavemente.
No se vio perturbada ni cambió su semblante en los momentos más tensos del mensaje. Ni cuando el diputado y candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, se paró de su asiento luego de que Boric subrayara el proyecto de ley de aborto libre y la bancada del Partido Social Cristiano enarboló pañuelos celestes.
Tampoco cuando el Presidente se refirió al conflicto entre Palestina e Israel, donde se evidenció la clara división que existe en el Parlamento y en la clase en política en general ante este tema.

Conversación de fútbol en Cerro Castillo
Como es tradicional, la jornada partió a primera hora con la foto de Boric y su gabinete en el césped del palacio de Cerro Castillo, en Viña del Mar. Los ministros fueron citados a las 8.30, 45 minutos antes de la fotografía, y los esperaba un café caliente en la terraza para alivianar la fría y luminosa mañana.
En un distendido ambiente, nadie habló de anuncios ni de la contingencia: fue el fútbol el que se tomó la conversación.
-Seis a cero ganamos ayer ministro-, le dijo la ministra de Salud, Ximena Aguilera, a su par de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren -ambos hinchas de la U. de Chile- para que escucharan sus pares del UC y de Colo Colo.
-Hablemos de la final de la Champion, mejor- comentó el ministro de Economía, Nicolás Grau, señalando que fue un ejemplo de trabajo colectivo.
-Ministro (Jaime) Pizarro, cómo estamos para el jueves (Chile enfrenta a la poderosa escuadra argentina por las eliminatorias)-, le preguntó su par de Agricultura, Esteban Valenzuela.
-Al igual que Chile, la Selección se une en tiempos difíciles-, respondió Pizarro, con demasiado optimismo, antes que llegara Boric.
Al llegar al Congreso, el Jefe de Estado rompió el protocolo y se tomó un par de selfies con los parlamentarios. Uno de ellos le entregó una carta de una pareja del Maule que tardó cinco años en adoptar a su hija. Esto porque -según aducían los padres de la menor- para la realización del trámite existe una excesiva burocracia que pedían modificar. Otra, planteaba una crítica por los elevados niveles de cesantía en la región de La Araucanía.
Lo que más sorprendió al Jefe de Estado fue que le regalaran una medalla con la imagen de Pedro Aguirre Cerda.

Bachelet llama a votar en las primarias
En la entrada del Congreso había unas 70 personas esperando al Presidente en calle Pedro Montt -quien llegó en el Ford Galaxie junto al ministro del Interior, Álvaro Elizalde- justo debajo de la oficina del senador Francisco Chahuán. Todos partidarios de Boric que, a la salida, gritaron “Se siente, se siente, Winter presidente”.
El diputado y candidato del Frente Amplio a las primarias oficialistas, Gonzalo Winter, era uno de los integrantes de la llamada “comisión de pórtico”, lo cual había generado cierta polémica días antes.
Ante la ausencia de los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, Michelle Bachelet se llevó los principales aplausos de la jornada. Fue una de las primeras en llegar, junto con el arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Chomali, con quien conversó animadamente durante la previa del acto. Boric le besó la mano al saludarla y le dio un fuerte abrazo.
A la salida, ella fue una de las autoridades más requeridas. “Hago un llamado a participar en las próximas elecciones primarias”, dijo la expresidenta antes de abandonar el Congreso, reiterando que ella apoyará a quien resulte ganador.
La jornada terminó con una sencilla y breve recepción entre ministros y la familia del Presidente. No hubo un gran almuerzo ni invitados especiales, como ha ocurrido en gobiernos anteriores.
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