
María José Naudón (UAI): “La derecha no puede minimizar a Jara, a pesar de ser comunista”
Aunque según las encuestas el escenario con la candidata comunista es más favorable a la derecha, la decana de la Escuela de Gobierno de la UAI plantea dos alertas a la derecha. La primera es el estilo de la exministra, a quien ve como una buena candidata. La segunda, la tentación entre Matthei y Kast de enfrascarse en una discusión por diferenciarse. "No hay que perderse: el contrincante es quien vaya por la izquierda".

Ya con el resultado de la primaria oficialista sobre la mesa -que dio a la comunista Jeannette Jara como ganadora con el 60% de los votos-, la decana de la escuela de gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, María José Naudon, hace un primer análisis sobre lo que esto implica para los candidatos presidenciales de la derecha.
De partida, plantea que “el escenario está todavía abierto, porque puede que surjan otro actores y porque el desafío de la etapa que viene es distinto a la que se está terminando. Los candidatos -Evelyn Matthei y José Antonio Kast- van a tener que complementar sus discursos empaquetados, sobre todo Kast, con una discusión más política”.
Conocido el resultado de la primaria oficialista, ¿cómo están llegando Matthei y Kast a esta primera vuelta?
Kast ha hecho un formato muy cuidado, con poco riesgo, que lo que hace es tomar la necesidad y empaquetarla, diría yo, y a partir de eso ir generando contenido, sin exposición y entregándolo. Eso lo ha hecho bien y lo hace llegar a este momento con una cierta certeza. De hecho, las encuestas lo ponen en una posición de tranquilidad, diría yo, pero que es bastante momentánea. Matthei, por el contrario, llega con un cuestionamiento respecto del formato de su campaña, de las estructuras de su campaña, con un cierto desgaste.
¿Producto de una carrera muy larga? ¿O de un estilo?
Diría que producto de una carrera larga, que es muy costosa, producto de ser el objetivo del gobierno respecto de las críticas, que es el rol que cumple la persona que va de puntera. También diría que producto de esta sensación de falta de coordinación. Ahí hay una combinación que en un mundo que demanda certezas, fluye mal.
Lo más importante es que a partir de hoy se reconfigura el escenario. No hay que olvidarse que quedan cinco meses, lo que es una enormidad en política, y si bien Kast y Matthei llegan distintos, uno llega más positivamente y el otro menos. Lo que se abre permite todavía que las cosas cambien y vuelvan a tomar muchísimas formas. Entonces creo que en unos no habría que confiarse y en el otro no hay que asustarse demasiado.
Ganó Jeannette Jara, casi duplicando a Tohá, pero con una participación muy baja. ¿Cómo lee esto?
Esta es una primaria con baja participación, que es una radiografía de la izquierda chilena, que se muestra muy ideológica, lo que es un problema. La baja participación muestra una pérdida de la izquierda como sector, a un Frente Amplio muy debilitado, porque no pueden seguir vendiéndose como los puros porque son gobierno. La novedad se acabó. Se ve también poca tracción de los partidos, porque era una primaria competitiva. Pero a pesar de eso hubo pocos votos.
¿Este escenario es más favorable para la derecha?
Que la izquierda tenga poca tracción es un dato positivo para la derecha. Los aires son muy distintos a los del 2021. Por otro lado, el PC está en las antípodas de lo que uno podría pensar que es un país que se desarrolla, que crece y que tiene un futuro promisorio. Y esto no es por ser anticomunista, esto es observación de la realidad. O sea, que alguien me diga un país donde el comunismo ha generado crecimiento y libertad... yo no conozco ninguno. El caso de China es súper de laboratorio y tiene una cantidad de variables por el lado que no me sirve de ejemplo.
Donde ha gobernado el PC, ha habido restricciones importantes de la libertad, ha habido gobiernos autoritarios, han acabado las elecciones libres y además ha habido una profunda pobreza. Si alguien va a venir a ofrecer ese proyecto, parecería que la cancha de la derecha está mucho más amplia. Pero el juego que hace Jeannette Jara es vestirse de ciudadana común. Yo estoy segura que tiene las más absolutas convicciones comunistas. Y es más, si ella renunciara al PC, no deja de serlo, ni deja de creerlo, basta con mirar su programa. Ahora, ¿cuántos de los votantes son capaces de establecer esa distancia? No lo sé.
También creo que el 30% que le es fiel al Presidente Boric debería ser traspasado a ella, porque es la representante de la izquierda más extrema, que es lo mismo que el Presidente. Entonces podría pasar a segunda vuelta. Por otro lado, con la victoria de Jara se produce una reconfiguración del poder que va a fortalecer la parte más extrema de la izquierda. Eso es muy negativo para el país.
¿Y ante una elección más polarizada es más favorable para Kast, que está jugando además a resignificar la idea de ser más radical en algunas cosas?
Con Jara se va a producir una teórica polarización de la discusión. El PC genera cierta animadversión, cierto miedo y resquemor que va a ponerse como importante en la discusión. Si la discusión se polariza, quien podría salir aventajado es Kast.
Yo creo que un escenario polarizado sería dramático, el peor escenario para el país. El dogmatismo, el autoritarismo comunista, que es lo que ella representa, no se enfrentan ni con declaraciones rimbombantes, ni con rigideces ni con muestras de carácter, desvestidas de contenido. Por el contrario, la clave no es cortoplacista.
Tú puedes ponerte en la otra esquina del ring, eso sería una opción. Pero al mismo tiempo, si el sector de la centroizquierda socialdemócrata queda huérfano, es más viable que en una segunda vuelta –que podría ser Kast-Matthei– votaran por Matthei, incluso con mucha dificultad, jugando al mal menor. Ahora, el verdadero efecto puede estar en la tentación de que polarizar rinde votos. Y entonces, que termine yéndose Matthei a jugar en la misma cancha que Kast. Y eso es pésimo, porque cuando esa forma de hacer política no está en tu ADN, muy probablemente la copia es menos atractiva que la original, siempre.
¿Este escenario abre el campo para una pelea más dura entre Kast y Matthei?
Esa tentación siempre está, pero hay que resistirla. Primero, porque el contrincante es el otro. Si se ponen a pelear Kast y Matthei, bueno, entonces el candidato de izquierda que se compre cabritas y mire la película. Es una debilidad para el sector gastarse en peleas internas, lo que no significa no poder mostrar cuáles son las diferencias entre el uno y entre el otro.
¿Cree que es mayor esa tentación con Jara de candidata?
Parece ser mayor porque ella va a polarizar. Ahora, a mí me cabe una duda igual, porque Jara es comunista, pero ella no juega a polarizar. Entonces yo no sé qué tan real vaya a ser ese escenario, porque si el juego que le dio el triunfo es no polarizar, parecería de toda lógica mantenerlo. Entonces, si ella no se pone en esa posición, no es tan evidente lo que pueda pasar. Pero la tentación existe, puede aumentar y es una tentación que hay que controlarla desde todo punto de vista.
El desangre en la derecha está desde antes de llegar a la primera vuelta. ¿Qué garantiza que esto no se vaya a agudizar?
Diferenciarse, marcar distancias, e incluso férreas distancias, no significa asesinarse. O sea, no significa acuchillarse y menos por la espalda. Entonces, yo creo que una estrategia inteligente no puede perder de vista que el contendor es el que está al frente. Eso lo primero.
¿Cuál cree que será el clivaje de esta elección? ¿Será relevante la discusión en torno a la militancia de Jara y el anticomunismo?
No me gusta decirle anticomunismo, porque parece como que fuera injusto atribuirle ciertas características. Es como si la carga de la prueba estuviera en quien lo dice. La verdad es que ella pertenece a un partido que donde ha gobernado ha producido restricción a la libertad y ha producido miseria. Esa es observación de la realidad y no significa que los quiera sacar del juego político.
Es un arma defensiva que todas las críticas que se le hacen a Jara es porque son anticomunistas. No, es porque su programa hace que Chile corra riesgos.
Pero además de la seguridad y el crecimiento económico, que sin duda es el clivaje principal, yo lo primero que haría sería plantear que su programa, su economía, su manera de entender la libertad, de entender la lucha de clases, de entender el gobernar con un pie en la institucionalidad y otro en la calle son nefastos para un país.
Esa es la discusión que hay que dar con Jara, no si es comunista o no. Es lo mismo, si es lo que ella piensa, lo que ella cree bueno para el país. Que sea comunista o no, bueno, eso es otra cosa.
¿Qué ajustes debería hacer Matthei en su campaña?
Tiene que hacer ajustes para que su campaña sea más efectiva en mostrar cuál es la propuesta de país que tiene. Cuáles son sus propuestas, cómo las va a ejecutar, con quién las va a ejecutar y, por lo tanto, qué es lo que espera de esas propuestas que construyen una ruta.
No creo que haya que entrar en ninguna fase como de emergencia, en la creatividad histérica, todo eso es fatal. Ella tiene que regular su estrategia, su vocería, su estructura, su núcleo político, para que pueda mostrarle al país con claridad lo que quiere, espera y propone. Y además, tiene que ser como es. Una cosa bien articulada entre las características o las competencias más blandas y las más duras.
Siendo Jara la candidata, ¿es más fácil para Kast tomar el rol del confrontacional y del que pone las diferencias con Jara?
Sí y no, porque Jara no le va a jugar ese partido. A Jara no la he visto jugando el partido de lo confrontacional. Si bien es una candidata de extrema izquierda, aquí podríamos jugar al mismo ejercicio de Evelyn Matthei: Jara es una candidata de izquierda extrema, comunista convencida, y que su programa es plenamente consistente con el partido. Jeannette es un encanto, no es confrontacional, no es polarizadora y se va a vanagloriar de su capacidad de generar acuerdos.
Estamos enfrentados a una candidata que en su sector de izquierda es extrema, pero que ella no juega a la extrema. Entonces, es más difícil, porque no tienes un arquetipo.
Jara, entonces, ¿es una candidata riesgosa para la derecha?
La derecha no puede minimizarla, a pesar de ser comunista. Es una muy buena candidata, porque es capaz de jugar desde las emociones, jugar con la esperanza, no con el miedo, enganchar con los jóvenes. Entonces, cuidado. Por eso digo que ninguna cancha está ganada.
Jara es fiel a su propio estilo. No puso propuestas ni discusiones, sino que se puso a ella, la candidata, cuyos principales atributos son los blandos. Fue muy inteligente en no entrar en polémicas, la gente está harta de las discusiones. Y lo tercero, cuando uno mira a otros candidatos, miraban hacia atrás. Tohá mirando a la Concertación, Winter también, y ella juega al futuro. Es una muy buena estrategia y muy peligrosa porque sus propuestas siguen siendo comunistas, las mismas que han fracasado en el mundo.
¿En este escenario, se acaba el argumento de que Matthei es más competitiva que Kast en una segunda vuelta?
Yo creo que Matthei es más competitiva en el sentido de que es más convocante de sectores que pueden quedar huérfanos, como el socialismo democrático. Uno podría decir, ergo, es más competitiva porque la gente de centroizquierda es más fácil que vote por ella que por Kast. Esa es la teoría. Pero, la verdad, yo no creo que ese sector vaya a quedar huérfano, entonces ahí cambia el argumento.
Lo más importante es pensar por qué ganó Jara, ahí están las conclusiones. Y gana porque juega en la cancha que le es cómoda, sin discusiones ni polémicas, sin peleas, y apostando hacia adelante, el futuro, la juventud. Pareciera que la cancha no está tanto en las propuestas, aunque obviamente es distinta una primaria que una primera vuelta.
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